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(Quiero dar gracias a todas las personas que me apoyan con esto y siempre me animan a cumplir mis sueños, los amo <3)

...

Cristal se encontraba abrazando el suelo, cubierta del polvo y manchada por la tierra.
El sol , que por su posición indicaba la hora del día, le daba en la espalda.
El suelo seco y plano se sentía fresco por debajo.
El viento frío de alguna manera calmaba y reconfortaba el ambiente.
Veía y escuchaba las pisadas, saltos y esquivos de sus demás compañeros, quienes se enfrentaba unos a otros en una batalla sin armas, a golpes y puño limpio; y a lo lejos al instructor Shadis mirando directamente a ella tirada en el suelo.

No tenía conocimiento de nada.
No entendía nada.
No recordaba mucho.

Estaban haciendo las pruebas de combate cuerpo a cuerpo.
La escena parecía un bucle, si caían noqueados volvían a levantarse, si seguían de pie incitaban al otro pagarles con la misma moneda, cosa que se repetía pasando pocos minutos.

Excepto por dos casos, en el primero Annie Leonhart estaba derribando sin piedad a un pelicastaño en el suelo, creo que él se llamaba Eren Jaegger.
Y en el segundo, Berthold Hoover había dejado inconsciente a Cristal Michelet.

Cristal vio al pelinegro posicionarse frente a ella y extenderle su mano, él fijaba su mirada en ella, desafiante y con algo de odio, parece que esto se trataba de algo personal.

Cristal sonrió levemente y rechazó diciendo que se sentía muy cómoda en el suelo y sin más acostó su cabeza al suelo para desmayarse.

Annie los miraba, haciendole una llave a Eren.

...

Horas después Cristal despertó en una habitación con Annie y Reiner al lado de su camilla.

Ahora tenía vendas en la cabeza y en una pierna.

Reiner la abrazó con cuidado.

-¿Te encuentras bien? ¿Qué te duele? ¿Recuerdas algo? -decía preocupado- Me enteré de lo que pasó, perdona a Berthold, no era su intención dejarte inconciente.

Cristal correspondió y sonrió.
-No pasa nada, estoy bien. Me duele un poco la cabeza pero no es nada.

Reiner dió un suspiro de alivio.

Annie solo miraba en silencio y fría como siempre, no decía nada, mas no quitaba su atención de la escena.

Reiner ayudó a Cristal a recostarse en su camilla de nuevo. Le acomodó la sábana y el cabello para descansar, ya era de noche.

Annie le hizo una señal a Reiner, y este se levantó para irse de la habitación, afuera esperaban Jean, Armin y Marco quienes preguntaban sobre el estado de Cristal.
A lo que Reiner les explicó que ella estaba bien y que Annie se quedaría por esta noche a cuidarla.

...

Annie cerró la puerta con seguro después de que Reiner saliera y como si de una mariposa se tratara, ella pasaba por una metamorfosis instantánea, dejando su frialdad y apatía a un lado para ser la mujer que su amada necesitaba en estos momentos.
Su mirada estaba relajada y esos ojos bellos como el cielo ya no presentaban signo de soledad, y su sonrisa... esa linda sonrisa delicada y pequeña transmitía seguridad.

Annie se acercó a Cristal para darle un amoroso beso en la frente.

-¿Estás bien? - le susurró sonriendo-.

Cristal sentía la respiración de Annie en su frente y su cabello caer cerca de su rostro. Era la mejor sensación.
Escuchar su voz era la mejor sinfonía.
Muchas emociones se mezclaban dentro, al tenerla tan cerca.

Cristal extendió sus brazos para abrazarla.

-Estoy mucho mejor ahora que estás aquí. ‐respondió Cristal- ¿Cuánto tiempo dormí?

Annie se sentó en la orilla de la cama para acariciar los cabellos de Cristal.

-Dormiste toda la tarde y la noche. En unas horas ya saldrá el sol. -dijo Annie ahora acariciando el rostro de Cristal-

- Y ¿y cómo llegué aquí? No recuerdo nada -preguntaba Cristal tomando la mano de Annie-.

La rubia no dijo nada por unos segundos, suspiró y respondió a la pregunta de su amada.

-Perdiste contra Berthold, eso pasó. Ahora trata de descansar.

Cristal supo en ese instante que otro problema había comenzado, otra barrera se había levantado entre su relación con Annie. No habían sido lo suficientemente precavidas, quizá ya todo el mundo sabía de esto.

Annie apagó la luz y se acostó al lado de su amada para acompañarla en lo que quedaba de la madrugada.

Ninguna de las dos se sentía tranquila, pero el peso era más liviano. Como todos los problemas y dificultades que pasaron, iban a poder lidiar con éste.

Entre el sonido de los pájaros y la salida del sol, se escuchó un adorable "Te amo"


<3

Nuestra Mentira (Annie x tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora