Capítulo 3: Sentirse miserable.

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Su garganta arde, ha pasado un tiempo desde la última vez que vomitó, después de fallar el examen solo había comido una manzana verde, tan amarga y ácida que no pasó mucho antes de estar arrodillado frente al inodoro vomitando.

Sus ojos no enfocaban bien nada, entre más abría la boca para expulsar la comida, más le dolían sus labios resecos que se partían ante el esfuerzo, si su madre lo viera así no dudaría en regañarlo, porque su piel debería de ser perfecta, no golpeada y herida como ahora.

Se supone que está mejor, se desahogó hace unas horas peleando con Deku, pero eso para nada fue una victoria, ¿Por qué desde que entró a la UA se sentía indigno de la victoria? Se humilló hace al menos unas horas al llorar frente al peli verde, a quien veía desde arriba, de repente lo alcanzó y amenazaba con sobrepasarlo.

Otra arcada.

Además, estaba castigado por haber salido de los dormitorios en la noche, todo se estaba cayendo y no sabía como iba a reparar todo, tal vez sea momento de solo apartarse y dejar que las cosas tomen forma por sí mismo, pero recuerda que hasta el estúpido de Kaminari consiguió la licencia y la sangre no le llega a las piernas.

Toma su celular mientras se limpia la boca con papel, se arrastra hasta una esquina del baño, entrando a Flash, hoy la app parece estar lenta, por lo que espera y entra al chat con Kaneda, no le respondió en la mañana, no le dijo nada en todo este tiempo, pero no quería hablar de esto con nadie que lo conociera, por eso Kaneda era una mejor opción ¿no?

Porque no importa cuantas cosas le diga, Kaneda estaba del otro lado del mundo, no había posibilidad de que usara esa información en su contra.

Y si resulta que todo lo que sabe de Kaneda es una mentira, ya ni siquiera le importa, solo quiere a alguien con quien hablar.

Se ahorró el mensaje y lo llamó, sin videollamada, ese idiota seguro y se preocuparía. Esta vez se tardó más en contestar, Katsuki estiraba sus piernas para que la sangre circulara normalmente, mordía ligeramente su labio interno hasta que la voz contraria llegó a su oído.

— Hey! — Dijo Kaneda con un tono cansado y desanimado, en el fondo se escuchaban carros pasar y música muy baja. — ¿Qué pasó? Por como me gritaste ayer pensé que no me ibas a hablar más.

La garganta de Bakugo estaba seca, el fracaso nunca estaba en sus opciones, por lo que era un sentimiento extraño y que lo mareaba. Tragó saliva y contestó.

— No pasé el examen. — Susurró con esfuerzo, ya se estaba arrepintiendo de llamarlo.

— ¡Ay cabrón! ¿Qué le pasó a tu voz? — Kaneda al parecer había encontrado un lugar sin tanto ruido. — No te sobre exijas mucho, no pasar un examen es normal, lo podrás hacer mejor en algún punto, ¿Al menos aprendiste en qué fallaste?

— Pues al parecer se confirma que soy un puto asco en el trabajo en equipo... además no quise rescatar a nadie.

Kaneda se quedó callado por unos minutos, en su mente trataba de buscar una carrera en la que el trabajo en equipo y rescatar fuera parte de un examen, ¿Bombero? ¿Bakugo quería ser bombero? Bueno, si se ponía a pensar tenía sentido, cuando se mandaban fotos para presumir sus outfits, Kaneda veía que el rubio entrenaba mucho, al contrario, él, que era delgado y sin nada de masa muscular. El peli azul se dio cuenta de que había estado callado mucho tiempo, por lo que comenzó a hablar de nuevo.

— ¿Cómo te sientes? Por tu voz has de sentirte de la verga, pero quiero detalles.

— No sé. — Respiró, levantándose del piso del baño para ir a su cama. — Físicamente, es como si me hubiera pasado encima un tren, emocionalmente algo similar, creí que lo pasaría sin problemas, ahora me siento ridículo.

Dulces de madrugada || BAKUGO X MALE OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora