La fuente de agua

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Al salir de clases esperé a que Samuel saliera para irnos a la fuente de agua, le avisé a mi mamá que llegaría un poco tarde de lo normal porque hiba a ir con un amigo a comprar algo.

Durante el camino los dos estubimos callados, era un silencio incómodo hasta que por fin llegamos a nuestro destino.

-¿Y bien? -dijo Samuel-

-Lamento lo que pasó la noche en la que mi "amigo" te mandó ese mensaje y respecto a eso quiero decirte que pues la verdad si me gustas

Mi corazón latía demasiado rápido y me estaba volviendo loca el simple hecho de que su cara no expresaba nada, estaba completamente serio

-Sé que a ti te gusta otra persona y en verdad respeto eso, espero que después de esto nada cambie entre nosotros y por favor no se lo digas a nadie

-Ok, ¿Eso es todo?

-Sí, es todo

Y con eso dió la vuelta y se fue, dejándome sola con el corazón destrozado.

Ingenua, esa palabra es la que me describía en esos momentos, fui tan ingenua al pensar que yo le gustaba y que podíamos llegar a ser algo.

Llegué a mi casa y entré a mi habitación, me acosté en mi cama y comencé a llorar por lo que había pasado con Samuel, yo sabía que no hiba a terminar bien pero me hice tantas ilusiones que creía que me hiba a decir algo como tú también me gustas pero eso no pasó y nunca pasará, a él le gusta Alejandra y no la cambiaría por nada ni nadie, lo comprobé hace unos instantes.

Un amor no correspondidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora