11. 𝐿𝑎 𝑐𝑎𝑠𝑎 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑏𝑜𝑠𝑞𝑢𝑒

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ᴀɴɴᴏʀᴍᴀʟ
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Narra Mallory:

Al terminar de comer, Emily y yo recogimos los platos y acordamos que los chicos nos ayudaran a limpiar la mesa y tirar los restos de comida, que en realidad era cosa de nada.

Ellos aceptaron un poco de mala gana, pero al paso de unos minutos estaban riéndose de Paul, quién en vez de tirar las servilletas a la basura, tiró dos platos.

Miré a Emily sabiendo por su expresión, que nunca había recibido ayuda de los chicos después de haber comido como las enormes bestias hambrientas que son. Ambas compartimos una sonrisa burlona.

Luego de varios minutos de risas por parte de los chicos y regaños de Emily, el comedor-cocina quedó impecable, como si no hubiera estado ahí un enorme banquete momentos antes.

Cuando estaba a punto de despedirme para ir a casa, ya que comenzaba a hacerse un poco tarde, Jacob recibió una llamada.

Mientras escuchaba a la persona al otro lado de la línea, su rostro fue cambiando a uno más serio. Tanto que me dio un poco de miedo.

Por unos segundos, su mirada se cruzó con la mía e hizo una afirmación con la voz ronca, contenstándole a la persona de la llamada. Lo miré confundida y después me giré a los chicos, quienes miraban a Jacob igual de desconcertados que yo.

Cuando por fin colgó la llamada, que en realidad no duró más de dos minutos, se acercó con cuidado a mí y me analizó en silencio con la mirada.

-¿Podrías acompañarme a un lugar? Hay personas que quieren conocerte. -Me preguntó con un tono tan lento y bajo que me costó un poco entenderlo.

Nuevamente me giré hacia los demás chicos, ahora tenían el rostro igual de serios, como Jacob cuando atendió la llamada.

-No pensarás llevarla con esa gente ¿o si? -Preguntó Seth mientras se acercaba molesto a Jacob y me ponía detrás suyo. Aunque Jacob fuera más alto que él, no se dejó intimidar.

-No le pasará nada, yo me encargaré de eso, Seth. Ahora muévete, por favor. -El chico pareció resistirse, pero al recibir una mirada seria de Sam, regresó a su lugar y me miró con pena.

-¿A dónde? -Pregunté por fin, Jacob pareció dudar por una milésima de segundo y después tomó mi mano con sutileza.

-Tú confía en mí, no te pasará nada. -Miró fijamente mis ojos. Se supone que no debería confiar aún en él, llevábamos muy poco de conocernos, y aún quedaba duda en mi cabeza.

Algo me decía que no debía aceptar, así que miré a Emily buscando ayuda. Ella sonrió y asintió con la cabeza, fue un movimiento casi imperceptible, demostrando también su desconfianza ante la situación.

-De acuerdo... -Mi voz sonó dudosa y muy baja, pero Jacob me escuchó perfectamente, ya que se formó una sonrisa en su rostro.

Ambos comenzamos a caminar hacia la puerta, aunque yo parecía estar siendo arrastrada por el chico. Él tomó mi suéter, que estaba colgado en el perchero de la entrada, y me lo dio.

Di una última mirada al interior de la casa antes de que la puerta se cerrara, despidiéndome de todos con un gesto de mano.

Caminamos un par de metros hasta llegar a donde estaba la moto de Jacob. Me paré al darme cuenta de que nos iríamos en eso.

-¿Una motocicleta? -Le pregunté a Jacob, señalandola con la cabeza. Puse mis brazos a mi alrededor, sintiendo el frío del ambiente, aunque ya llevara el suéter puesto.

-Si ¿Acaso no te gustan?- Preguntó con una hermosa sonrisa, yo negué casi inmediatamente.

-Nunca me he subido a una... -Y era verdad, había tomado un miedo al escuchar las noticias de motociclistas que han tenido accidentes en las carreteras, y que incluso algunos habían muerto. No quería terminar igual o peor que los de esas noticias en el periódico y la radio.

-Tranquila, confía en mí. He conducido esta motocicleta por bastante tiempo y nunca me ha pasado nada. -Parecía haber leído mi mente.

Dudé mientras apretaba mis labios a causa del frío.

Usa el mío, si te sientes más segura. -Me tendió su casco, era color negro y parecía ser demasiado grande para mi cabeza. Pero preferí tomarlo de todas formas.

Nos subimos a la motocicleta y ántes de arrancar, me aferré al torse de Jacob, sintiendo automáticamente su intenso calor. Me pregunté cómo es que no tenía frío, siendo que llevaba sólo una camiseta de manga corta y unos pantalones cortos de mezclilla. Yo ya estuviera temblando de frío, pero parecía no afectarle a él.

Mis pensamientos se interrumpieron cuando noté que la velocidad aumentaba bruscamente. Yo apreté más mi agarre al cuerpo de Jacob.

En todo el trayecto, sentía el aire contra mi cara, a tal punto que mi nariz comenzaba a sentirse muy fría, a pesar de que el caso me cubriera un poco.

Tanta era la velocidad, que sólo podía distinguir los árboles pasando como rayos frente a mis ojos. Y la línea amarilla que recorría toda la carretera parecía no moverse de su lugar.

Después de varios minutos yendo a gran velocidad, Jacob disminuyó el avance de la motocicleta. Y a lo lejos pude distinguir un camino recto entre todos los árboles que nos rodeaban.

Mi corazón comenzó a latir con fuerza al no reconocer esta parte del bosque.

Una vez que nos detuvimos, el chico se bajó de la motocicleta y se acercó a mí para quitarme el casco con delicadeza. Traté de acomodar un poco mi pelo alborotado por el viaje.

Me hizo una señal con la cabeza para que lo siguiera. Comenzamos a pasar por todos los enormes árboles, siguiendo aquel camino recto.

Me choqué una que otra vez con algunas ramas que sobresalían de los árboles. Jacob sólo se reían y yo me avergonzaba por ser tan torpe.

Al poco tiempo, pude distinguir una enorme casa en medio del bosque, estando bastante alejada del pueblo.

Perfecta para cometer algún crimen sin ser atrapado.

Una idea pasó por mi cabeza rápidamente, y era que si llegaba a estar en peligro, podía poner el práctica el entrenamiento de papá para defenderme. Y si eso no servía, tendría que usar mis poderes, con el riesgo de desmayarme por tener poca práctica.

-Eso no será necesario, nadie te lastimará -Habló una voz de repente y yo me sobresalté. Vi a un chico parado en las escaleras de la casa que parecía mansión.

Inconcientemente, me puse detrás de Jacob, quien fulminó con la mirada a aquel chico de piel pálida y cabello castaño un poco alborotado.

Éste levantó las manos en señal de inocencia y escuché a Jacob hacer un ruido con la garganta, igual al de la cafetería. Un gruñido.

-Soy Edward, mucho gusto. -Habló el chico con un porte educado y fino. Hice un intento de sonreir por cortesía, pero estaba nerviosa aún.

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~Sel~

ᴀɴɴᴏʀᴍᴀʟ | ʲᵃᶜᵒᵇ ᵇˡᵃᶜᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora