El sonido del metal de las espadas chocando entre sí hizo eco en la habitación.
Era sorprendente la fuerza y agilidad que tenía Céline, pero a pesar de eso yo contenía mis movimientos, temiendo hacerle daño.
Ella gruñó, empujándome contra una de las paredes, cerca de los arcos, de un rápido movimiento, golpeo mi mano, haciendo que soltara la espada.
—Si te sigues reprimiendo, me obligarás a atravesarte esta espada por la garganta. Adara, no soy inútil, y tampoco te creas mucho, apenas empiezas, tus golpes no son muy certeros —me reprendió
Reí asintiendo y quitándome el sudor de la frente con la manga de mi camisa, caminé rápidamente hasta donde estaba mi espada para recogerla.
Había pasado una semana desde que había tenido mi repentino encuentro con Eros, no habíamos tenido oportunidad de volver a hablar, y como él había prometido, nadie se había enterado de que yo había escapado, tampoco había vuelto a hacerlo, pero estaba planeado hacerlo esta noche, quería poner a prueba mi teoría sobre cómo cruzar el muro, y aunque había intentado tomar el concejo de Eros y le había insistido un par de veces a mis padres para que me dejaran salir en su compañía, se habían negado rotundamente, así que no me quedaba más opción que volver a escapar.
A la mañana siguiente de mi salida, como era de esperarse, mis padres leyeron la carta de Eros.
Nos había informado en su carta que Dashira había duplicado la seguridad del castillo y militarizado cada calle, cada persona que fuera sospechosa de tener contacto con la chica de ojos violetas sería decapitada en la plaza central de la ciudad, y ofrecía una recompensa de mil Dracmas de oro por cualquier información que le pudiera ayudar para esclarecer mi paradero.
Esa noticia me sorprendió por completo, no sabía que para una persona que ni siquiera conocía encontrarme fuera tan importante. No me lo comencé a tomar en serio hasta que con mis propios ojos leí las palabras de Eros escritas en papel.
¡Hasta me había puesto precio!
Y por lo que me había comentado Lidia, lo que ofrecían era una fortuna. También nos había advertido que teniendo en cuenta las necesidades en las que vivían la mayoría de la población cualquiera haría lo que fuera para conseguir la recompensa.
Fue hasta que leímos la carta de Eros que me di cuenta lo mucho que Dashira anhelaba mis poderes, no hacía todo eso por nada, pero hasta ahora me comenzaba creer las explicaciones de mis padres, que en su momento era completamente irreales, la mayoría de las cosas que me habían dicho no las había tomado muy en cuenta, parecían ser una sarta de anécdotas muy lejanas a mí y a la realidad que vivía hacía apenas una semana, el repentino cambio no me había dado tiempo para asimilarlo.
Fue entonces donde también me di cuenta lo poco que me había importado mis poderes y, queriendo saber cuál era el interés que ella tiene en ellos, empecé a desear cada día más aprender a usarlos, pero el chico de la capa negra tampoco se había aparecido por esa semana y ya me habían dejado bastante en claro que si él no estaba nunca me dejarían intentar nada, y yo, ni siquiera sabia como intentar hacer algo.
Por otro lado, nos había tranquilizado que Dashira no mencionara nada acerca de Tyler o Ashley, eso quiere decir que su principal objetivo por el momento sería yo y tendríamos la ventaja de dos sorpresas que ella aún no tenía en cuenta. O tal vez, prefería mantener el secreto de qué sabia que se encontraban aquí.
Por estos días casi todo era rutina. Tyler aún entrenaba combate cuerpo a cuerpo con Lidia y Ashley practicaba sus poderes con mis padres. Yo venía al cuarto de entrenamientos con Céline a practicar con las espadas y cuchillos, aún no habíamos intentado nada con los arcos y estaba muriendo por hacerlo.
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El muro
Fantasy¿Qué haces cuando encuentras un muro a mitad del bosque? A)Lo ignoras B)Le preguntas a alguien y sigues con tu vida C)Decides que es buena idea intentar cruzarlo y terminas en otro planeta Casual ¿No? Siempre viví una vida normal, llegando tarde a...