Capítulo 7

9 2 7
                                    

La vida se basa en hacer hoy y lamentar mañana, eso solía decir la madre superiora de la iglesia, pero nunca habló de lo desagradable que sería sentirse impuro.

La última interacción que tuve con Damon dejó mucho que pensar, y sobre todo, mucho que analizar, las palabras salieron como cohetes por mi boca, rápidas, fugaces, peligrosas.

Ayer cuando llegué a mi alcoba me acosté a dormir luego de pasar horas dando vueltas en la cama.

El cansancio no se va a pesar de que ya es tarde y todos se han despertado,la mente no ha tenido paz, no he podido descansar realmente.

De mala gana me doy una ducha y me dirijo al rincón a rezar, lo necesito.Al llegar me encuentro a David sentado, tomo puesto a su lado y abre los ojos para mirarme con ternura, es tan dulce...

-Creo que deberíamos hablar-propone.

-Tienes razón.

-Yo...ehm....me encantó lo de ayer-tartamudea.

Un profundo silencio se hace notar, no sé qué decir, pero la manera en que sus ojos me miran me hacen sentir querida, aceptada, perdonada...

-Me gustaría seguir a tu lado y compartir tiempo, eres muy tierna-garraspea- no me importa que tenga que soportar las conductas de tu hermanastro, soy capaz por ti....

-No creo que sea lo mejor...

-Ey-me toma por el mentón con suavidad-quiero formar parte de tu vida, y si eso significa que él está pues entonces no importa...

Cierro los ojos y aspiro su aroma, este chico es como las puertas al cielo, me da la seguridad de que estoy siendo cuidada, siento que haría cualquier cosa por mí y que en sus manos tengo el camino que el señor ha señalado para mí.

No puedo decir que me encante, pero su forma de ser me gusta, su manera amable de ver la vida y tratar a las personas, todo lo contrario a Damon...

-No será fácil-aseguro.

-Pero podré con ello.

Se acerca lentamente y planta un delicado beso en mis labios, rápido pero bonito, como si la seda acariciara tu rostro dejando aquel sentimiento de suavidad.

Acto seguido se levanta y me ofrece la mano, le sigo la rima y comenzamos a caminar hacia el comedor, las mesas de caoba perfectamente arregladas acogen a todos los estudiantes que comen con apuro.Me dirijo a dónde se encuentran los platos y tomo uno pasando por las distintas secciones donde me ofrecen lo que hay en el menú.

Cuando tengo todo en mano diviso una mesa alejada de todos, me encamino hasta ella y dejo mi plato para tomar asiento, la ventana me queda a mi derecha así que aprovecho y veo el bosque mientras espero que David llegue, sería de mala educación comer antes de que él llegue.

-Todo parece delicioso-dice animoso-¿bendecimos la comida?.

Le doy un leve asentimiento y nos tomamos de las manos para comenzar a bendecir los alimentos, nunca pueden faltar las costumbres, Dios no olvida a quienes son devotos...

Cuando hemos terminado comienzo a devorar la carne con rapidez, llevaba unos días que no comía bien, en cambio David parece no tener mucho apetito, da unos cuantos bocados y se limita a echar a un lado su plato con una sonrisa amable.

-Casi no has comido-me quejo.

-Suelo comer muy poco, no es nada nuevo-me tranquiliza-pero tú deberías comer, estás más delgada en estos días.

Inconscientemente me miro la barriga, si he bajado de peso, no es un cambio brusco pero para alguien que lleva unas semanas viéndome puede ser notorio.
Me encanta su manera de preocuparse por mí, es algo que no todos poseen, el egoísmo ha llenado los corazones y ya existen pocas personas con buenas intenciones.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 08, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

EfímerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora