Con un quejido de protesta deslizo mi brazo izquierdo de entre las sábanas hasta la mesa de noche junto a la cama, en donde se haya mi móvil chillando a todo volumen. Palmeo la superficie con desgano hasta que mi extremidad da con el aparato y lucho contra mis parpados para que estos se abran de una vez por todas.
Me siento con pereza en el mullido colchón, asegurándome de aquella manera de no volver a quedarme dormida tras apagar la fastidiosa alarma que me pone de mal humor cada vez que la oigo. Detalle que en general, sucede con todos los tonos que coloco tras pasar un periodo de tiempo que supera las dos semanas.
Bostezo, tallo mis ojos y me fijo en la bola de pelos que se encuentra recostada a los pies de mi cama con sus oscuros orbes sobre mí.
Entrecierro los ojos sin dejar de observarlo, recordando el raro sueño que tuve que incluían al mismo chico extraño que vi durmiendo en mi cama y una ducha.— Pero que sueño más raro... — comento para mí misma, estirando mis brazos hasta su capacidad máxima y haciendo tronar mi espalda. — De cualquier forma... Tú no pareces captar el mensaje de que no te quiero aquí.
Su respuesta es levantarse, estirarse todo lo que le permite su cuerpo y volver a dejarse caer sobre la cama.
— Maravilloso... — Farfullo, quitándome las sábanas de encima para poder levantarme. — No creas que me he rendido contigo. Pero pausaré nuestra guerra porque tengo que prepararme para ir a trabajar. Así que... Ugh... vete a dormir al sofá o al piso, pero no en mi cama. Shu...shu... — Lo corro, sacudiendo las manos para espantarlo.
Se levanta de mala gana y salta hasta el piso. Se vuelve a estirar y, dándome un último vistazo como si se estuviera cerciorando de algo, abandona la habitación con una actitud altiva y una tranquilidad envidiantes.
No le doy más importancia al animal y me voy a dar una rápida ducha para luego vestirme con algo básico, pero elegante para trabajar. Me maquillo de una manera simple porque el tiempo no me sobra, y me dirijo a la cocina para devorar la comida más importante del día: el desayuno.
Me estoy sirviendo una taza de té después de que la tetera terminara de hervir cuando el timbre del departamento suena. Dejo lo que estoy haciendo y voy rápidamente a atender el llamado y, en el momento en que paso por la sala, le dedico una mala mirada a la bola de pelos que duerme felizmente en el sillón, ocupando todo lo que su pequeño y peludo cuerpo le permite.
— ¡Buenos días, Bo-bo! — exclama Christopher apenas abro la puerta, con una brillante sonrisa que podría dejar ciego a cualquiera.
Ignoro el absurdo apodo por el cual me llama y le sonrío de vuelta, algo extrañada de que se presente ante mi puerta tan temprano.
— Buenos días, Christopher.
— ¿Cómo dormiste?
— Hum... bien, gracias.
— ¡Genial! Dormir bien es importante, Bo-bo. — Me señala con su dedo índice como si de mi padre se tratara, acompañando su gesto de una seria mirada que más que amenazante, causa una rara ternura. — Nunca lo olvides, ¿sí?
— S-sí, claro. No lo olvidaré. — Asiento. — ¿Se te ofrece algo, Chris? — Le pregunto un poco ansiosa con terminar la rara conversación que estamos teniendo y continuar con la que ahora, será mi nueva rutina.
— ¡Oh, sí! Quería entregarte este queque especial que hice anoche para ti. — Me lo tiende, con una expresión llena de amabilidad pura y dulzura. —Te recomiendo no comer mucho.
Un poco confundida, pero agradecida por el lindo gesto del australiano, recibo su regalo que se encuentra tapado con un lindo paño de cocina de color verde pastel.
ESTÁS LEYENDO
𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞 𝐁𝐨𝐲 || 𝐋𝐄𝐄 𝐊𝐍𝐎𝐖 (𝐀 𝐃 𝐀 𝐏 𝐓 𝐀 𝐂 𝐈 𝐎 𝐍)
FanfictionBomi se muda a un nuevo e increíble departamento en busca de escapar de sus controladores padres. Ella, consciente de los rumores que rondan alrededor del departamento, decide rentarlo de todos modos, incapaz de prever las cosas que traerá consigo e...