Love Line for Summer

𝟝: 𝘪𝘵'𝘴 𝘢 𝘵𝘩𝘰𝘳𝘯

En una semana mi vida se ha vuelto cada vez más incómoda y monótona.

Es domingo. Tuve tres exámenes a lo largo de la semana y ayer salí a un aburrido almuerzo con mis papás, como siempre. Mañana tenemos la exposición de Acto Jurídico, el martes tengo cita con mi ginecóloga y el viernes habrá una fiesta cerca a Myeongdong en la que tocaremos junto a los Tannies, pero estoy tan cansada que quisiera salir de ello por esta vez.

Lo único que mueve mis días es ensayar con mis chicas. Hemos estado tocando durante tres horas sin descanso, practicando algunos covers y nuestras canciones nuevas. Rasgueo las últimas notas de "Cactus", canción que Jihyo escribió, y suelto la uña de guitarra, suspirando satisfecha. Este será un gran hit, estoy segura.

—¿En serio escribiste esto viendo a tu cactus muerto, Ji? Me suena más a traumas de mi niñez.— Ríe Momo, quitándose el bajo rosa fosforescente que acaba de comprar.

Momo vino desde Japón con el único propósito de estudiar Medicina por obligación de sus padres, también doctores. Acabó cambiándose a Comunicación a escondidas, incluso antes de iniciar su primer semestre. El plan fue tan bueno que los señores Hirai siguen mandando bastante dinero para "materiales y libros", por ello pudo costearse ese instrumento tan extravagante.

—Estuve mucho tiempo evadiendo leer para Psico Forense. Además no escribo mucho para nosotras, le dejamos toda la carga a Jeong y Chae en ese aspecto.— Dice Jihyo, mientras va a buscar un six pack de cerveza y lo reparte entre nosotras. Esto es lo que más me gusta de ensayar en su casa.

—Y por eso estoy pasando por un horrible bloqueo creativo.— Chaeyoung se descuelga la guitarra y se apoltrona en el sofá para disfrutar su bebida. —Ya escribí todo lo que pude sobre mi patético romance de una semana con Kim Namjoon y sobre el verano en que estuve con Shin Ryujin. ¡Incluso les di una canción sobre mis botas favoritas! Confiaremos en Beep Beep por el resto del semestre.

—¡Es cierto! Jeongyeon ha estado acercándose mucho a Taehyungie. Tendremos una canción digna de playlist para coger muy pronto.— Sana se levanta de la banqueta y se acerca rápidamente a abrazarme por la cintura, evitando que huya al baño y me libere de esta conversación. Tengo que mejorar mis reflejos.

Intento zafarme de su agarre y observo a las demás con súplica. Fue en vano, sus rostros solo reflejan ansias casi de vida o muerte por saber qué pasa entre el castaño y yo. Les doy una mirada fulminante por un segundo, antes de hablar.

—Solo comimos ramen... ¡Agh! ¡No en ese sentido! Estuvimos conversando un poco, pero en realidad es un imbécil. Es el mejor amigo de Jimin y dice que comparten ligues, o sea, ¿qué puedo esperar de él?

—¿QUÉ?— Escucho al unísono de las cuatro, dándole un largo sorbo a mi cerveza y esperando ahogarme en ella.

—Me bloqueas a ese Tae-lo-que-sea. No quiero que nadie relacionado al innombrable esté cerca de ti.

—¡No! Que se lo coma y que Jimin se muera de rabia. Será divertido.

—No debí dejarla sola, todo esto es culpa de Kook y sus fideos negros.

—¡Chicas!— Chaeng corta el barullo de las demás, parada sobre el sofá. Es una escena graciosa; ella es tan bajita que apenas nos pasa una cabeza estando ahí. —Si algo sabemos, es que Jeong nunca nos cuenta bien el chisme. Así que nos vamos a sentar, vamos a dejar que ordene sus ideas y que suelte la pasta completa.

El dedito acusador de la rubia está sobre mí, provocándome una risita nerviosa. Asiento con la cabeza, dándome por vencida y decido contarles absolutamente todo lo que sucedió desde que supe del trabajo en grupo. Traté de omitir algunos detalles innecesarios, pero Sana se encargaba de completarlos sin discreción alguna; es que la veo todos los días, claro que ya sabe la historia completa y si fuese por ella, recurriría hasta al mismo Taehyung para tener ambas versiones. El chisme es su pasión.