0 3. Noche

951 121 119
                                    

______ Allen.

No soy la típica chica que decide ir detrás del que se le atraviese, pero no podía ignorar el cosquilleo que sentí al escuchar su voz.

Una que otra vez su rodilla chocaba con la mía al ritmo de la música, por debajo de la mesa.

— Escucha eso!— Dijo él esperando ansioso el momento del coro.

— ¿Sabes mucho de música?

— Soy compositor, Allen— Aidan sonrió, una mirada tierna.

— Vale, y supongo que viniste a Alaska a probar suerte— bromeé.

— Algo como eso.

Abrí los ojos como platillos. El se apoyó en la mesa y se inclinó hacia delante creando una atmósfera íntima, más cercana.

Me fijé en sus lunares marcados que tenía en las mejillas.

— ¿Quieres escuchar la verdad?— Preguntó, yo contuve el aliento pero no aparte la mirada de él y asentí.

— Vale, huí de casa.

— No te creo— Solté sin pensar.

— ¿Por qué no?— Se separó.

— Porque vienes con ese rubio arrogante.

— «Ese rubio arrogante» está cubriéndome de mis padres. Y ayudándome en mi plan.

— ¿Qué plan?

Esperé a que respondiera pero no lo veía muy convencido de abrirse conmigo. Hasta ahora se había mostrado interesado por saber de mi, sin dejarme conocerlo a él.

Respire hondo y él rompió nuestro momento de silencio al levantarse, me termine el ultimo bocado que dejó en su plato mientras lo veía pagar.

Cuando me señalo que nos fuéramos, lo seguí. Fui detrás de él sin pararme a pensar en la hora, o en llegar a casa.

🌙

Tenía el corazón acelerado, respirábamos rápidamente mientras andábamos atados de la mano. Habíamos estado jugando en las carreteras sin precaución. Casi caemos a la banqueta y los autos nos silbaban.

— ¡Eres un peligro para mí!— Golpeé su hombro.

Él se echaba a reír y alzó mis manos entrelazándolas con las de él.

— El tiempo es corto, Allen. Tú solo... déjate llevar.

Retomó el paso y lo seguí, preguntándome cuánto tiempo hacía desde que nuestros caminos se cruzaron. Casi tres horas.
Y tenía la sensación de que lo conocía sin saber realmente nada de él.

Mientras iba tras Aidan miré su cabello en todas direcciones por el viento de la noche. Se giró y me pilló mirándole. Me sonrojé.

— Mi vuelo es en dos días. ¿Mañana vendrás al festival?

Asentí decidida, él no dijo nada más y volvió a mirar al frente.

🌙

Hablando y caminando bajo el cielo oscuro, termino acompañándome a casa. Pero antes de entrar me di cuenta de que, no quería despedirme.

— No me apetece entrar— Confesé.

— Ni a mi me apetecía venirte a dejar.

Lo fulmine con la mirada.

— No! No quise que sonara así. Me refería a que, no quería que...

— Te entiendo Aidan— Interrumpí— Gracias por esta noche.

El asintió. Nos quedamos en silencio. Sencillamente habíamos estado horas hablando. Conociéndonos. Observándonos.

Y me pregunté qué sería de él dentro de unos días, que sería de mi. De nosotros.

YOU, volver a brillar ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora