Cha Eunwoo por primera vez en la vida ha sentido al gusano del amor hacer de las suyas en su cuerpo. Cada vez que ve a Junmyeon hyung caminar por los pasillos abarrotados de estudiantes, no puede dejar de pensar en lo hermoso que es con mejillas reg...
Las primeras horas de la tarde se presentaron ese día con un clima frío que le congeló las manos desnudas a Eunwoo que intentaba mantenerse cálido en su abrigo sin bolsillos. El camino hacia Vanilla's and garden jamás le resultó tan largo como en ese viernes de noviembre.
Pasaron nueve meses desde que conoció a Sanha de esa forma tan distintiva en ese mismo lugar y aunque ahora todo había cambiado, jamás podría decir que era malo.
Le gustaba la sensación de sentirse querido.
Abrió la puerta como siempre pero ahora sólo podía ver al remplazo de la chica con la que solía trabajar Sanha, organizando tarjetas en el cajón.
Nueve meses son suficientes para conocer y enamorarte de alguien hasta que no hay punto de retorno y ambos tuvieron las mejores intenciones para hacerlo hasta que finalmente una mañana de marzo, cuando las copas se atravesaron en sus manos la noche de su cumpleaños y llamó incontables veces a Junmyeon solo para ser ignorado, por supuesto que sería de esa manera, eran las tres de la mañana, pero no significaba que no doliera sentirse ignorado, rechazado. Llegó a quedarse dormido con la cabeza sobre la mesita de centro y el pijama de osos nueva vistiéndole a la perfección. Realmente no esperaba nada más que descubrirse un idiota a la mañana siguiente, meterse a la ducha e intentar olvidar la vergüenza, sin embargo, Yoon Sanha estaba recostado a su lado, le miraba profundamente con una sonrisa divertida y aunque no logró evitar que hiciera chistes malísimos sobre su pésima resistencia al alcohol, se sintió conmovido cuando le preparó una sopa picante y le consiguió medicamento para la resaca.
Habían sido un par de pequeños detalles los que lograron que se enamorara de Sanha, tampoco era como si necesitara un gran empuje, no cuando el chico resultaba encantador con su personalidad burbujeante, un cerebro brillante y un rostro hermoso que le llenaba de ternura.
El reloj marcaba treinta minutos para las tres de la tarde, había que darse prisa si querían llegar a tiempo a su clase diaria en la academia.
—¡Llegaste! —exclamó su novio con ese tono de alivio que de reserva para las ocasiones en las que está seguro que se atoró en el tráfico.
Eunwoo le brindó su mejor sonrisa que le cierra los ojos y Sanha enrojece sus mejillas porqué decidió nunca acostumbrarse a eso, le gusta lo adorable que luce con la punta de la nariz roja y el rostro de niño que ha hecho una travesura y planea pedir disculpas con ternura.
Suspira y lo deja pasar. Toma su bolso colgado en el perchero y se ajusta el abrigo antes de sacar del bolsillo el par de guantes extra que lleva a todos lados desde que comenzó a descender la temperatura en la ciudad. —Sabía que saldrías de casa a las prisas como siempre y olvidarías los guantes. —plantó una sonrisa al empezar a cubrir las manos del pelinegro que estaban heladas a comparación de las suyas, cálidas, suaves.
Eunwoo le miraba con cuidado, su corazón latía con fuerza y sus mejillas le delataba lo nervioso que estaba. Definitivamente él era el tímido en la relación, el chico que se sonrojaba, el que recibía las invitaciones a salir, el que no pudo verle a los ojos por un día entero después de su primer toqueteo en el auto en la tercera cita. Sanha solía burlarse pero también le estrujaba las mejillas mientras pronunciaba "eres el conejito más lindo del mundo" aunque a él le parecía que ese título le amoldaba mejor al rubio, pero jamás lo dijo porqué le gustaba esa sensación de ser amado.
—¿Estás listo?
El chico asintió para tomarle la mano en un segundo y salir de la tienda mientras le escuchaba despedirse de su compañera.
Miró parcialmente sus dedos entrelazados, los guantes de lana azul cielo abrigaban las delicadas manos de su novio y en las suyas estaban los guantes azul oscuro que alguna vez comentó que le compró pero jamás le entregó, supuso que a eso se refería cuando dijo que ya habría momento de dárselos.
—¡Está nevando!
Su vocecita infantil llenó su corazón cuando su rostro combinó con la imagen perfecta que tenía de Sanha en un sueño.
Los copos de nieve caían de forma lenta y constante atorándose en su cabello de trigo. Eunwoo detuvo la caminata para empezar a limpiar su flequillo y dejarle un beso casto sobre los labios.
—Es nuestra primera nevada juntos. —informó mientras deslizaba sus brazos al rededor de la fina cintura.
Sanha formuló ese hermoso puchero que Eunwoo adoraba y besaba cada vez que podía. Pronto ese puchero se transformó en una o remarcada de entusiasmo.
—¡Hay que pedir un deseo! —sugirió. —Yo empiezo, deseo que podamos estar muchos años juntos, que nuestras diferencias nos hagan más fuertes y nuestros sentimientos crezcan día con día.
Eunwoo sonrió mostrándole los dientes. Sanha podía ser todo un coqueto que usaba sus encantos para seducirlo, pero también era un chico muy dulce que hacía comentarios terriblemente adorables y empalagosos y sus ojos brillaban con fuerza cuando los decía que no había forma de que pudiera fingir inocencia.
Volvió a reírse por lo bajo, a dejarle uno, dos, tres, cinco besos cortos en las mejillas mientras lo escuchaba suspirar y reír entre sus brazos.
—Yo deseo que nos admitan en la misma universidad, que esperes por mi hasta el último año cuando sea capaz ponerte un anillo al dedo, quiero vivir contigo, tener dos perros y dar paseos matutinos.
Sanha volvió a reírse, calentando con su aliento la piel de su cuello.
—Y yo creí que fui un poco extremo.
Eunwoo negó.
—El deseo de la primera nevada es para estar juntos siempre. Si lo piensas de esta forma sólo tenemos que vivir cinco primeras nevadas más y antes de que te des cuenta ya estaremos compartiendo piso y bautizando a nuestro primer perro.
—Hmm por un segundo olvidé que me amarré al señor control y agenda. —se abrazó más fuerte. — ¿Tendrá un espacio disponible para mi?
—Por supuesto, ¿A que hora debería reservarlo?
—Justo ahora, quiero pasar la primera nevada con el futuro padre de mi perro y no dividiendo fracciones.
Eunwoo sonrió, nuevamente se iría por el camino incierto, pero lo tomaría, porqué parecía lindo, porqué sí, le gustaba el sentimiento recíproco del amor de Yoon Sanha.
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𝙵𝚞𝚗𝚏𝚊𝚌𝚝𝚜.
Todos los capítulos están nombrados por películas de romance que no me parecen tan malas.
Suho de exo es un fanboy de IU así que aquí le cumplimos el sueño.
Durante su cita en Hongdae Sanha le obsequió a Eunwoo un brazalete con el sistema solar. Mi hermana tiene uno como esos y creo que es el accesorio más bonito de todos.
He escrito un montón de versiones de esta historia, en la versión original, Sanha y Eunwoo son mejores amigos. Sanha le ayuda a Eunwoo a conquistar a Junmyeon y en el proceso se enamoran.
Probablemente les suba el extracto original al libro de drabbles 👀