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Los gemelos estaban sentados en el sofá, veían como su hermano mayor caminaba de un lado a otro. Sukuna estaba nada de meterle un puñetazo, no era novedad que era el que menos paciencia tenía de los tres.

—¡Oye, habla de una puta vez!— exclamó el gemelo alfa con molestia. Choso se detuvo y lo miró por unos segundos, luego soltó un suspiro y se agachó frente a sus hermanos.

—Es algo complicado de explicar…— colocó sus manos sobre las rodillas de ambos gemelos, se giró a ver a Todou quien simplemente asintió. Regresó su mirada a los pelirosados —Sé que a ninguno de los dos les gusta que vaya con rodeos, así que se los diré directamente…— dio una pequeña pausa —Trabajo para la mafia.

Hubo un profundo silencio en la sala, hasta que Yuuji soltó una risa nerviosa.

—Esas bromas no son graciosas, Choso— le dió un leve golpe en el hombro al pelinegro que simplemente agacho la mirada —Es una broma, ¿Verdad?— otro largo silencio inundó el hogar.

—¡¿Cómo carajos te metiste en algo como eso?!— se levantó del sofá el alfa, estaba comenzando a emanar un olor a lima.

—¡Eso suena a algo que haría Sukuna, no tú!— imitó el movimiento de su gemelo —¡¿Por qué te metes en algo tan peligroso?!

—¡Es obvio que lo hace por dinero!— tomó del cuello de la ropa a Choso —Siempre me decías que no me metiera en problemas y que dejara de ser tan imprudente, ¡¿Y esto es lo que tú haces?!— apretó más la prenda —¡Ja! Que gran ejemplo de hermano mayor.

Antes de que algo más pasará, Aoi tomó por la espalda a Sukuna y lo alejó de Choso, evidentemente eso no le causó mucha gracia al pelirosado.

—¡Tú lo sabías!— intentó zafarse pero Todou solo lo apretó mas.

—Su hermano aún no ha terminado, dejen que les cuente todo y ya después pueden soltar lo que sienten.

Yuuji colocó una mano sobre el hombro de Choso y lo apretó sin mucha fuerza. Lo estaba mirando con seriedad y le hizo un gesto para que continuará. El pelinegro se separó de su hermano y se sentó en el sillón.

—No lo hago por voluntad propia…— se colocó una mano en el rostro —Nosotros somos propiedad de la mafia, fuimos vendidos a ella y ahora tenemos que hacer todo lo que nos pidan— en cuanto dijo eso las expresiones de los gemelos cambiaron a una de sorpresa.

—¿Qué estás diciendo?

—Es la verdad, fuimos vendidos a ellos cuando éramos niños, gracias al abuelo pudimos vivir nuestras vidas con normalidad por un tiempo…— se quitó la mano de la cara y miró a los contrarios —Como el abuelo está muerto, ellos simplemente están tomando lo que les pertenece.

Sukuna y Yuuji estaban procesando lo que acababan de escuchar, para el mayor no fue difícil deducir quién había sido la que los vendió. Mientras que al menor lo único que le importaba en ese momento era demostrarle a su hermano que no tenía que pasar por eso solo.

—Choso, ¿Por qué no nos dijiste desde un principio?— el omega se sentó junto al pelinegro y puso su mano en su espalda.

—Quería que ustedes siguieran con sus vidas sin involucrarse en esto…— tomó la mano de Yuuji y la acarició con suavidad —Ustedes merecen ser felices, y si yo me tengo que pudrir para que eso sea posible, lo haré.

Sukuna, que por fin había sido liberado, se acercó a ellos y le metió un coscorrón al más alto.

—No trates de hacerte el héroe, bastardo— Choso mantuvo su mirada en el suelo, el alfa menor chasqueo la lengua —Tú siempre nos habías dicho que tenemos que estar unidos como familia, ¿No?— volvió a darle otro golpe —Deja de alejarte de nosotros por algo que nos incumbe a los tres.

Dulce Aroma (GoYuu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora