Capítulo 1.

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Sentía mi cabeza mareada y mi cuerpo pesado, pero a lo lejos podía escuchar voces femeninas que a mi parecer sonaban aterradas por lo que forcé a abrir mis ojos lo mejor que pude, luego de unos minutos tratando de aclarar mi vista pude enfocarme y fijarme que estaba sentada en una silla que a simple vista parecía cómoda y elegante, lo único que desencajaba es que había algo parecido a unas esposas que eran de un grueso metal y encerraban y mantenían inmóvil mis muñecas, luego de intentar deslizar mis manos para sacarlas y fallar en el intento, me fijé a mi alrededor y observé con el corazón en la garganta que muchas otras mujeres parecían estar en mi misma situación, lo único distinto es que algunas parecían estar inconsientes aún, mientras que otras gritaban y algunas otras lloraban en silencio, yo parecía ser la única que observaba todo a su alrededor; con eso pude notar que al frente había algo que parecía ser un escenario y habían unas grandes cortinas tapándolo.

Luego de unos minutos las demás mujeres inconsientes despertaron, comenzó a sonar una alarma que nos aturdió a todas, en ese momento una voz robotizada pareció salir por un parlante.

—¡Silencio!—mando a callar, pero pareció aterrarnos a todas, pues de alguna manera sonaba horrorosa y escalofriante a pesar de ser una voz robotizada.

El telón comenzó a abrirse poco a poco, una mujer rubia con un vestido color cobrizo se dejó ver, a pesar de tener unos rasgos faciales hermosos al igual que unas curvas despampanantes, su sonrisa parecía rígida y su cuerpo estaba tenso, frente a ella había un micrófono, ella colocó suavemente su dedo y comenzó a decir lo que seria nuestra sentencia.

—Hola, hermosas. Me presento, soy Aurora y seré quien las guiará en esta increíble experiencia. Tienen muchas dudas, lo sé y yo se las aclararé. Mi jefe, quien para ustedes se llamará Declan, está buscando a la perfecta candidata que va a ser elegida para ser su esposa, ustedes son 50 candidatas que deberán superar los desafíos y por supuesto, la última que sobreviva será la indicada.—dijo suavemente Aurora con aquella sonrisa rígida en su rostro

Y aunque todo sonaba normal estaba claro que nada estaba bien sino ¿Todas fuimos secuestradas? Y espera... ¿Sobrevivir?

Todas parecimos pensar lo mismo y una chica que aparentaba unos 19 años no tardó en gritar nuestro pensamiento.

—¿Sobrevivir? ¿¡A qué mierda te refieres y quién se supone que es tu maldito jefe!? !YO DEBÍA ESTAR EN LA BODA DE MI HERMANA EN ESTOS MOMENTOS Y UNOS HIJOS DE PUTA ME AGARRARON Y METIERON DENTRO DE UNA CAMIONETA!

Todas las demás concordaron en voz alta con su comentario, lo que me hizo estar segura que ninguna estaba aquí sin haber sido secuestrada, todo parecía estar bien hasta que algo parecido a un bisturí pequeño salió disparado de algún lugar impactando en la garganta de la chica que antes habló en voz alta así derramándose un montón de sangre y que dejara de respirar en pocos segundos, en un segundo todo fue un silencio sepulcral y nadie se atrevió a decir nada, Aurora carraspeó y volvió a tomar el micrófono.

—Supongo que ya han entendido algo de las reglas, no están aquí para hacer preguntas, solo para lo que vinieron ¿Entendido?—su actitud parecía haberse endurecido, su rostro ya no portaba ninguna sonrisa, pero su cuerpo parecía mantenerse más tenso que antes.—Dije ¿Entendido? ¡Respondan!

Todas soltamos un suave y tembloroso "sí", ella volvió a sonreír pero esta vez era una sonrisa rara, era suave pero sus ojos estaban desenfocados y era como si estuviera aterrada por algo... o alguien.

—Bien, solo serán 2 desafíos, pero el primero tendrá varias fases. ¡Bienvenidas al juego de los trenes chicas, que sobrevivan las más rápidas y suertudas!

El telón se cerró y un humo sospechoso comenzó a hacerse presente en la sala, observé como muchas luchaban contra lo que encarcelaban sus manos, quizás debí intentarlo también, pero ¿De qué servía? Al fin y al cabo me quedó claro que no podría escapar, cuando comencé a sentirme adormecida pude entender para qué era el humo, observe como algunas no tardaban en caer inconscientes para también dejarme llevar por la oscuridad.

El telón se cerró y un humo sospechoso comenzó a hacerse presente en la sala, observé como muchas luchaban contra lo que encarcelaban sus manos, quizás debí intentarlo también, pero ¿De qué servía? Al fin y al cabo me quedó claro que no podría esc...

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