La Obsesión Del Mafioso "#1" [Terminada/Sin Editar]

🔥 Capítulo 11🔥

🔥 Capítulo 11 🔥

Mini maratón: 1/2

En toda la noche me la pasé pensando en el maldito problema que me metí solita.

Ya sabía yo que, todo lo que me pasó era demasiado bueno para ser cierto.

Nathaniel Montenegro, resultó ser un Demonio. Tiene nombre se Ángel pero cara de Demonio.

Todo fue un engaño, me puso una trampa para no dejarme ir. ¡Estoy en sus garras!

¡Soy una tonta! Creí que era una buena persona que me ayudaría. Y no que me engañaría chantajeando.

Obsesionado, esas fueron sus palabras. Que, lo que él realmente siente es solo un deseo lujurioso. Y para eso se quiere acostar conmigo.

Y eso es lo más me da miedo, ¿Cómo supo, que en toda mi vida, jamas he estado con alguien sexualmente? Claro, con todo su dinero que tiene, es obvio que puede hacer lo quería , como por ejemplo; investigarme.

Era obvio que me sentía presionada. Sobre todo que lo tenía muy pegado a mi, hablándome seductoramente.

Maldito infeliz, está bueno el condenado, su efecto de Adonis, me tenía Mensa.

El problema es, que ahora debo de acostarme con él, para pagar mi deuda. No quiere dinero, eso lo dejo claro, solo quiere mi cuerpo, para complacer su enferma obsesión.

Ni modo, me tendré que sacrificar muy feo, tener que entregar mi cuerpecito a un loco millonario sexy.

Pero por el momento, ahora solo tengo que concentrarme en mi trabajo, dejando aun lado mis problemas.

—Ey, Claro, ¿Te encuentras bien?— me pregunta Lili, en nuestra hora de descanso.

Suelto un suspiro con cansancio. Niego con una leve sonrisa.

—Un poco, me duele me cabeza — de tanto pensar.

—Oh, si quieres te puedo dar una pastilla para que se te quite, siempre jalo unas por si las dudas.—

—No, gracias, no es tan fuerte el dolor.—

—Ok, pero si la necesitas al final, me dices. He— asiento.

Muerdo mi labio, pensado su contarle si o no sobre lo que me esa pasando. Y es que la verdad necesito desahogarme con alguien. Lili puede ser confiable.

—Oye, Lili—

—¿Si?—

—Si te cuento algo, me juras que no le dirás a alguien— me giro para quedar frente a ella. Mi amiga se me queda viendo raro pero asiente.

—Cuentas con mi discreción— me responde más intrigada.

—Te lo contaré con más calma cuando salgamos, si—

—Esta bien— en eso Joel y José se nos acercan.

—Chicas, ¿Que haciendo? —pregunta pasando un brazo por los hombres de Lili.

—Que te importa— le responde ella tratando de quitar su brazo.

—Ah, que cansado me siento, hoy si que nos llueven clientes, ¡He cocinado mucho!— se ríe Jose.

—Eso es bueno, lo que significa que nos darán buenas propinas— bromeo.

—Sin duda hija— nuestra hora nos la pasamos platicando, hasta que llega la de volver a trabajar.