𝟙𝟘: 𝘪𝘯𝘵𝘦𝘳𝘷𝘦𝘯𝘵𝘪𝘰𝘯

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"Qué cuestionable y extraño es aprovecharse de tu vulnerabilidad para pedirte noviar, Jeong."

Pero aún sabiendo lo que Jimin estaba haciendo, acepté.

El resto del fin de semana pasó como un garabato, en el que nadie me habló a excepción de mi novio. Incluso Sana dejó de responderme los mensajes.

Quizás sí fue un poco apresurado de su parte hacer eso, aunque muy en el fondo, sé que lo necesita. Está siendo todo muy difícil para él en este momento; desde lo de su mamá se le ve cada vez más delgado.

Y... siendo sincera, muy en el fondo, lo extrañaba. Extrañaba su forma de tomar mi mano derecha y de darme besos cuando mis pucheros aparecían. A pesar de gritarlo a los cuatro vientos, no estoy segura de haberlo superado.

Ingreso al salón de mi primera clase del día y me siento al fondo, como siempre. Mas esta vez estoy sola. No hay señal de Sana, Nayeon o ninguna de las chicas.

Jeongyeon @ futuras abogadas sin neuronas: "¿chicas? ¿no vienen a clase? casi todo el mundo está aquí".

Tzuyu @ futuras abogadas sin neuronas: "estoy en Taiwán, Jeong".

Mina @ futuras abogadas sin neuronas: "Dahyun y yo estamos en camino, espéranos".

Jeongyeon @ futuras abogadas sin neuronas: "okay<3".

Visto por: Nayeon, Sana.

De acuerdo, esto es bastante extraño.

Pronto, siento la silla a mi derecha ser arrastrada. Me vuelvo por inercia y veo a Kim Taehyung con una pequeña cortada fresca en el rostro y una expresión de enfado que encogería a cualquiera en su asiento.

Esa soy yo.

—¿Qué miras, Jeongyeon?— Espeta, hostil, en mi dirección. He mantenido la mirada fija en él por mucho más tiempo del adecuado.

—Tu cara. Estás herido.

—Dime algo que no sepa, por favor.— Suelta una risa nasal, llevando su diestra hacia su rostro para juguetear con sus dedos e intentar ignorarme. La mezcla de emociones que surgen en mi pecho es peligrosa. Quiero gritarle, quiero curarle y quiero decirle lo imbécil que es y lo guapo que se ve.

"Te encanta que te maltraten, ¿verdad?"

—Que volví con Jimin. Quizás eso no lo sabes. ¿Puedes dejar de ser tan mierda con quienes quieren ayudarte, Kim?— Aquello salió de mis labios de forma inesperada, en un volumen tan bajo como para que solo los dos escucháramos.

La mirada burlona que me dedica no es algo que yo esperaba.

—Ah, mírate. No quieres perderte de nada, ¿cierto, pequeña?— Se relame los labios y se acomoda en el pupitre para observarme fijamente. Su corte sangra despacio y sus cejas se han vuelto más pobladas desde la última vez que le vi de cerca. Me recuerda demasiado a un mafioso después de combate; un ramalazo de electricidad recorre mi columna.

—No te sigo.

—Que estás con Park y pretendes estar feliz de la vida, pero no quieres estar lejos de mí. ¿Ya te decepcionó?— Ríe de forma irónica, dirigiendo su mirada hacia su entrepierna. Capto el mensaje al instante, dejando salir un suspiro de indignación. Si hay algo que detesto de todos los hombres, es que no pueden dejar de pensar en el tamaño de su pene.

Sin embargo, tiene un punto a su favor.

—Si pretendes que lo deje...

—¿Ves?— Me interrumpe, llevando su mano izquierda hacia mis labios para posar su índice sobre estos. Sus intensas orbes cafés perforan hasta lo más profundo de mi alma.—Fantaseas con dejarlo. Pero yo no haré nada... Sé que vendrás sola, Yoo.

Love Line for SummerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora