Encantadora de Serpientes (Delphine Riddle Black)

Legítima heredera.

Ese día se había levantado con anticipación, estaba muy emocionada por ir al callejón diagon, así que se alistó temprano esperando a que Harry llegara, dijo que desayunarían afuera y aunque no quisiera admitirlo, parte de su entusiasmo era porque pasaría todo el día sola con Harry, él había prometido contarle sobre su vida de estudiante y con un poco de suerte le hablaría de sus padres.

La puerta sonó cuando el reloj marco las 7 de la mañana, Molly Wesley recibió a los recién llegados y rápidamente la madriguera se llenó de voces, Harry había venido con toda su familia incluyendo la de Ron. Decir que estaba decepcionada era poco. Cada integrante de la familia la saludo sin la efusividad que los llegó a unir en antaño, por ambas partes habían comprendido que su relación fraternal jamás volvería a ser la misma, pero lo que más le dolía era que jamás se disculparon por cada malentendido que ocurría, simplemente hacían como si nada hubiese ocurrido.

Sus primos se sentaron junto a ella sin intención de entablar una conversación, como siempre. El desayuno estuvo lleno de anécdotas, todos se ponían al día y los más jóvenes hablaban emocionados sobre su nuevo curso en Hogwarts, y sin proponérselo estuvo atenta a los chismes que contaban en voz baja para que los adultos no se enteraran, algo un poco complicado, tomando en cuenta que Harry era profesor de defensa contra las artes oscuras, además uno de los amigos más allegados a la familia Neville Longbottom, era profesor de herbología. A pesar de ello, podía sentir a Albus muy emocionado porque al fin había cumplido 11 años y estaba listo para ir al colegio de magia y hechicería. Razón por la cual James no perdía tiempo en asustarlo con las posibles pruebas que enfrentaría para que lo dejaran pertenecer a una casa, e insinuaba constantemente que si terminaba en Slytherin sería una deshonra para la familia. Claro que siempre Harry lo regañaba, pero eso no evitaba que lo siguiera molestando. Delphine recordaba como hace 2 años atrás Albus solía dedicarle miradas de socorro para que alejara a su hermano a lo que ella jalaba a James por la oreja y se lo llevaba bajo las risas del menor, en ocasiones también advirtió las miradas fugaces que le regalaba Albus, llenas de un amor inocente; todavía había momentos en que lo descubría mirándola con la diferencia que ya no le dirigía la palabra por órdenes de James.

- ¿Ya nos vamos? - dijo el hijo mayor de los Potter

- Primero recojan la mesa- regañó ginny

- Harry- Delphine clavó su mirada en el ojiverde con pesadez - ¿recuerdas nuestro trato?

- Por supuesto - Nosotros nos adelantamos, tenemos muchas cosas que hacer. Sin esperar que nadie en particular le contestara, se despidió de todos al momento de ingresar a la chimenea seguido de la joven bruja.

- No me gusta que vaya solo con ella, debiste ofrecerte para acompañarlos George- dijo ginny con incomodidad

- Creo que si alguien sabe cuidarse a la perfección es Harry- respondió con fastidio- Bueno quien quiere pasar por los sortilegios Weasley primero- dijo emocionando a los chicos. George se fue con Albus, James, Teddy, Rose y Ginny

Una vez que Harry y Delphine aparecieron en el callejo diagon se dirigieron a Gringotts. La joven miraba con asombro todo su alrededor, por primera vez ingresaba al territorio de los duendes y la verdad nunca había visto uno en persona, ni siquiera en Norte América.

- Señor Potter- vuelve muy pronto- dijo el duende detrás del escritorio alto

- Esta vez vine hacer otro tramite Ragnuk. Quiero ceder la cámara de los Black- el pequeño duende alzó su mirada con incredulidad.

- Las bóvedas no se pueden vender o regalar señor Potter, solo se heredan bajo la muerte de su principal propietario

- Lo entiendo, por eso quiero ceder la bóveda a la legítima heredera Black – aclaró señalando sutilmente a Delphine y el duende se inclinó para poder observar a la joven bruja