Capitulo 9

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Unas horas después, Aome y Sesshomaru llegaron a la casa de Sango quien se encontraba afuera preparando el desayuno, esta al verla se levantó rápido y fue hasta ella

-Aome! - la abrazo

-Hola Sango...

-Amiga pensé que algo malo había pasado, tardaste mucho

-Lo siento, pasaron muchas cosas, lamento haberte dejado a los niños tanto tiempo, no quería molestarte

-Ni lo digas, son unos niños adorables y muy educados me ayudaron mucho- comentó Sango cuando...

-Mamá Aome!!- Rin y Shippo salieron corriendo de la casa hasta Aome, esta los recibió con los brazos abiertos

-Pequeños...

-Si viniste... no nos dejaste- comentó Shippo

-No lo haría, lamento haber tardado- se separaron, Aome se enderezó mirando a su amiga- Gracias por todo Sango, nos vemos luego

-Está bien amiga, mucho cuidado, nos vemos- una vez se despidieron Aome se fue a su cabaña con los niños en compañía de Sesshomaru, al llegar los niños se fueron a jugar...

-¿Qué harás ahora?- preguntó Sesshomaru mirándola, Aome suspiro

-Tengo mucho en que pensar...- comentó sin mirarlo- ¿puedo preguntarte algo?

-Hmm

-El zafiro... ¿Dónde está?

-Hmm asique fuiste a mi mansión?

-Tenía un trabajo que hacer, por alguna extraña razón no lo encontré, solo tengo curiosidad- lo miro al fin

-Hmm está en un lugar seguro, no te preocupes por eso, mientras yo siempre pueda verlo está bien – comentó mirándola a los ojos, Sesshomaru tenía que admitir que los ojos de Aome era lo más que amaba de ella tan azules ... como un zafiro

-Eres... muy misterioso- comentó apartando la mirada un poco sonrojada

-Tu eres más misteriosa que yo...- la tomó de la cintura atrayéndola a el- ¿Porque me ocultaste que eras una Yokai?

-Para empezar no te lo oculté... incluso desconocía esa parte de mi- bajo la mirada- cuando era más joven tuve un accidente, un grupo de sacerdotisas cuido de mí, pero por ese accidente perdí parte de mi memoria, por eso a veces no logró recordar mucho de mi pasado, ellas me dieron mi nombre actual... Aome, poco después recordé mi verdadero nombre

-Hmm ¿puedo preguntar que te hizo cambiar de idea?

-Sobre mi venganza? - Sesshomaru asintio- Hmm bueno, creo que ellos son los responsables de eso- comentó mirando a los niños, Sesshomaru los miro- Son solo unos niños que perdieron su hogar y familia y aun asi ellos siguen mirando hacia delante, siempre buscan superar su dolor y nunca han dejado de sonreír... si ellos que solo son unos niños pueden hacerlo... entonces yo igual ¿no crees? Y a final de cuentas yo... no ganaría nada incluso pensaba hasta en...

-No lo digas- la interrumpió, Aome bajo la mirada, Sesshomaru alzó su mano acaricio su mejilla- Ve a descansar, yo los vigilare

-Gracias...- Aome sonrió un poco y se fue a la cabaña, una vez dentro se cambió de ropas y se acostó. Miro el techo de la cabaña, las cosas que pasaron horas atrás cruzaron su cabeza, no evitó derramar varias lagrimas silenciosas al pensar que su hijo estaba vivo, agradecía a los dioses por eso, saber que su pequeño tesoro estaba vivo y sano alegraban gran parte de su alma y por el otro le dolía no poder tenerlo como debía ser, era posible que estuviera siendo egoísta tanto con ella misma como con Sesshomaru dado a que él también es padre de su hijo pero el haberlo dejado finalmente con Inuyasha y Kikio era lo mejor, en su interior confiaba en ellos y además ella no podría cuidarlo como se debe, después de todo tenía que enfrentar todo lo malo que había hecho.

De calido a frio y viceversaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora