Hürrem: What if...

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Topkapi a finales de 1543

El Şehzade Mehmed le envío una carta a su madre, la Sultana Hürrem la leyó dándose cuenta que su primogénito había sido víctima de un ataque en Manisa. No tenía más tiempo, si no lo hacía ellos lo matarían y el futuro de sus hijos se pondría oscuro.

Caminó a los aposentos de Su Majestad, no temia hacer lo que tenía en mente ya que todo era por el bien de Mehmed y sus demás hijos.

La mujer ordenó que le sirvieran un sharbat al sultán, uno para ella en modo de celebración por la victoria que Süleyman obtuvo en las fronteras con los persas.

— Yo lo amo Majestad, pero usted debe de morir para que Mehmed ascienda al trono — dijo Hürrem mirándolo con una extraña sonrisa — lo amo demasiado, pero mi futuro se ve amenazado por Mustafá.

La tos comenzó, los ojos de Süleyman se hincharon mucho y observó como Hürrem limpiaba unas cuantas lágrimas en sus mejillas.

— Por Allah que yo quería más de nosotros — dijo Hürrem Sultan — no te preocupes amado sultán porque no tendrás que envejecer más, ni ejecutar a Mustafá.

Por la noche la sultana ordenó a uno de los aghas que compró que condujera el cuerpo del sultán por uno de los pasillos secretos, no le quedaba otra opción que viajar al palacio de Mármol donde Rüstem Paşa sin que Mihirimah Sultan lo supiera escondiera el cuerpo hasta que Mehmed viniera a la capital.

Hürrem viajaría a Amasya.

***                     ***                   ***

Yahya Bey recibió a Hürrem en Amasya, era por la mañana y por órdenes de a personas que Hürrem compro el palacio se había quedado vacío, solo había concubinas y encargadas. Nada de guardias y eunucos.

— ¿Hiciste lo que te ordene Yayha? — preguntó Hürrem Sultan.

El hombre ordenó que trajeran algo, la sultana lo quería ver con sus propios ojos para estar segura de que hubiese cumplido su cometido.

— La cabeza del Şehzade Mustafá como lo ordeno — dijo Yayha.

Asco, fue lo único que sintió.

— ¿Mahidevran Hatun lo espera, cierto? — preguntó en sorna.

******

Los gritos de Mahidevran se escuchaban por todo el Palacio de Amasya, la mujer ya no podía más. La cabeza de su hijo estaba en una charolas frente a ella.

Akile Hatun estaba junto a su suegra, horrorizada frente a lo que estaba pasando.

¿Quién habría asesinado al Şehzade Mustafa?

— Mi sultana, el nuevo sultán ha ordenado que tiene que abandonar el palacio inmediatamente — le dijo un sirviente.

— ¿Nuevo sultán? — inquirió Raziye Sultan junto a su madre — ¿Mi padre no ordeno está atrocidad?

El sirviente asintió.

— Su padre, nuestra antigua Majestad el Sultán Süleyman ha fallecido dos días atrás — dijo el sirviente — por lo que Su Majestad el Sultán Mehmed ha ascendido al trono. Nuestra Alteza Real la Gran Madre Sultana Hürrem desea una audiencia con usted Hatun y con la Antigua Madre Sultana — dijo el sirviente.

— Hürrem no tiene derecho... — dijo Mahidevran Gülbahar — ¿Qué pasará con mi nieto, también lo asesinara?

El sirviente negó con la cabeza.

— La Magnífica Sultana Madre no es una asesina — dijo el sirviente — el Şehzade Mehmed debe fue indultado lo más pronto posible y si usted y su madre firman un acuerdo accediendo a lo que nuestra señora quiere, no habrá necesidad de la ejecución.

— ¿A qué se refiere? — inquirió Raziye Sultan.

— Habla ya — replicó Mahidevran devastada — ¿Que es lo que quiere esa serpiente rusa?

Ante aquello con un levantamiento de manos un Agha golpeó fuertemente en la boca a Mahidevran.

— Ten más respeto por la Magnífica Madre Sultana — le dijo el sirviente — o ambas sufrirán las consecuencias.

— Estás ante una Sulta... — dijo Raziye quien fue tomada de los brazos por los Aghas.

— Si firman perderán su estatus, ya no serán Sultanas ni şehzades — dijo el criado de Hürrem — renuncian a la familia Imperial.

Empezó a leer el decreto del Sultán.

Mahidevran Gülbahar vivirás tus días en el exilio como una Hatun

Raziye Sultan perderás tu estatus de sangre real y vivirás como una Hanım adinerada lejos de tierras otomanas junto a tu sobrina Narges quien igual que Mahidevran será una Hatun.

En cuanto al hijo del difunto şehzade, él tendrá que vivir como un hombre cualquiera y si firman esto es lo que obtendrán y no la muerte.

¿Aceptan?

Atentamente: Valide Hürrem Sultan

                                ***

Jamás se imagino este día, desde que su hijo Süleyman la desterró del harén y le otorgó todo el poder a Hürrem en el harén, jamás creyó que algo así pudiera pasar.

Ayşe Hafsa estaba en el antiguo palacio cuando recibió la noticia de la muerte de Süleyman y del Şehzade Mustafa, todo lo que estaba pasando era un infierno.

— Creí que jamás vendrías — dijo mirando a Hürrem frente a ella — Madre Sultana.

— Ahora mi lugar es ser la madre del sultán — dijo Hürrem Sultan — no cometeré tus errores Hafsa, jamás.

— ¿Qué es lo que quieres Hürrem? — dijo Ayşe Hafsa Sultan — ¿Acaso vienes a humillarme?

— Estás en presencia de la Magnífica Madre Sultana — le dijo el Agha — Haz reverencia Hatun.

— ¿Hatun? — inquirió Ayşe Hafsa — ¿Que significa ésto?

— Ahora tu nivel será el más bajo te lo aseguro Ayşe Hafsa — la dijo Valide Hürrem Sultan — Mi poder apenas comienza, ahora junto a mi hijo te quitamos tu asignación en el imperio otomano. No serás más que una Hatun olvidada.

— ¡Mi hijo era el sultán del mundo! — gritó Ayşe Hafsa — que osadía.

— Haz reverencia te lo ordeno — gritó Hürrem Sultan — ¿Que no entiendes?

Sin más, Ayşe Hafsa fue obligada a arrodillarse frente s Hürrem quien más humilló lo más que pudo.

— Tu hijo era un sultán patético y muy manipulable — en cuanto a tus hijas, no las volverás a ver jamás. Excepto Beyhan, ella se ofreció a ser la Kalfa del harén, no quiere perder su asignación y créeme no lo merece, todo lo que le hicieron fue injusto.

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