Aida

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Aida era muy tranquila y risueña, era muy apegada a sus hermanos. También era demasiado curiosa y se interesaba por todo lo que estuviera vivo, todo lo que veía, siempre le gustaba ver a sus hermanos cuando entrenaban y ella quería aprender, pero sus hermanos eran muy protectores. Cuando Cristal llegó a sus vidas Aida se dio cuenta, Aslan también, el corazón de Slay había sido atrapado por ella y Aida era feliz de hacer de las suyas para que estuvieran solos ellos dos. Aida realmente fue una niña feliz, por eso la sensación de que algo faltaba no se sentía importante en ese momento. No hasta que paso lo peor y sus colores cambiaron, cuando la tragedia ocurrió todo fue negro por momentos, sintió el dolor de un poder que no debía ser suyo, despertó el dolor de los recuerdos que había perdido y sobre todo, despertó el vacío. Todo se volvió un frío permanente, no volvió a ser la niña sonriente, ahora se veía vacía y con dolor.

Sus hermanos intentaron ayudarla, no dejarla sola, pero ella se aisló para aprender a controlar lo que ahora era su persona, ya no estaba libre de responsabilidades y Aslan solo pudo ayudarla a controlar sus nuevas emociones. Porque lo ocurrido le había dado más años, comenzó a crecer y recordaba el peso de los años de algo que había olvidado. Mientras Slay solo pudo ayudarla a defenderse, a entrenarse en las peleas y las armas.

Ambos extrañaban a su pequeña hermanita, pero ya no tenían el poder suficiente para poder aliviar todas sus cargas y sus responsabilidades, pero hacían todo lo posible para disminuir la carga, especialmente Slay.

Cuando Ariithye llegó, fue un alivio extraño para Aida, era lo que estaba buscando y la estaba ayudando, pero eso tensó su relación con Slay. Aun en medio de todo, después de perder a sus padres, Aida encontró a más gente a la cual llamó su familia, pero el vacío siempre estuvo ahí. Quizás como el arrepentimiento de un error que cometió en su otra vida. 

Recuerdos PerdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora