Poco menos de tres meses pasaron desde el día que comenzaron a burlarse de Eri y habíamos mentido por primera vez a nuestros padres, porque a pesar de que nunca lo dijimos en voz alta los considerábamos eso, nuestros padres.
Habíamos conocido también a la mamá de nuestro papi, por lo que notamos él era idéntico a ella, a excepción de los rulos y las pecas. Nos cuidó varias veces cuando él estaba ocupado con su trabajo, habíamos comenzado a llamarla "abuelita" sin que los mayores lo notaran. Los cuatro ex alumnos de él también nos habían visitado varias veces, algunas de esas veces nos trajeron dulces. También conocimos a una pareja de hombres que eran amigos de nuestros padres, uno parecía idiota y el otro era molesto, papá los llamaba "pelos de mierda" y "Pikachu" pero sus nombres eran Kaminari Denki y Kirishima Eijirou.
Nuestros compañeros también habían descubierto que en realidad teníamos dos papás y eramos adoptados, nos molestaban bastante. Eri lloraba siempre que no la veían y en casa intentaba sonreír siempre. La maestra no notaba o escuchaba lo que nos decían, así que nosotros intentábamos soportar y mantener nuestras notas, las cuáles eran bastante buenas al tener a nuestros padres quienes nos ayudaban siempre y eran muy inteligentes.
A Eri hoy nuestro papi le había hecho dos coletas y estaba muy feliz por los cumplidos junto a los halagos que le habían dicho papá. Pero esa felicidad se fue cuando un idiota paso a su lado y tiró de una de ellas.
-Monstruo. -el susurro fue bastante bajo pero alcanzamos a oírlo.
Lo ignoramos y nos sentamos en nuestros lugares, ya nadie había vuelto a hablarnos intentando ser nuestros amigos y nosotros no intentábamos ser lo tampoco, los odiábamos a todos.
Eri y yo nos encontrábamos haciendo una tarea en grupo, sólo nosotros dos, cuándo el aviso del receso sonó. Sacamos nuestros bentos, pero no alcance a llevarme un bocado de arroz a la boca cuándo escuché un comentario bastante estúpido.
-No sabía que los monstruos también comieran arroz. -su sonrisa era desagradable a la vista.
-Y yo no sabia que los simios hablaban. -fruncio su ceño y yo sonreí.
Eri tocó mi hombro y yo moví mis hombros con desinterés. Me importaba muy poco si el idiota se enojaba, me tenían harto con sus ofensas hacia Eri.
-¿Te crees mucho verdad? Sólo son unos tontos que eran huérfanos. -mi sonrisa no se borró por su comentario.
-Pero nos adoptaron, en cierto modo fuimos planeados, no podría decir lo mismo de ti. -escuché como Eri me llamaba pero no le presté atención y baje de mi silla.
-Al menos mis padres son normales. -lo miré mal y el me sonrió con burla.
-Mis padres también lo son. -todos comenzaron a reunirse alrededor de nosotros y algunos reían.
-Mi mamá dice que no lo son, dos hombres no deberían estar juntos, es raro. -todos susurraban diferentes cosas y escuché a Eri sollozar.
-Entonces tu mamá es una idiota, mis padres son muy buenos con nosotros y se quieren mucho, al igual que a nosotros. -la persona frente a mi comenzó a reír.
-Son unos raros, los vi una vez que los trajeron aquí, ¡dan asco! Deberían morirse. -la sola idea me entristeció y no dudé en tirarme sobre mi compañero de clase.
Me molestaba que hablaran mal de Eri y de mi, lo ignorábamos pero que dijeran que nuestros padres deberían morir era imperdonable.
Lo golpee varias veces en la misma mejilla hasta que me cansé, me paré y los miré a todos.
-¿Alguien más tiene algo que decir sobre nuestros padres? -mis ojos se llenaron de lágrimas, pero no de tristeza, sino de enojo- ¡Ustedes no saben que se siente que tus papás se mueran así que cierren la boca! Al próximo que diga algo así también lo golpearé.
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Nuevo Comienzo
FanfictionPodría decirse que una segunda parte o algo parecido, de "El gruñón de mi abogado", contado por Eri y Kota. --------------❮✘❯--------------- -Occ -Los personajes no me pertenecen. -Sin quirks -Historia completamente mía