Por lo poco que lográbamos oír de los mayores aún no encontraban a la persona que había lastimado al peliverde, no querían hablar de eso con nosotros y evitaban el tema, luego de que Eri hablara sobre lo que había sucedido en el parque ya no nos decían nada, según los mayores para protegernos de esa horrible persona.
Nuestros padres habían presentado algo en nuestra escuela para que pudiéramos faltar por un tiempo y que nos enviaran todo a nuestra casa para no atrasarnos. Pero el tener que estar mucho tiempo en nuestra casa también era muy aburrido, por lo que hacia diez minutos estábamos insistiendo para que nos llevaran al parque o sólo a tomar un helado pero se estaban negando una y otra vez.
— Sólo queremos salir un poco de aquí, es aburrido estar todo el día en casa. –Eri asintió a lo que dije y nuestros padres nos miraron por unos segundos.
— Haremos lo siguiente, –se notaba que papá estaba haciendo un esfuerzo de no aceptar tan fácil– iremos todos a comprar helado, volvemos aquí y miramos los cuatro juntos una película, ¿de acuerdo?
Asentimos de inmediato con Eri, nos gustaba mucho sentarnos en el regazo de nuestros padres para mirar películas y escuchar como papá regañaba al nuestro peli verde papi por hablar sin parar sobre cosas que pensaba que sucederían luego.
Corrimos a buscar nuestras cosas a la habitación y luego hacia la entrada de nuestra casa donde nos pusimos nuestras zapatillas mientras esperábamos a los mayores, hasta que vimos un papel que asomaba debajo de la puerta, lo tomé y lo abrí intentando leerlo, pero no se encontraba escrito en hiragana por lo que no entendí nada.
—¡Papá, pasaron un papel por debajo de la puerta! –como aún teníamos el calzado puesto esperamos a que llegara donde estábamos nosotros.
—¿De qué se trata Kota? ¿Algún folleto o algo así? –papá ya estaba con ropa de casa, me gustaba mucho cómo se veía sin el traje aburrido de siempre.
—No, no sé que dice, no está en hiragana. –le di el papel mientras Eri observaba curiosa al mayor leer lo que decía, pero no esperábamos que nos tomara en brazos y nos llevara a su habitación.
—Izuku, llama a Eijirou, ahora. –nuestro papi se veía confundido pero lo hizo, éste atendió rápido, papá tomó el celular y habló fuerte– ¿Se puede saber que están haciendo? ¡Se suponía que si andaba alguien sospechoso por aquí lo detendrían pero alguien dejó una nota debajo de mi puerta y no han hecho nada! –no escuchábamos que decían del otro lado nuestro tío pero papá no parecía de buen humor- ¿A qué mierda esperan? ¿A qué pase algo parecido a lo que le sucedió a Izuku cuándo enviaron esas notas?
Nuestro papi nos tomó en brazos y se encerró con nosotros en el baño, ya no oíamos claramente lo que papá gritaba, al peli verde le temblaban las manos.
—Niños, –ambos lo miramos cuando nos dejó en el suelo– lo lamento, no saldremos hoy, ¿si? El hombre malo dejó esa nota y con Katsuki tenemos miedo que algo malo les suceda, pero no se preocupen, yo y su padre estaremos aquí para ustedes en todo momento, todo va a estar bien, lo prometo, nadie les hará daño.
Se notaba como si quisiera llorar y mis ojos picaron, lo abracé y sentí los brazos de mi hermana unirse haciendo lo mismo, unos cálidos brazos nos rodearon haciéndonos sentir tranquilidad. Se sentía raro, recordaba que el olor de mamá me hacia sentir tranquilo cuándo estaba mal, pero el del peli verde me causaba exactamente lo mismo, como si todo lo demás no nos pudiera dañar.
Se escuchó como golpeaban la puerta y luego entró papá quien se agacho a nuestro lado y nos abrazo a todos juntos.— Todo irá bien, si ellos no hacen nada, lo haré yo mismo.
— ¿Papá cuidará de papi, Eri y Kota? –vi al mayor sonreír y seguidamente besó su cabello.
—Todo va a estar bien princesa, todo irá bien.
Ese mismo día se presentaron dos policías y nos dijeron que harían guardia en nuestra puerta, cambiando de personas cada ciertas horas, papá solamente los ignoró y les cerró la puerta en la cara. Por suerte ya no había vuelto a pasar lo de la nota, aunque más que suerte era por las personas que estaban fuera.
Los días volvieron a ser lo mismo, horas y horas haciendo tareas para no atrasarnos, aunque pasar tiempo con los mayores durante todo el día era divertido.
Aunque habíamos adoptado una nueva costumbre; dormíamos con nuestro papá y papi. Inventamos un montón de excusas, para que al final papá terminara riendo y diciéndonos que no había problema si queríamos dormir con ellos. Además de que papi ahora también nos contaba algún cuento antes de dormir.
Nuestros tíos y abuelitos también nos visitaban seguido ahora, siempre trayendo regalos para nosotros, según ellos; para pasar el tiempo y no nos aburriéramos demasiado con Eri.
Esa mañana el celular de papá sonó, en medio de nuestra pelea de cosquillas, así que de mal humor atendió. Volvió a los segundos explicándonos que lo habían citado del juzgado por un caso urgente para que le entregaran la documentación al respecto, pero nos promedio volver rápido, nos dio un beso en la frente a Eri y a mi, dándole uno más largo a papi que lo hizo sonreír mientras el mayor lo tomaba de las mejillas, luego de cambiarse, se fue.
Nos quedamos hablando con papi sobre tonterías cuando escuche un ruido raro seguido de la puerta varios minutos después, así que me bajé de la cama.
—¡El viejo se olvidó de algo! –corri hacia la puerta sin escuchar lo que decía el peli verde y hablé apresurado– ¿Qué es lo que...? –pero ese no era papá, no conocía a esa persona encapuchada frente a mi– ¿Quién eres y porque éstas en nuestra casa?
Sentí unos pasos apresurados y vi a nuestro papi pararse frente a mi, notando como Eri me tomaba de la mano algo temblorosa.
—Tanto tiempo Izuku, ¿son tus hijos? –su voz era rasposa y fea, papi retrocedió un poco empujándonos hacia atrás, pero se escucho un 'click' y se detuvo– No seas maleducado, hace mucho no nos vemos.
—Ellos no tienen nada que ver, te juro que yo jamás dije nada, mentí, les dije a todos que no te recordaba, que no sabía nada de ti, por favor, no nos lastimes. –se escuchó una risa seca y luego pasos.
—Tu esposo es bastante entrometido, él no dejó de buscarme, –se asomó y vio fijamente a Eri– ¿tu eres la pequeña que habló con la policía, verdad?
—No le hables a mi hermana, ¿quién eres? –me paré frente a ella pero la sonrisa del desconocido me hizo temblar, luego volvió a mirar a nuestro papi.
—Eso me pone muy triste Izuku, ¿no les contaste lo buen amigos que nos volvimos en ese tiempo juntos? –escuche un sollozo y supe que era el mayor que nos cubría con su cuerpo.
—Ellos no saben nada... Son sólo niños, puedes llevarme a mi, pero a ellos...
—Oh, no. –el desconocido lo abrazó y ahí pude ver el arma– No estás entendiendo, ésto no es para castigarte a ti, es para castigarte a ese esposo tuyo, así que si no quieres que me vuelva un muy buen amigo de tus hijos, van a venir los tres conmigo, ¿comprendes?
Con cara de susto y su rostro bañado en lágrimas el mayor se volteó y nos sonrió agachándose frente a nosotros.— Iremos a dar un paseo con el señor, ¿si? Todo estará bien, se los prometí.
Después de eso el mayor nos tomó en brazos a ambos e intentó calmarnos mientras salíamos de nuestra casa, pero al pasar la puerta nuestro papi volvió a hablar.— Niños, cierren sus ojos y no los abran hasta que yo les diga.
Se que Eri obedeció, pero yo no pude y lo que vi me causó terror. Muertos, los dos policías estaban muertos.
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Nuevo Comienzo
FanfictionPodría decirse que una segunda parte o algo parecido, de "El gruñón de mi abogado", contado por Eri y Kota. --------------❮✘❯--------------- -Occ -Los personajes no me pertenecen. -Sin quirks -Historia completamente mía