Jugando con fuego

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Estar aquí donde sea que estoy en pieza a gustarme, empiezo a sentirme como en casa, realmente además de mi abuelo y Gabriel no hay mucho que me esperara en casa.

Salgo de casa de Mirna para dirigirme con Cyro, al llegar lo noto preocupado pero me habla igual de tranquilo que siempre.

–Bien Amelia, es hora de empezar con tu entrenamiento, aunque me gustaría poder tomar tantos años como le llevaría a un aprendiz ordinario, contigo no será así, deberás aprender más rápido que ningún otro, como sabrás ya estamos unos cuantos años tarde- oh no, no suena bien – así que ven, acércate– me dice señalando un par de objetos en la mesa, puedo ver algunas plantas y también tijeras y cuchillos.

–Acaso aprenderemos jardinería?– dijo curiosa.

–No, aprenderás a guiar y transformar la energía que te rodea, a intercambiar con ella... –se queda pensando por un momento.– Veras, algunos lo conocen como un caos y se considera que es tan solo uno de los tantos tipos de magia que podemos controlar, muchos lo consideran sumamente difícil de manipular ya que requiere intercambios proporcionales, si quieres algo valioso debes dar algo igual de valioso, es simple- dice mas para si mismo que para mi.

-Observa- señala la planta y toma de entre la tierra una pequeña rama que parece levantarse por si sola mientras que la planta se marchita, al terminar de secarse la rama cae nuevamente a la mesa -de la materia viva a tu alrededor puedes tomar pequeñas pizcas de energía que servirá para cosas igualmente pequeñas, pero ahora observa esto- esta vez toma un cuchillo de la mesa y lo veo enterrarlo en la punta de uno de sus dedos, aunque esto segura de que eso debe de doler demasiado apenas y hace una mueca de dolor. Veo como esta vez el resto de cuchillos que había sobre la mesa empiezan a levantarse apuntando hacia mi.

-Cyro..- digo con voz entrecortada conforme veo que se acercan a mi, el primero pasa rosando mi oreja y siento como una gota de sangre va cayendo poco a poco por el borde de mi oreja, el siguiente corte puedo sentirlo en mi pierna, pero esta vez el dolor en punzante y me obliga a doblarme sobre mi pierna.

-¡Cyro! ¿Qué estas haciendo?- escucho gritar a Eizor cerca de mi.-¿Qué te sucede? intentas enseñarla o matarla- dice desconcertado.

-No hay tiempo y lo sabes, Cigantu no tendrá piedad y el menor atisbo de debilidad va a usarlo a su favor, no tenemos tiempo para fallar- dice en un tono sumamente duro y amenazador, no es la misma voz del anciano amable que había conocido antes.  

-Yo no tengo idea de lo que debo hacer, aun menos de como pelear- digo gritando desconcertada - si esperan que logre hacer eso, lo que quiera que hayas echo ya deberían perder la esperanza!- una rabia incontrolable empieza a sentirse en mi pecho, todas aquellas emociones que no había sentido comienzan a salir- ¡Yo no se quienes son! ¡tampoco pertenezco a este lugar!- 

Cyro comienza lanza contra la pared a Eizor y comienza a lanzar más cuchillos que apenas y alcanzo a esquivar.

-Pues deberás de empezar a buscar quien eres, ¡Tu perteneces aquí! y pronto de haré recordarlo- esta vez levanta un cuchillo largo, que parece tener una hoja muy afilada.-Después de todo si no puedes ayudarnos, no nos sirves- cuando lo veo dirigir el cuchillo hacia mi todo lo que puedo hacer es poner las manos frente a mi, cierro los ojos y me quedo esperando el inevitable final.

Silencio. No escucho nada más que silencio.

Si he muerto puedo decir que dolió menos de lo que esperaba, bueno, no dolió, pero este anciano en verdad que se volvió loco, si me hubieran dicho que así seria mi muerte quizá me hubiera muerto de risa, atravesada en el pecho por un cuchillote, y por un anciano que se volvió demente... bueno será una interesante historia para contar más allá.

-Lo sabia, los dioses no son estúpidos- escucho decir a Cyro, abro lo ojos y puedo ver como el cuchillo se quedo flotando frente a mi, apenas haciendo un ligero corte en la palma de mi mano.

-¿Qué demo... ¡¿Como lo logro? sus heridas apenas...- Escucho decir a Eizor con incredulidad.

-Los dioses no la han abandonado, aunque han estado ausentes por mucho tiempo, otra vez se manifiestan- esta vez veo que Cyro esboza una verdadera sonrisa.- Siempre han estado, solo había que empujarte un poco Amelia-

-Un poco- empiezo a reír descontroladamente - ¡¿Un poco?! ¡Eres un maldito demente! ¡¿Acaso querías matarme?- siento como esta vez el dolor de mis heridas desaparece poco a poco pero todo a mi alrededor empieza a estremecerse como una pequeña casa de cartón frente a un huracán.

-Amelia, cálmate- escucho decir a lo lejos a Eizor.

 Pero solo puedo ver como la sonrisa de Cyro va desapareciendo poco a poco. 

-Amelia, debes entender que no tenemos tiempo de andar a gatas- dice levantando las manos al frente pero continua su tono burlón.

-Tu y tu puto entrenamiento, puedes metértelo por...- veo a Eizor colocarse frente a mi, entre Cyro y mi nueva furia descubierta.

-Rowena debes calmarte- dice mientras pone una mano sobre mi mejilla - esto es nuevo para ti, pero no debes dejar que la ira te domine- dice en una voz tan baja que apenas puedo escucharle, pero ver a Cyro sonriendo después de su maldita demostración solo hace que me ponga aun más furiosa. 

Aprieto mis manos tan fuerte que mis uñas parecen enterrarse en mipiel y todo lo que logran es hacer que la madera cruja mas fuerte.

- Rowena- siento como Eizor pasa su mano de mi mejilla a mi nuca y me da un beso, no estoy segura como logro aventarlo sobre la mesa. Cyro explota a carcajadas.

-No ibas a perder esa oportunidad ¿cierto?- dice Cyro entre carcajadas. Volteo a ver a Eizor y lo veo haciendo una mueca de dolor mientras quita una de las tijeras de su muslo.

-Bien me lo busque, pero al menos no es tu cabeza la que esta entre las maderas- dice enojado hacia Cyro.

-¿Qué demonios de pasa Eizor?- digo más sonrojada que molesta, extrañamente ese beso fue... emocionante, pero no pienso admitir nada.

- Bueno, no podría pasar nada más que lo que estabas haciendo- dice dulcemente al dirigirse a mi, volteo a mi alrededor para darme cuenta que ahora varios tablones estaban colgando y otros mas estaban trozados.

-¿Pero como fue que esto paso?-

-Fuiste tu pequeña Rowena-

-Sabes que no me llamo así-

-Si para mi- Dice Eizor embelesado hacia mi, ¿a caso no se da cuenta que su muslo esta sangrando?.

-Ayúdame a parame y cura esto Cyro- dirige una mano hacia este para que lo levante del suelo.

Durante el resto del día Cyro continua enseñándome como hacer esos intercambios de energía, aunque en un principio me pareció prácticamente imposible creo que puedo decir que empiezo a dominarlo, y mi fobia a la sangre parece haber desaparecido. Aunque en el resto del entrenamiento no hubo más dolor, no hicimos más que intercambios de energía externa, plantitas, agua, fuego, me siento como avatar *(serie de maestros que controlan los cuatro elementos) solo que no controlo elementos, los consumo... 

Bueno es casi lo mismo, ja ja.

Al llegar a casa se Mirna me acuesto en la cama y solo puedo pensar en lo mágico que es esto, es tan lindo poder hacer esas cosas con magia, bueno la parte del dolor no es tan llamativa, pero creo que puedo con ello.










SUEÑOS DE HUMO Y ALMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora