Era jueves por la mañana temprano, y un joven chico coreano de negros cabellos se dirigía con paso decidido a la casa del chico que sospechaba que se le declaró por error.
Para su mala suerte, no le encontró nuevamente el día anterior después de toda la escena en el baño. Además el japonés no parecía ayudar mucho, ya que no contestaba a ninguno de sus mensajes.
El mejor amigo del japonés tampoco puso mucho parte de igual manera, ya que cada vez que se había cruzado con él por los pasillos había huido cobardemente en un intento de evitar un largo interrogatorio suyo.
Suspiró metido en sus pensamientos.
¿Y cómo es que sabía Sunoo la dirección de Nishimura Riki? Pues bien, esto es todo gracias al chico australiano que tiene por mejor amigo. Desconocía la razón por la que este conocía la dirección de su, probablemente, nuevo crush. Porque sí, puede que hubiera quedado ligeramente flechazo del rubio de gafas.
De todas formas, decidió no hacerle preguntas a Jake sobre las razones por las que sabía dónde vivía el japonés. Ya hablarían de eso en otro momento.
Cuando estuvo por fin frente a su destino, toda su confianza pareció disiparse al instante. Sus piernas temblando ligeramente.
Miró unos segundos más la vivienda y se giró para ir camino a la escuela. "Tal vez mañana" fue lo que pensó.
Pero tras unos pasos escuchó una puerta abrirse. Se tensó y sus ojos se cerraron con fuerza, con miedo de ver a su objetivo al darse la vuelta.
—¿Sunoo?
Escuchó una voz ligeramente ronca a sus espaldas, no parecía que le hubiera preguntado a él, sino más bien un murmura para él mismo.
"Ojos que no ven, corazón que no siente. No he escuchado, no he visto, sigo recto y todo irá bien." Pensó el mayor.
—¡Sunoo hyung, buenos días!
Una voz alegre sonó detrás de él, junto a unos pasos acelerados que llegaban cada vez más cerca. Cuando quiso darse cuenta tenía al lado a un lindo chico con gafas y una linda sonrisa, que quería pensar, era para él.
¿Cuándo cambiaron los papeles? Era una pregunta que se encontraba en los pensamientos de ambos. Antes Sunoo era el que se acercan alegre y con energías y Ni-Ki el que reaccionaba tímido y nervioso ante sus acciones.
Pero el nervioso ahora era él. Un muy suave sonrojo se había instalado en sus mejillas. Sonrió como bien pudo y susurró un "Muy buenos días a ti también Riki" antes de dirigir su mirada al suelo.
Hubo silencio por unos segundos mientras caminaban juntos.
—Hyung, yo... Quería darte las gracias por lo de ayer. Ya sabes, por la ayuda que me diste para no parecer un desastre durante todo el día.
—No hay de qué Riki, para eso están los amigos.
Cualquiera pensaría: "Eso me ha dolido hasta a mí", pero la realidad es que Ni-Ki estaba dando botes de alegría sabiendo que había hecho progreso con él independientemente de las cartas.
El silencio hizo presencia, las mentes de los dos pensando en cómo iniciar una conversación mientras caminaban el uno al lado del otro.
Tanta era la concentración que Sunoo casi se tropieza con un pequeño desnivel en el suelo. El chico japonés alcanzó a sujetar su mano para ayudarle a mantener el equilibrio.
La obvia preocupación en las palabras del rubio encendió nuevamente las mejillas del mayor.
Asintió torpemente con la cabeza y siguieron caminando, sin darse cuenta aún de que la mano de Ni-Ki seguía abrazando la de Sunoo, con temor a que vuelva a tropezar.
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Sedúceme con tu lenguaje. | SunKi. [Editando]
FanfictionTe conquistaré Kim Sunoo, usando todo lo que aprendí por ti. Incluso si no puede ser cara a cara, incluso si no lo merezco, haré que tu corazón vuelva a tenerme dentro una vez más, porque mis sentimientos hacia ti nunca mermaron ni mermarán. -N.