Capítulo 2

9 2 0
                                    

En algún lugar del continente, a unos 30 km durante la noche anterior había sucedido algo que sería importante en mi aventura. No lo sabía aún pero las rueda del destino ya había comenzado a girar de forma extraña.

En medio del cementerio del pueblo alejado de la última casa de la ciudad una figura caminaba entre las tumbas mientras reía maniáticamente.

- ¡Kyaajajajajaja!!! Lo logré jajaja!!!! Yo el gran Hechicero Malikrov lo he logrado!! - decía con una expresión desquiciada en la cara

Malikrov era el nombre del personaje de un antiguo jugador de alto nivel, de cierto videojuego en un mundo paralelo, Su auténtico nombre, Otis. Estaba en el top 2 de los mejores usuarios. Varias veces había estado muy cerca de llegar al top 1 pero simplemente nunca había logrado hacerlo porque no era lo suficientemente bueno. Tenía tanta frustración acumulada que su cordura se deshizo provocando que empezará a hacer cosas ridículas y que nadie cuerdo haría.

- Ahora si seré el mejor!!! Sabía que esa reliquia antigua concedería mi deseo... El juego ahora es real!!- continuó riendo con loca felicidad. Mientras tanto, manos esqueléticas, y con una carne podrida, salían de la tierra.- perfecto ahora probemos mis hechizos- dijo mientras comenzaba a conjurar e intentaba realizar hechizos.

Los zombies y esqueletos que descansaban en sus tumbas emergieron lentamente y se acercaban lentamente al hechicero loco. Desafortunadamente para Malikrov los hechizos no se activaban a la vez que era rodeado por el innumerable ejército de no-muertos.

- ¡mierda, no voy a morir aquí!!- gritó comenzando a asustarse pero no entendía por qué no podía usarlos. A instantes de ser atacado el último de los hechizos que lanzaba una y otra vez se activó lanzando así una gran honda expansiva de fuego que carbonizó a los zombies y esqueletos más cercanos.- diablos, parece que no es tan fácil activar los hechizos como en el juego-  Gruñó y luego de unos segundos al descubrir el truco detrás del uso de la magia, comenzó a lanzar varios hechizos a diestra y siniestra eliminando a docenas de zombies los cuales seguían saliendo de la tierra una y otra vez.

El número de no Muertos aumentaba cada vez mas. Salían de todas partes, de abajo, de adelante, de atrás. El Hechicero se ponía cada vez más nervioso, a pesar de poder neutralizar a la mayoría con sus hechizos le preocupaba que los números no dejaban de aumentar y que su maná era drenada rápidamente por la cantidad de hechizos que lanzaba.

- no debí venir solo... Aquí hay demasiados no-muertos- dijo asustado para luego comenzar a realizar una retirada estratégica para salvar su vida.

Corría, lanzaba hechizo, se escondía detrás de tumbas, mataba varios zombies. Era una ciclo que había usado varias veces en el juego pero estando tan atento a los zombies no notó que había perdido el camino de salida del cementerio y corría en círculos, le hubiera servido de mucho tener el minimapa del juego. Los zombies cada vez eran más y cada vez se acercaban más. Varias veces se acercaron lo suficiente como para rasgar la túnica del mago y hacer varias heridas en su piel, tenía una defensa increíblemente baja aún para su nivel ya que debido a su profesión nunca había destinado esfuerzos en aumentar su defensa física. Para colmo sus túnica que le proporcionaba algo más de defensa estaba cada vez más rota provocando que los beneficios que aportaba disminuyeran demasiado, casi al punto de que era igual que estar desnudo.

Totalmente en pánico comenzó a lanzar hechizos con más frecuentas drenando prácticamente todo su mana mientras se arrastraba. Cientos de zombies morían cada minuto a la vez que Malikrov era herido sin piedad por algunos zombies que por suerte no eran tocados por sus hechizos.

Entonces su mana se agotó y para su suerte solo quedaban 4 zombies al punto de regresar al descanso eterno. Rió como loco notando su suerte al haber sobrevivido. A pesar de que los zombies y esqueletos eran muy débiles y de un nivel bajo eran demasiado numerosos y lentamente habían mermado su defensa, su equipo y su mana al punto de que quedaron en números rojos.

Mago AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora