• shoot! || beomhyun/taegyu •

Extra

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Hoy es un día un poco extraño
Estoy incómodo de la cabeza a los pies
Todo se debe a ti
¿Qué debería hacer?
Un segundo parece un día

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Era un día soleado la primera vez que crucé palabras con Taehyun.

Pero era un día lluvioso la primera vez que lo vi.

Como cualquier día normal, salí a dar una vuelta en mi patineta. En distintas ocasiones Soobin (el chico alto incómodo que usaba beanies todo el tiempo) se me unía e íbamos al parque donde sabíamos que habrían más personas patinando. Pero ese día no.

Salí de mi casa con mis audífonos puestos, sin realmente algún rumbo en específico, solo no quería estar encerrado. Lo cual más adelante mi futuro yo agradecería.

Me dirigí hacia el parque más cercano, intentando trucos nuevos en el camino y casi cayéndome en repetidas ocasiones, pero todo era parte de. Lo que no era parte de, fue cuando el cielo empezó a nublarse y con él, un fuerte estruendo. Debí de darme cuenta, pero tenía audífonos y estaba demasiado concentrado en mis trucos.

Lamentablemente, soy tonto y me di cuenta hasta que pequeñas gotas comenzaron a caer sobre mi cabeza y hombros. Pequeñas gotas que pronto se convirtieron en tormenta y yo no estaba cerca de casa, así que por el momento me tuve que refugiar bajo el techo de una heladería que se encontraba frente al parque, la cual en ese momento estaba cerrada.

No podía regresar patinando, ya que era peligroso y mi patineta había costado mucho dinero como para arruinarla en el agua, así que solo me quedaba esperar.

Probablemente pasaron unos 15 minutos, hasta que un chico algo más bajo que yo se acercó corriendo con un paraguas de Hello Kitty a refugiarse de la lluvia igual que yo.

Al principio no le tomé importancia, ya que estaba intentando distraerme en el celular y que el tiempo pasara rápido.

Pero solo me bastó una mirada para desorientarme completamente.

De pies a cabeza, mi primero pensamiento fue que parecía un muñequito, con su cabello platinado que llamaba la atención y su chaqueta azul impermeable que se veía algo demasiado grande para él. Pero lo que realmente llamó mi atención, fue que entre sus brazos parecía refugiar algo con preocupación.

Cuando pude mirar bien, me di cuenta de que era un gatito bebé. Su pelaje gris, combinaba con su cabello y sus pequeños maullidos muy apenas se escuchaban a través de su chaqueta, en un intento de mantenerlo caliente.

Ese día, el adorable chico que rescató a un gato de la lluvia y llevaba un paraguas de Hello Kitty, dejó una gran impresión en mí.

Pero, nuevamente, soy tonto. Y en la hora y media que estuvimos ahí refugiándonos de la lluvia, no me atreví a hablarle. En cuando el sol salió, de igual forma salió su sonrisa, y se esfumó con el gatito en brazos lo más pronto posible.

Después de ese día, salía en mi patineta con esperanza de volverlo a ver, lo cual sorprendentemente así fue. De un momento a otro, veía su cabellera plateada a cualquier lado que fuera, me perseguía y me intrigaba cada vez más.

Asumí que vivíamos cerca, por lo cual siempre me mantuve al margen y lo observaba de lejos. Me daba cuenta de la manera en que llamaba la atención en cualquier lugar y que al parecer yo no era el único asombrado con su presencia. Lo cual también me detenía de hablarle.