Dulce Aroma (GoYuu)

18

Los días habían pasado desde aquel acontecimiento, ninguno de los hermanos Itadori había tenido la iniciativa para conversar como es debido, aunque Yuuji lo intentó con Sukuna pero este simplemente le dijo que daba igual si trabaja activamente o no para la mafia ya que al fin y al cabo no iba a quitar el hecho de que pertenecían a esta.

Y aunque el omega no quería dejar que sus hermanos pasarán por eso solos realmente no imaginaba una manera en la que él pudiera matar a alguien, la simple idea de hacer aquello le revolvía el estómago.

Ahora estaba en el patio de la mansión, era un jardín muy precioso en el que nunca había estado, la verdad era que se desvió de su camino original ya que iba hacia la oficina del jefe quien por algún motivo lo había llamado. Aquello definitivamente le daba una mala espina considerando el hecho de que pidió que fuera completamente solo, no tenía ganas de soportar los comentarios que muy seguramente haría el alfa así que decidió meterse en aquel jardín para perder tiempo.

—Yuuji, ¿Qué estás haciendo aquí?— la tan reconocible voz de Satoru llamó su atención, se giró para verlo y le sonrió ligeramente.

—Nada, simplemente estaba pensando…— guardó silencio por unos instantes y luego se agachó para poder observar mejor las bonitas flores que habían —Me sorprende que un lugar lleno de yakuza pueda tener algo así— su mano tocó suavemente uno de los pétalos. Gojo caminó hacia él y se agachó a su lado.

—Este jardín pertenecía a mi papá, como no era alguien que salía muy seguido la jardinería era su manera de distraerse— acercó sus dedos hacia una flor y la arrancó, se quedó observando a la planta por unos segundos —Les pago a unas personas para que las cuiden, supongo que eso le hubiera gustado a papá— levantó la mirada hacia Yuuji para después colocar la flor detrás de su oreja.

El omega le sonrió suavemente antes de posar su mano sobre la contraria evitando que la alejara de su rostro, en cambio hizo que está se posara sobre su mejilla sintiéndose sumamente cómodo con aquel pequeño contacto. Ambos quedaron viéndose a los ojos por unos cuantos segundos antes de inclinarse para darse un beso, el contacto fue bastante suave; sus labios estaban presionando gentilmente contra los ajenos, se atrevían a decir que jamás habían tenido un beso como ese que hizo que pareciera que absolutamente todo a su alrededor no existía, simplemente eran ellos dos y nada más.

Cuando rompieron el beso sus rostros siguieron estando cerca, sus respiraciones estaban mezclándose mientras podían sentir la calidez el uno del otro. Satoru mantuvo los ojos cerrados pensando sobre aquello, ya que la sensación que estaba sintiendo en ese instante era completamente nueva para él; Yuuji por su parte estaba observando el rostro del mayor, sin importar cuántas veces lo viera siempre se quedaba sin aliento por la belleza que aquel alfa poseía.

En eso una nueva presencia interrumpió esa bonita escena.

—Disculpe, mi joven señor…— un hombre trajeado hizo que se separaran, el albino lo miró con el ceño fruncido —Uh, lamento mucho interrumpirlo pero acaba de llegar el muchacho a quien estaba esperando— la expresión de Gojo cambio al escuchar eso y se puso de pie.

—Ese bastardo se tardó mucho— comenzó a caminar hacia dentro de la vivienda pero en eso se detuvo para girarse a ver a Yuuji —A propósito, escuché que mi viejo quiere hablar contigo…— el pelirrosa asintió mientras se levantaba —Avisame si te dice cualquier cosa fuera de lugar, ¿De acuerdo?— sifuera por él no dejaría que su omega fuera solo con aquel maldito hombre pero ahora mismo tenía otras cosas por hacer.

—Esta bien…— fue lo único que dijo antes de ver cómo el más alto se marchaba junto al tipo quien los había interrumpido.

Yuuji no se quedó mucho tiempo en el jardín ya que decidió que era hora de enfrentar a Ryunosuke, mientras caminaba por los pasillos para llegar a la oficina del mencionado inevitablemente se topaba con otros alfas, seguía sin sentirse cómodo en ese entorno ya que podía notar los murmullos y miradas que eran bastante obvio que lo objetivizaban. Era sumamente desagradable todo eso.