3era Carta.

207 34 6
                                    

Pete,

Estoy tan sorprendida como a tú al escribir esta carta, pero considerando todo lo que he vivido a tu lado se me hacía imperdonable no dedicarte una para ti.

Recuerdo el día que nos conocimos, cuando tras su cita mamá nos presentó y no puedo decirte —en este caso escribir te— otra cosa que no sea disculparme por la forma en la que te traté los primeros meses, creo, que lo que más me molestaba era el hecho de que tú entendías el porqué de mi comportamiento, siempre lo entendiste y me diste el tiempo suficiente para entender que no eras mi enemigo.

El hecho de que mis padres se habían divorciado, que mi padre se mudara al otro lado del mundo con su nueva novia y mi madre lidiara con un corazón mal herido y dos niñas a las que cuidar, no era un buen panorama.

Mamá sufrió mucho con la separación y el hecho de saber que había conocido a un nuevo hombre no era muy agradable, ¿La hará sufrir como papá? ¿La quiere lo suficiente? ¿Nos querrá a nosotras también? Esas eran las dudas que tenía con respecto a ti, tenía que ser cuidadosa, no podía dejar que mamá o nosotras saliéramos heridas de nuevo.

Pero tras unos meses demostraste que habías llegado para quedarte y no sabes el alivio que sentí al saber que no volveríamos a estar sola.

Cada día Anne y yo somos testigos del amor que le tienes a mamá, el amor que nos tienes a nosotras, durante estos largos ochos años nos has demostrado el amor que sientes por nosotras cada día. Sé que puedo no ser la más expresiva de la casa, pero, siempre que tenía oportunidad te agradecía claro que, nunca te pude responder a que te agradecía cuando lo preguntabas, tenía miedo de decirlo es voz alta.

¿Recuerdas la vez que te llamé papá y no supimos cómo reaccionar? Ahora lo recuerdo y me causa muchísima risa, tú estabas impactado, yo estaba incómoda y avergonzada; salí corriendo de la cocina y nunca tocamos el tema, hicimos un pacto silencioso de no hablar de eso, siempre fuiste él que me comprendía sin emitir palabra. Creo que fue un error no hablarlo, porque había querido llamarte así hacía tiempo atrás pero no sabía cómo sacar el tema a conversación y temía que te incomodara.

Gracias por cada una de las cosas que has hecho por mí, papá. Porque de una cosa puedes estar seguro Pete, para mi eres mi padre, no importa lo que la sociedad o un pedazo de papel diga, y lamento no haberlo dicho antes.

Te amo.

Con amor,

Lucía.

Con Amor, Lucía. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora