Capitulo 3

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Han pasado como tres días y todavía no ha llegado mi nueva compañera.

Por fin, hace unos minutos, Alexa ha entrado a la habitación. Tiene el pelo negro como la noche, los ojos azules color cielo y es muy pálida. A pesar de su extraño aspecto es guapa, pero muy callada.

A puesto cara de asco al verme, no entiendo por qué todo el mundo hace lo mismo.

- ¿Este es mi compañero de habitación? - Dice Alexa, señalandome y mirando al celador que la acompañaba.

- Si.- Responde el celador - Este es tu compañero ¿Algún problema?

-No.

El celador  nos ha dejado sol solos en la habitación. Ella descarga sus cosas en cima de su cama y se sienta. Yo intento presentarme, pero solo me sale un gesto con la mano.

- Hola - Dice Alexa - ¿Como puedes vivir aquí?

- No se. - Respondo. - Alexa... ¿Que has hecho para venir aquí?

- Primero, no me llames Alexa, llámame Alex.

Yo dudo que Alex sea un nombre de niña. Pensaba que era de niño. Pero si a ella le gusta, le voy a llamar Alex. No parecía de esas chicas que uno quisiera ver enfadada..

- Y segundo, no te importa que he hecho. - Dice colocando sus cosas sin mirarme.

Nos hemos quedado callados. Yo pienso que, es un poco desagradable.

- ¿T - te gu - gustaría ser mi a- amiga? - Digo tartamudeando.

- No. No necesito tener un amigo. Eres mi compañero de cuarto ¿no? - Responde ella y ahora me miraba, no se veía muy contenta.

- Si.

- Pues ya está. No eres mi amigo, eres mi compañero. Nunca me ha gustado tener amigos, y me sigue sin gustar.

- Pero...

- Shh... De pero nada.

Me he callado para no tener problemas. Siempre hago lo posible para evitar los problemas.

Ahora tocan las clases. Hoy es lunes, entonces el horario es:
A primera hora toca mates, a segunda toca lengua y a última hora toca valores.

La primero nos decían cual era la raíz cuadrada de veinticinco.

- La raíz es ci... - Alexa me interrumpe.

- La raíz es cinco. ¿Correcto?

Yo la miro enfurecido y ella me devuelve la mirada junto a una sonrisa burlona.
No me cae bien. Es desagradable y competitiva.
Pensaba que iba a ser mi amiga, y no mi enemiga. Pensaba que no era tan desagradable y que iba a ser buena persona. Pensaba que por fin, ya no iba a estar solo. Pero no. No hay nada de eso que sea verdad.

La caída de los pensamientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora