Mi felicidad?

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— Papá, me voy a casar con Manuel Mijares.

— Que??? Lucero, cómo vas a hacer eso, y con ese hombre, ni siquiera lo conoces. Por Dios, que te sucede?

— Nada papá, nada.

— A ver, a ver Cuéntame, te lo propuso hoy?

— Si, me propuso después de salir de clases, y el fue el que me trajo.

— Pero, Lucero no entiendo. Hace apenas unas semanas lo aborrecias, y de pronto te vas a casar con el? De verdad que no entiendo.

— Papá, es mi felicidad — no es así, pero bueno — no te preocupes, yo sabré lo que haré.

— Lucero como que tu felicidad por dios, óyeme. No te vayas aún.

Lucero ya se había ido, y Antonio quedó en la sala pensando; en como su hija se va a casar con el hombre que lo quiere meter preso [esto debe ser una broma] se repetía una y otra vez.

Lucero estaba en su cuarto cuando se escuchó que abrían la puerta. Se asoma para ver quién era, y se sorprende al ver a Manuel ahí.

— Manuel, que haces aquí? — digo tratando de sonar cariñosa, ya que le dije a mi papá que era "mi felicidad". — responde, que haces aquí?

— Lucerito, se que te ví en la mañana, pero no te puedo sacar de mi mente. Es algo imposible.

— No hay imposibles, señor Mijares, y no creo ser uno para usted.

— No hay porque ser tan dura, cambiemos de tema, si?

— Está bien, de que quiere hablar?

— De nuestra boda.

— Que!! Tan pronto?, No me diga que ya tiene la fecha exacta

— Está bien, no te diré que tengo la fecha, te la escribiré. Y por cierto, ya le dijiste a tu padre?

— Si, ya le dije. No lo tomo muy bien, pero lo convencí. No sé meterá en la relación

— Segura? No vaya a ser que a media boda se oponga

— Que no Manuel.

Después de esa charla, Manuel se fue. Ella subió a su habitación, y se puso a llorar, y pensar; como ella se iba a casar con el hombre, que casi mete preso a su padre. Entre tanto pensamiento se quedó dormida, mientras su papá estaba en su cuarto un tanto preocupado; no solo por la boda de su hija, sino porque Manuel le había dicho que tarde o temprano el la haría su mujer.

_A la mañana siguiente_

Lucero despertó a las 7:30. Se paró, se baño, vistió, comió, pero todo rápido, ya que se le hacía tarde para llegar a la facultad de Medicina.

Antonio estaba dormido aún, por lo que no se dió cuenta de que ya Lucero se había ido.

Manuel estaba en su casa dormido, cuando tocan la puerta de su cuarto. Era Lupita, la señora que le ayuda en la casa.

— Señor Manuel, ya son las ocho de la mañana, se le está haciendo tarde para su junta — decía apenas alzando la voz — Señor, quiere que le hago algo para comer?

— Lupe, tengo sueño. No puede llamar y decir que estoy indispuesto? Se lo agradecería mucho.

— Está bien señor.

Manuel seguido durmiendo hasta las diez de la mañana, cuando le dió hambre, se paró a la cocina para ver qué habían preparado.

Después de comer algo se dio un baño, y empezó a revisar qué fechas podrían estar bien para su boda

Te amo, te odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora