ᴄʜᴇʀɴᴏʙʏʟ ᴍᴇ ᴀᴍᴀ

Prólogo

La cabeza me latía con fuerza. Me costaba abrir los ojos porque ayer bebí más del límite en la fiesta.

En el momento en que intentaba mover el cuerpo, aparecía la mialgia y todas las células gritaban que les dolía. En particular, hasta el más mínimo movimiento provocaba dolor en los músculos y huesos de la parte baja de la espalda.

—Bien... ... Ugh, me duele.

Cuando miré a mi alrededor, no era mi habitación habitual, sino una habitación desconocida llena de cosas que nunca había visto.

Y sobre todo, aparte del dolor, mi cuerpo estaba relajado. Al mirar hacia abajo, me doy cuenta ahora de que no llevo nada que ni siquiera tenga un hilo.

Cuando giré la cabeza, un hombre de pelo negro me rodeó la cintura con sus brazos musculosos y se encontraba dormido.

Fruncí el ceño automáticamente. Porque adiviné más o menos lo que había pasado.

—Ha... ...parece un mendigo.

La comprensión de la situación terminó en un abrir y cerrar de ojos. Era un proceso natural tener palabras duras que no eran aristocráticas por sí mismas.

Sin embargo, la cabeza me palpitaba y me dolía a causa de la resaca. Fue el momento en el que encontró su ropa mientras se agarraba el cabello con manos irritadas.

Los recuerdos de ayer, que se sentían como si hubieran sido cortados por completo, comenzaron a venir a la mente.

Todo lo que se me vino a la mente era una maldita sensación de piel.