Empiezo a oler humo, no entiendo por qué a estas horas de la madrugada quieren encender la chimenea si hace bastante calor.
–Amelia!!! Despierta, tenemos que irnos– grita desesperadamente Eizor.
Me pongo en pie totalmente aturdida, mientras la puerta se abre de golpe, veo a Eizor entrar a toda velocidad, me toma de la mano y salimos tan rápido como puedo de la casa. Al salir la imagen que veo es impresionante, las casas arden como si fueran solo combustible, me quedo helada al contemplar la imagen, nunca había visto algo como eso.
–Tenemos que irnos, no pueden encontrarte– Eizor toma mi brazo y me jala para seguir corriendo hasta llegar a esa especie de caballo que había montado antes.
–¿Dónde está Arme y Hellem? –pregunto confundida – ¿Y Cyro?.
–Ellos están sacando a tantos como pueden, los encontraremos cuando todo se calme– dice mientras cabalgamos tan rápido como es posible.
Acto seguido solo escucho como un fino zumbido se acerca y se detiene bruscamente, siento un líquido tibio mojar mi pecho.
–Salvate– escucho decir a Eizor mientras cae. No se de dónde vino la flecha, tomo las riendas y regreso a dónde cayó Eizor, quizás esté muerto pero no puedo irme solo así, no puedo dejarlo.
–¡Eizor!– grito desesperada, la noche es tan oscura que apenas y puedo ver con la fina luz de las estrellas –¡¿Dónde demonios estás?!–
Silencio. No puedo escuchar nada, si el está muerto no se a donde ir, a dónde se supone que vaya o que haga.
–Vaya, mira a quien tenemos aquí, es la estúpida que se nos escapó antes, pero no está vez–
Esa voz me es muy familiar, lo escucho cerca pero no logro ver de dónde viene.
– ¿Quién está ahí? ¿Donde estas?– el miedo empieza a invadirme.
– Tranquila, no vamos a hacerte daño – esta vez escucho una voz más grave.
–No hables por mi– una tercera voz más aguda, incluso chillante.
Volteo a todos lados sin lograr ver nada
– Caos – esa es la voz de Eizor.
– ¿Dónde estás?– no estoy segura de haberlo dicho en voz alta pero lo escucho respirar.
– Ni teniéndome frente a ti lograrás verme – lo escucho reír bajo, Eizor es un idiota en cualquier momento, pero escucharlo de alguna forma me calma.
Cuando doy un par de pasos hacia donde lo escuché solo siento un mazo golpear directamente en mi estómago y siento como escapa todo el aire de mis pulmones, mi vista se empieza a nublar.
– Usa tu caos – esta vez escucho una voz calida dentro de mi cabeza que me trae al presente. Siento como poco a poco un extraño calor invade mi manos. Siento como mis manos se mueven, como si yo no pudiera controlar mi propio cuerpo.
Eizor
No puedo creer lo que estoy viendo, parece que todas las leyendas que escuché de niño son verdaderas, veo como Amelia abre sus manos y al cerrarlas en un rápido movimiento atrae a los tres centinelas a ella, los tres quedan flotando frente a ella, el pánico y el terror se refleja en sus ojos, mientas que Amelia parece mirarlos con curiosidad, sus ojos que ahora se ven blancos, parecen estar llenos de dolor.
– ¿Qué han hecho?– les dice mientras voltea a ver la aldea –¿Cómo pudieron dejarse corromper así?–
Los tres centinelas la miran confundidos, por un momento la miran con confusión y nostalgia.
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SUEÑOS DE HUMO Y ALMA
RomanceAmelia encuentra entre los diarios de su abuelo demente un ritual que la transporta a un lugar y tiempo desconocidos para ella, pero todos ahí parecen conocerla, incluso esperarla y hay algo que ella jamás espero encontrar, algo que cambió sus deseo...