II

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— Así que... Aquí vivirás de ahora en adelante — dice Hyunjin, depositando la última caja con mis pertenencias en el piso de la sala. Con el borde de su playera de manga corta se limpia las pequeñas gotas de sudor que decoran su frente, dándome una perfecta vista de su marcado abdomen sin pena alguna.

— Sí, es lo mejor que pude encontrar en tres días... — Me encojo de hombros, satisfecha con el lugar. — Y por lo menos aquí, el gerente no me pidió tener sexo con él para pagar la primera semana de renta — digo con una mueca de asco que representa a la perfección, el cómo me sentí al oír su propuesta ese día. 

— Te dije que debía acompañarte a buscar departamento — murmura malhumorado, cruzando el espacio que nos separa para posar sus manos en mi cintura y pegar su pecho al mío.

— Tenías que ir a la universidad y yo tenía algo de prisa en buscar un lugar en donde vivir.

— Podría haber faltado y acompañarte.

Rio con suavidad mientras niego al ver su insistencia. Entrelazo mis manos en la parte posterior de su cuello y lo miro divertida.

— Muy bien, podemos continuar discutiendo del pasado a pesar de que no sucedió nada malo o... Podríamos besarnos y continuar con nuestras vidas — hablo, fijando mis ojos en sus rosados y generosos labios.

— Hum... Me gusta discutir... — susurra juguetón, inclinándose más cerca. Su caliente respiración acaricia mi boca y las ganas por besar a mi novio solo aumentan. — pero más me gusta besarte.

Sonrío contra sus labios mientras nos encargamos de eliminar la distancia que nos separa. Cuando nuestros labios se encuentran a milímetros de distancia, un pequeño maullido revienta la linda burbuja en donde nos encontramos y nos obliga a separarnos para giramos en la dirección de donde proviene el sonido.

— Un gato… ¿Es tuyo? — cuestiona con el entrecejo levemente fruncido en confusión, viendo al felino de color naranja con un poco de interés.

— Claro que no. Sabes que no me gustan los gatos — Arrugo la nariz con desagrado, mirando a la bola de pelos naranja que no deja de mover su cola de manera lenta, con sus gatunos ojos puestos sobre mí como si tuviera algún problema conmigo. — Es la mascota del edificio. Según la gerente, le gusta estar aquí, pero ahora que yo vivo aquí, tendrá que buscarse otro lugar en donde vivir porque no quiero a un gato pulguiento acostándose en mi sofá o cama.

Hyunjin ríe entre dientes.

— Tampoco es tan feo. — Se acerca a él y se hinca a su lado para acariciar su cabeza. El gato, gustoso, frota su cabeza contra la palma de Hyunjin. — Es muy cariñoso…

— Sí, eso parece.

— Ya, lo dejaré afuera — dice riendo al ver mi expresión de disgusto y que a pesar de su comportamiento dócil, no lo quiero cerca.

— Gracias.

— Okey, amigo... Mejor búscate otro lugar en donde estar porque aquí ya no eres bienvenido — le habla al animal, caminando con este hasta la puerta principal y dejándolo en el pasillo. — Adiós — canturrea de forma tierna, sacudiendo su mano antes de cerrar la puerta en la cara del animal, con cuidado de no lastimarlo por si este desea intentar entrar de nuevo.

— Creí que a ti tampoco te gustaban los gatos.

— No son mis favoritos, pero de igual manera los acaricio y juego con ellos algunas veces. — Se encoge de hombros avanzando hasta mí. — Pero al igual que tú, los perros me encantan. — Sonríe de manera brillante, tomándome de la cintura otra vez. — Ahora sí... ¡Bésame, bebé! — Suelta de manera graciosa, logrando sacarme una suave carcajada.

𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞 𝐁𝐨𝐲 || 𝐋𝐄𝐄 𝐊𝐍𝐎𝐖 (𝐀 𝐃 𝐀 𝐏 𝐓 𝐀 𝐂 𝐈 𝐎 𝐍)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora