ᴀɴɴᴏʀᴍᴀʟ | ʲᵃᶜᵒᵇ ᵇˡᵃᶜᵏ

14. 𝐸𝑛𝑒𝑚𝑖𝑔𝑜𝑠 𝑐𝑒𝑟𝑐𝑎

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ᴀɴɴᴏʀᴍᴀʟ
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Narra Jacob:

Al llegar al límite con los Cullen pude percibir el distintivo aroma que irritaba mis fosas nasales, era un olor tan desagradable que tuve que arrugar la nariz y aguantar la respiración unos segundos antes de hablar.

-¿Qué hacemos aquí, Sam? -Le pregunté "telepáticamente" al lobo negro que estaba a un lado de mí, con la mirada fija en el otro lado del río.

-Quieren hablar con nosotros, para llegar a un acuerdo, supuestamente. -Vi que los otros miembros de la manada estaban muy a la defensiva. Estar tan cerca del límite del tratado y sin saber exactamente para qué, era aún inquietante para algunos.

-Ya están aquí... -Justo cuando Sam terminó de hablar, los árboles se movieron con fuerza dejando ver a una familia de vampiros casi alineados, al lado contrario de nosotros.

-Gracias por venir. Tenemos sospechas de que un enemigo se acerca a Forks, y sabemos que ustedes lo protegen, eso incluye a la Reserva. -Habló el mayor de los vampiros, Carlisle, aunque aparentaba una edad muy cercana a la de los demás integrantes.

Sam se notaba tenso, pues nunca habíamos tenido tal acercamiento con los vampiros, mucho menos entablando una conversación con ellos.

Sam se cuestionaba si deberíamos dejar que hablen o atacar y evitar que cruzen el territorio, aunque también prefería mantener el tratado y evitar una guerra.

-No es necesario que estén a la defensiva, sólo queremos llegar a un acuerdo. Por el bien del pueblo y de la Reserva también. -Habló Edward, el pálido de cabello cobrizo, con tanta seriedad que dudé que quisiera atacar de imprevisto.

Se escucharon algunos gruñidos de Paul y Jared, Sam los miró como si les pidiera que callasen. Les ordenó que lo hicieran.

-Aunque sería mejor si fueran...humanos. -Habló nuevamente Carlisle con un tono amable y sereno.

Sam lo pensó unos segundos y nos dio la orden de que Paul, Jared y yo nos transformaramos.

Cada uno fue atrás de los arbustos más cercanos y volvimos a nuestra forma humana, teníamos "repuestos" de ropa escondidos por ahí. Sam hizo lo mismo una vez que salimos nosotros.

-Bien, así facilitaremos la comunicación, hablen. -Sam usó un tono grave, su voz de Alfa. Claro que no iba a influir a los vampiros.

Los Cullen se miraron entre sí antes de dejar que la más pequeña de ellos diera un paso al frente. Si no mal recuerdo, su nombre es Alice, pero yo le digo "duende".

-Alguien ha estado rondando cerca de nuestro territorio, y pronto se acercará al suyo. Lo he visto. -Mientras hablaba, la vampiro tenía su mirada perdida entre los árboles, como recordando imágenes.

No era secreto que la pequeña Cullen tenía el don de la premonición. Lo supe desde la vez que Edward abandonó a Bella y ella saltó del acantilado. Alice había visto a Bella saltar y regresó a Forks para verla.

-¿Saben quién es? -Pregunté con un tono más fuerte del que quería.

-Es de nuestra especie, pero no lo hemos rastreado, no sabemos con exactitud quién es. -Habló la pareja de Alice, el serio Jasper.

-Si llega a cruzar nuestro territorio, lo sabremos. No es muy difícil distinguir su hedor. -Dijo Paul con tono sarcástico.

-Bien, si detectamos algo les avisaremos. Pero tengan en cuenta que aún no podrán cruzar el río. Nosotros nos encargaremos de esta parte del terreno. -Sam anunció su parte del trato, intentando de dejar de lado el comentario de Paul.

-Contaremos con que nos avisarán ante cualquier cosa sospechosa que vean. Evitaremos poner en peligro a la gente del pueblo -Edward miraba a toda la manada con cautela.

Sam asintió una última vez para luego girarse hacia nosotros y darnos la señal de que era hora de irnos.

Los que estábamos en forma humana entramos en fase y comenzamos a correr hacia la Reserva. Los pensamientos de los demás se mezclaban en un remolino mental, pero yo solo podía pensar en una cosa. Mallory. Mi impronta.

Ella no tenía ni idea de lo que estaba pasando y ahora, puede que esté en peligro, tampoco puedo decirle que hay vampiros rondando la zona que podrían drenar su sangre. Puede alejarse de mí, y ya no podría protegerla.

-Sabes que tendrá que saber la verdad en algún momento, Jacob. -La voz de Sam llegó a mi cabeza y casi automáticamente gruñí.

Había dos posibles reacciones en Mallory: podía asustarse e irse corriendo o enojarse y ser indiferente conmigo. De cualquier forma le perdería y eso dolería demasiado.

-Se lo diré, pero no ahora. -Exclamé había él, sabiendo que todos los demás lo escucharían igual.

-Llevas diciendo eso desde que te imprimaste. -Se burló Jared, a lo que yo gruñí de nuevo, esta vez en su dirección.

Cuando llegamos al lado del bosque que daba hacia las cabañas de la Reserva, logré ver el coche del jefe Swan estacionado en frente de mi casa.

Sin prestar mucha atención a los demás, volví a mi forma humana y me vestí con las prendas que encontré entre unos arbustos. Caminé hasta la puerta.

-Buenos días... -Hablé cruzando la entrada, viendo a mi papá y a Charlie Swan sentados en el sillón, ambos con una expresión seria.

-Oh, Jacob. Hace tiempo que no te veo. -Sonrió Charlie mientras se levantaba para estrechar mi mano con la suya.

-He estado ocupado con asuntos del garaje -Contesté amablemente.

No era secreto que había estado metido gran parte del tiempo en la cochera improvisada de mi casa, arreglando una que otra motocicleta y algunos vehículos averiados de los chicos de la manada.

-¿Qué sucede? -Pregunté al ver la cara de preocupación de mi padre.

-Charlie ha recibido reportes de ataques a personas por algún animal salvaje. Aún no se sabe qué es. -Mi padre me miró con cautela, como preguntando si nosotros sabemos algo de nuestros recorridos.

-Ohh... ¿En dónde se han dado los ataques?

-Unos excursionistas encontraron un cuerpo en la orilla de la carretera, tenía la garganta cortada. Luego recibimos una llamada de que encontraron otro cuerpo a mitad del bosque, cerca de Port Angeles. Tenía los mismos signos de violencia. -Explicó Charlie con la mirada fija en el periódico de la mesa.

-Espero que pronto encuentren al culpable, si hay algo en lo que podamos ayudar... -Charlie me interrumpió con la mano alzada.

-No te preocupes, Jacob. Ya hay varios oficiales trabajando en el caso, tampoco quiero arriesgarlos a que sean atacados. -Sonrió de forma compasiva mientras mi padre le daba unas palmadas en el hombro.

Me despedí de ellos y salí nuevamente de la casa. Esta vez iba en dirección a la casa de Sam y Emily, tengo que decirles sobre los ataques. Seguramente es buena información para los Cullen, pero Sam querrá asegurarse antes de dejar que los chupasangre se entrometan.

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~Sel~