El Príncipe

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Con el llamado de la primera criatura, pronto el arco de la entrada se inundó de criaturas similares; con aspecto de hombre famélico y huesudo, vestido con harapos y con largas garras rematando sus esqueléticos dedos, un rojizo rostro vacío donde solo se divisaban los hoyuelos de la nariz, una boca llena de dientes torcidos y cuencas hundidas donde deberían estar los ojos. Al igual que los nocturnos, los cazasangres se guiaban con el olfato y el oído pero también había algo más; una energía demoniaca y oscura que los alimentaba y les permitía encontrar y eliminar a su presa, esté donde esté. Alrededor de una treintena de demonios harapientos ya había cruzado la puerta cuando se voltearon hasta el grupo y se dispusieron a atacar.

-Formen una media luna,-ordenó Arnor mientras esgrimía su monstruoso mandoble,-No dejen que nos rodeen, debemos repelerlos y mantenerlos lejos. Ozhag y Felthor, ustedes son los mejores con la espada. Vayan a los extremos y no dejen que se nos acerquen,-Felthor y su compañero asienten y van a sus posiciones rápidamente, quedando en lugares opuestos,-Joxler, eres el más rápido, junto a Felthor nos serás muy útil, yo estaré junto a Ozhag.

A pesar de que lanzó una mirada acida a Arnor por darle ordenes, Joxler asintió con rigidez y fue a donde le indicó,-¿Y yo?,-le preguntó Aloryn.

-Eres la única arquera,-le contesta Arnor,-Estarás en el centro, ahí tendrás un buen radio de tiro, No dejaremos que se te acerquen,-Con celeridad, Aloryn se situa entre Arnor y su primo, al mismo tiempo que a una velocidad inimaginable, pone una fleche en su arco y comienza a tensar.

-Cuando Aloryn lance la primera flecha será el momento,-añade Felthor,-Espera.

Justo cuando el grupo concluyó su formación, las famélicas criaturas se lanzaron a la carga profiriendo gritos y chillidos estremecedores y se acercaban rápidamente.

-Paciencia Aloryn,-dice Felthor con la espada alzada y mientras una gota de sudor frio corre por su rostro. El primer cazasangre ya está a tiro de piedra y todos parecen al borde del colapso,-¡Ahora! Justo en la cara,-grita Felthor.

La chica suelta la cuerda del arco en cuanto procesó la orden y la flecha ni siquiera había impactado en su blanco cuando comenzó el proceso de sacar otra para tensar nuevamente. Cuando el primer monstruo cayó, producto de tener una saeta en la cara, el resto ya estaban al alcance de las espadas y los aceros comenzaron a danzar en la oscuridad cazando a sus presas. Felthor nunca había visto a Joxler luchar de verdad, pero se desenvolvía en la batalla con una precisión que parecía ensayada <<Es rápido, como dijo Arnor,-pensó asombrado Felthor,-Su espada ni siquiera ha cortado la carne de su enemigo y en su cabeza ya ha hecho los próximos tres golpes. No tiene experiencia, pero con esa rapidez puede destrozarme si quiere>> Felthor no era tan veloz como Joxler, pero si más habilidoso. Tras años luchando, no tenía necesidad de realizar sus movimientos en su cabeza cuando casi podía predecir los ataques de su enemigo.

El pequeño grupo ya había acabado con una decena de demonios, pero estos comenzaban a ganar terreno. Las criaturas se cerraban y se agrupaban en torno a un solo guerrero y este no podía defenderse con le eficacia necesaria. Joxler mantenía a raya a tres a la vez y había alrededor de ocho o nueve acosando a Arnor, Ozhag y Aloryn, quienes apenas podían contenerlos. Felthor tenía a cuatro encima y el esfuerzo de mantenerlos lejos comenzaba a cobrarle factura, ya que esquivaban con facilidad cada uno de los tajos y atacaban cuando bajaba la guardia.

-¡Son demasiados!,-grita Joxler, quien ya tenía un lado de la cara y la hoja de la espada casi cubiertos de rojo.

-¡Podemos con ellos!,-le grita Arnor,-No cedan terreno.

Sin embargo, sus palabras ya casi no tenían propósito, pues con todos los cazasangres atacando a la vez, el grupo retrocedía rápidamente. El arco de Aloryn ya había perdido utilidad a tan corta distancia y luchaba con su sable, pero no era ni la mitad de buena que cualquiera de los otros. Ante el avance de las criaturas, el grupo ya se había separado y cada uno luchaba su propia batalla. Arnor y Ozhag por fin ganaban ventaja, pero el resto sobrevivían a duras penas. De los cuatro demonios que atacaban a Felthor, solo había matado a uno y otro ya había ocupado su lugar. Sin darse cuenta, Felthor había descuidado su espalda y solo con grito de Joxler cayó en la cuenta de su error.

Luz Entre las CenizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora