CAPITULO 3: VERDAD

802 54 1
                                    

"Por favor, dime que no vas a intentar que me quede en la nave", suplicó Jim unos días después a su amigo y médico, mientras un equipo de la tripulación se preparaba para transportarse a la superficie de Jonquilius III, un planeta con el que hacían otro primer contacto.

"Los dos sabemos que estoy bien".

"No voy a retenerte aquí", refunfuñó McCoy. "Pero le he dado instrucciones a Spock para que no te pierda de su vista, ni siquiera por un minuto. No es que nunca lo haya hecho, fíjate. Nadie en esta nave confía en ti con tu propia seguridad".

"Pues eso dice mucho de los niveles de confianza que tienen en mí...". Jim hizo un puchero. Quería que lo vieran como un gran capitán. No como un pueblerino en el que no se podía confiar.

"Ya sé por qué haces pucheros", McCoy sacudió su cabeza exasperado. "No creas ni por un segundo que no te confían específicamente sus vidas, porque sabes que lo hacen. Pero, es tu propia vida la que ninguno de nosotros te confía. Eres demasiado cuidadoso asegurándote de que ninguno de nosotros salga herido como para pensar en ti mismo. Por eso pongo a Spock a cargo de ti".

Jim frunció el ceño. "No necesito una niñera".

"Spock y yo creemos que sí", replicó McCoy, igualmente frustrado por esta conversación. "Así es como va a ser a partir de ahora. Necesitas a alguien que te cuide la espalda. Lo tomas o lo dejas".

Jim le dirigió otra mirada fulminante antes de salir a toda prisa del despacho del oficial médico.

***

"Rayos!, esto es malditamente increíble", Jim levantó las manos con frustración, mirando a la sala ornamentada en la que los habitantes del planeta los habían encerrado, mientras estaban a la espera de una discusión diplomática.

"Al menos no nos han hecho daño", señaló Spock en un intento de calmar la flagrante irritación del humano.

Jim resopló con fuerza. "Al menos", cedió finalmente. "Y dejaron que todos los demás volvieran a la nave. Así que supongo que tendré que aguantarme esto un poco más, ¿no?".

Spock se esforzó por no sonreír ante la evidente frustración de su capitán por la situación actual, que, según Spock, era en realidad bastante agradable comparada con cómo podría haber resultado esta misión.

"Crees que soy un estúpido por quejarme, ¿no?" preguntó Jim de repente, observando el rostro de su amigo con atención. "Estás a segundos de reírte de mí, ¿verdad?".

"Capitán, nunca me atrevería a desafiar su intelecto", dijo Spock inocentemente, aunque el pensamiento había pasado por su mente. "Además, los vulcanos no se ríen".

Los ojos de Jim se entrecerraron como siempre lo hacían cuando sabía que Spock le estaba mintiendo. "¿Sabes qué? Voy a ser maduro y voy a dejar este tema ya".

"Siempre me impresiona su madurez, capitán", dijo Spock con evidente diversión.

"Y con eso quieres decir 'capitán, creo que te comportas como un niño la mayor parte del tiempo', ¿verdad?" Jim sonrió, cayendo fácilmente en las bromas mutuas que les gustaba hacer.

"Yo nunca diría tal cosa, capitán", los ojos de Spock se suavizaron en su 'casi sonrisa', como Jim la había llamado.

"Por supuesto que no, Spock", rió Jim. "Al menos te tengo aquí conmigo. No me moriré de aburrimiento antes de que tengan tiempo de hablar con nosotros".

Spock asintió, él mismo estaba agradecido de que estuvieran juntos. "Si el doctor hubiera estado con usted, quizá se estaría más entretenido", dijo en voz baja, buscando la información que tan desesperadamente deseaba sobre la relación entre ellos.

Nuestra Familia (Spirk) // (Kirk x Spock)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora