Uno.

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HENRY PAUSÓ fuera de la casa, su sonrisa habitual en sus labios mientras miraba alrededor de la madera quemada. Henry suprimió sus recuerdos embrujados del lugar, ocultando su desagrado.

Ian lo había invitado a entrar. Y quien supuso que era Sarah estaba de pie a su izquierda.

—Lo siento, no llegué a la boda.—Henry miró a la pareja.—Solo me encuentran cuando alguien está muerto. Y aparentemente es un par de meses después.

Sarah ignoró el comentario, sabiendo que Henry no era de los que endulzan sus palabras, por lo que le dijeron.

—No pareces de tu edad.—su voz era amable mientras estudiaba al hermano menor.—¿Cuántos años tienes?

—Técnicamente tenía diecisiete años en el momento de mi muerte-

—¿Muerte?—Ian se paró frente a Sarah, su mano agarrando la cara de su hermano menor. Henry puso los ojos en blanco mientras mostraba sus colmillos.

—Pero para responder a tus preguntas, técnicamente tengo diecinueve años.—Sarah apretó los labios mientras asentía.—¿Dónde está este nuevo alfa?—Henry cuestionó, levantando las cejas.

—¿Estás muerto?—Ian ignoró la pregunta y respondió con la suya propia.—¿Mi hermano pequeño?

—Secuestrado, torturado.—Henry caminó en círculos, sin mirar a los ojos de su hermano—He marcado todas las casillas

—¿Quemado?—preguntó Derek, entrando al vestíbulo.—No creo que hayas hecho eso, corrígeme si me equivoco.

Iba a hacerlo de todos modos.—se encogió de hombros Henry.—Lo he hecho más de una vez.—Derek entrecerró los ojos hacia Henry.—¿Escuché que mataste a Peter?

Derek movió su mirada hacia Ian, quien solo se encogió de hombros. Moviendo su brazo alrededor de la cintura de su esposa.

—Mató a Laura.

—No dije que estaba en contra.—Henry volvió a la puerta.—Esta fue una excelente reunión familiar, todo lo que necesitamos es Cora.

—No puedes salir caminando de aquí.—Derek lo siguió, con una mirada fulminante en su rostro.—No otra vez.

Henry se mordió la lengua mientras caminaba de regreso con su hermano mayor. Mordiéndose el labio para mantener a raya lo sucedido. Derek hizo una pausa, con los brazos cruzados frente a él.

—Felicidades por ser un alfa, Derek. Sé que siempre has deseado ser uno.

Henry se dio la vuela de nuevo, caminando hacia el bosque.

—¿A dónde vas?

—Para comer algo.





HENRY SE HABÍA cruzado con una pareja en medio del bosque, una sonrisa cruzó su rostro mientras caminaba hacia ellos. Los obligó a quedarse quietos y en silencio, acabando con cada uno de ellos.

Henry había aprendido a no preocuparse por las muertes que había causado, algo que Blaze le dijo en sus primeros años de híbrido. Y así estaba ahora, cerrado a la culpa.

Dejó caer el cuerpo del macho al suelo, aterrizando con un ruido sordo. Henry se alejó de los cadáveres, limpiándose la sangre de la cara.

—¿Qué te pasó?—preguntó Derek, mirando la sangre ahora en las mangas de su abrigo.

—Te lo dije, necesitaba un bocado para comer.—Derek miró los cuerpos detrás de Henry, levantando las cejas.

—Están muertos.

—Obviamente, Sherlock.

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