—¿Qué pasa?
—Nada.
—Si vas a mentir, al menos intenta que sea creíble, ¿sí?
—Estoy bien— digo en un cansado suspiro, sin siquiera voltear a verlo en lo más mínimo y manteniendo mi vista fija en el mismo lugar del techo. No sé cuánto tiempo llevo así, pero el hecho de que Minho haya venido a saber si es que me ocurre algo, me dice que es más de lo que alguien podría considerar como normal.
—No sé si alguien te lo ha dicho antes, así que supongo que lo tendré que hacer yo porque me agradas lo suficiente como para abrirte los ojos...— Toma una bocanada de aire, como si lo que viniera ahora fuera algo sumamente difícil de decir y me aguanto la floja sonrisa que quiere salir— Eres un fracaso mintiendo.
—O tal vez… Tú eres muy bueno descubriendo las mentiras— refuto, alzando una ceja.
—Sé que soy bueno en muchas cosas, y entre ellas descubrir mentiras, pero no puedo llevarme el mérito por algo como esto. Ni siquiera me lo pones difícil. ¡Estás utilizando la misma palabra que usan todas las mujeres para mentir!
—¿Cuál palabra?— Mis ojos viajan a su rostro cuando se sienta en la orilla de la cama junto a mí.
Sé cuál es la palabra y sé que él también sabe que lo sé, pero es divertido ver que se toma el tiempo de explicármelo como si en verdad, yo no supiera de qué diablos está hablando. Todo para solo darme en el gusto.
—... Y siempre dicen nada. ¡Cuando, en realidad, sí les pasa algo!— exclama con una divertida frustración que consigue sacarme una sonrisa que no soy capaz de contener. Porque además de divertirme con su desespero, el hecho de que al decir "nada" hiciera una pobre imitación de una voz femenina, pudieron conmigo—¿Por qué hacen eso?
Me encojo de hombros.
—Supongo que las razones son similares a cuándo alguien te pregunta ¿cómo estás? Y nuestra respuesta automática es bien. Porque es más fácil decir eso que afrontar todo lo que conlleva responder con un mal.
Frunce los labios ligeramente y asiente, de acuerdo con mi argumento que no debe ser uno desconocido para él.
—Lo comprendo. Yo también lo he hecho, pero... ¿sabes? Yo no quiero que me respondas de esa manera tan robótica— Su ceño se frunce ligeramente— Quiero que seas sincera y que cuándo te pregunte cómo estás me digas sin tapujos… ¡Estoy como la mierda!
—Suena genial— admito con sinceridad y me siento en la cama, estilo mariposa— Pero... ¿Qué hago cuando me preguntes por qué y yo no tenga una respuesta concreta? Porque lo harás, y muchas veces no tendré una buena respuesta para justificar el por qué me siento triste o sola.
—No creo que necesites una justificación para estar triste.
—Eres la primera persona que me dice aquello —Suspiro, rememorando el pasado y junto a él, las críticas recibidas— En casa, con mis padres, no podía estar decaída sin una buena validación para ello, ya que de otra forma me convertía en una complicada y exagerada.
—¿En serio? Eso es algo muy tonto.
—Sí, pero para ellos no había razón válida para estar tristes porque teníamos dinero y con eso una buena cama, casa, sirvientas, comida... Estar triste era una tremenda estupidez para mis padres. Y eso solo conseguía hacerme sentir peor, porque me hacía pensar que no tenía el derecho para estar triste cuando poseía tantos privilegios— Paso saliva, acomodando mi cabello por inercia—, y trataba de no estarlo, en serio, pero a pesar de ello no podía evitar sentir un incómodo peso dentro de mí que no sabía cómo poner en palabras y que prefería terminar tragándome. Soportar este tipo de dolor en silencio se ha vuelto ya más una costumbre que otra cosa.
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𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞 𝐁𝐨𝐲 || 𝐋𝐄𝐄 𝐊𝐍𝐎𝐖 (𝐀 𝐃 𝐀 𝐏 𝐓 𝐀 𝐂 𝐈 𝐎 𝐍)
FanfictionBomi se muda a un nuevo e increíble departamento en busca de escapar de sus controladores padres. Ella, consciente de los rumores que rondan alrededor del departamento, decide rentarlo de todos modos, incapaz de prever las cosas que traerá consigo e...