Kun + Do = 003

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kundo

Híbridos ; Oral Sex

975 palabras

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003. Conejito caprichoso

La puerta marrón se abrió y de ahí pasó un joven rubio, que vestía un traje negro y en su mano sostenía un portafolios del mismo color que su traje. 

Con un bufido saliendo en su boca, se quitó su corbata; había llegado con un dolor de cabeza que ni una aspirina se lo podría quitar. Sólo quería descansar. Sus pasos eran pesado, lo cual provocó que un conejito negro despertara de su sueño y se levantara del sofá de donde se encontraba. Y cuando bajó del sofá, movió sus orejas con cansancio mientras caminaba hacia su amo, quien caminaba hacia su habitación. El pequeño animal lo seguía por detrás.

Los dos entraron al cuarto y el humano se acostó en su cómoda cama, en la espera de sentir a su conejito junto a él. No esperó mucho, pues el conejo se puso en su forma humana; así dejando ver un chico con cabellos negros, piel pálida y unos ojos profundos, llenos de un brillo especial; además de unas orejas sobre su cabellera y una cola esponjosa en su espalda baja. Y sin vergüenza alguna sobre su desnudez, se sentó a horcajadas sobre las piernas de su amo.

—Amo... —dijo el híbrido en forma de jadeo, al momento que daba pequeños saltos y un puchero se hacía en sus labios—. Amo, vamos a jugar.

—Ahora no, Doie —su amo le tomó por la cintura, dando por finalizado los saltos del hibrido—, estoy cansado y me duele la cabeza. Mejor vamos a dormir.

Kun tomó a su pequeño chico entre sus brazos, para que éste quedara acostado en su pecho, para después acariciarle las orejas y su cabellera azabache, mientras que él cerraba los ojos y se dejaba ir en el mundo de los sueños. 

Do Young suspiraba por el placer que sentía al ser tocado por su amo, pero eso no quitaba que él quería jugar. Porque Do Young es un conejito muy desobediente, caprichoso y mimado, por lo que si algo quiere, él lo conseguía de una u otra forma.

El pequeño híbrido solo esperó hasta ya no sentir las caricias de su amo, para salir del agarre de Kun y deslizarse hasta que su cara quedara frente a la entrepierna de su amo.

El conejo echó un vistazo para asegurarse que el humano estuviera dormido; y efectivamente estaba en los brazos de Morfeo. Do Young, con una sonrisa en su rostro, desabrochó el cinturón y el pantalón del mayor; ansioso por poder ver su parte favorita de Kun, la cual le hacía agua la boca. Cuando Do Young pudo ver la ropa interior negra de su amo, se lamió los labios al observar como el miembro de Kun se marcaba en éste.

Do Young era tan desesperado que no pudo esperar más y empezó a repartir besos y lamidas al miembro por sobre la tela del bóxer. Y sonrió aún más cuando escuchó un leve gruñido por parte del humano, sintiéndose satisfecho por sus acciones.

Entre más besos y lamidas que repartía, el miembro de Kun se ponía más duro y dejaba la flacidez a un lado. Do Young ya no lo pudo soportar más; solo se escuchó en la habitación el sonido de la ropa interior ser bajada, para que el conejo tomara con su boca aquel trozo de carne.

Do Young lamió toda la extensión de carne y dio caricias a los testículos. Pequeñas risitas escapaban de sus labios, cuando succionaba el glande con su pequeña boca. Poco a poco sentía como el miembro iba tomando la dureza de una roca, y eso le encantaba. Chupó una última vez todo el falo y bañó tres de sus dedos con su propia saliva, para poco a poco ir introduciendo uno a uno en su rosada entrada.

Teniendo los tres dedos cubiertos por una fina capa transparente, volvió a su tarea de lamer y chupar el miembro de su amo, mientras que el mismo se daba placer con sus dedos.

Obscenos sonidos se escuchaban en la habitación, pero eso hacía que Do Young se sintiera feliz y excitado.

El híbrido movía sus orejas de un lado a otro en el aire, sintiendo como sus propios dedos le penetraban de una manera lenta y constante. Los gemidos que soltaba, eran estipulaciones a la erección que tenía en su boca. Su mano juguetona aún daba caricias a los testículos de Kun y algunas veces acaricias el falo.

Chupaba y succionaba el glande con maestría, sintiendo las gotas pre-seminales, sabiendo que su amo estaba cerca del orgasmo.

Kun se retorcía bajo el conejo, teniendo el ceño fruncido, soltando gruñidos y gemidos roncos, pensando que lo que sentía era un sueño húmedo.

Do Young también estaba cerca de tener una explosión de sensaciones, pues el cosquilleo en su vientre bajo se lo decía. Gemidos agudos salían con más frecuencia de los labios del conejito, los cuales se perdían en el glande al succionarlo con fuerza.

Solo fue cuestión de tiempo para que el semen de Kun llegara de a chorros a su lengua y garganta.

Se separó un poco del miembro, sintiendo los finos chorros de semen chocar contra su rostro, él también llegando a su orgasmo. Sacó los dedos de su entrada y con los mismos quitó un poco del semen de su cara para llevárselos a la boca.

Sonrió satisfecho el híbrido y se dejó caer encima de su amo, para acurrucarse, sintiendo los brazos de Kun alrededor de su cuerpo.

—Eres un conejito muy desobediente —le regañó con la voz ronca, sin aún abrir su ojos, pero terminó sonriendo porque aquello le quitó el dolor de cabeza que tenía.

Do Young simplemente rio y se acomodó en el pecho de su amo, para después quedarse dormido. Sonrió, satisfecho por siempre conseguir lo que quería.

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⏰ Última actualización: Jun 25, 2022 ⏰

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