38 - PÉTALOS DE AMANECER

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—Entonces esa vieja realmente es la culpable de todo —concluyó Jol reflexivo al escuchar la historia—

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—Entonces esa vieja realmente es la culpable de todo —concluyó Jol reflexivo al escuchar la historia—. Es como la "jefa" ¿Verdad?

—No exactamente, nadie le ha otorgado ese título —respondió Diadema abrazada a su brazo y mirando el danzar de las llamas.

—El problema es que ha hecho creer al pueblo que vela por sus intereses, pero solo le importan los de ella —Demetra.

—Eso no tendría nada de malo, lo incorrecto es que sus acciones lastiman a terceros —Lu.

—El hechizo ese, el de la lengua...

Mutus.

—Ese... es una pena, podríamos haber preguntado cómo quitar la maldición a las esclavas del señor feudal —todas las cabezas se giraron con sorpresa hacia el muchacho.

—¿De qué estás hablando? —preguntó la del sombrero.

—No quería interrumpirte, pero nosotros también traemos información nueva —contestó Jol. Diadema se deslizó en el hombro y dio un pequeño cabezazo al aire, casi se duerme. La otra daba cariño a su demonio un poco apartada de la charla—. Cuando Trisha me habló de los grilletes blancos recordé haberlos visto en las sirvientas de Formmo.

—¿El dueño de Orhin?

—Exacto. Entonces decidimos investigar yendo hasta su mansión. Allí descubrimos dos cosas, la primera es que él es el comprador. Quien recibe a las esclavas —todas mostraron una gran sorpresa con enormes ojos—. Y la segunda es que en una semana recibirán un cargamento nuevo —el asombro incrementó con un movimiento de cabeza.

—¡¿Y qué hacen aquí ustedes solos?! ¡¿Por qué no rescataron a esas chicas?! —exclamó Musa con molestía. Fue la rubia la que respondió.

—Bueno, es que estaba lleno de cazadores y además creí que sería mejor informar a Lu, no lo...

—¡Esperen! —una idea atravesó los pensamientos de Diadema con tanto vigor que la hizo ponerse de pie— Si ya sabemos que Antina es la culpable, entonces quiere decir ella conoce el método para quitar la maldición ¿Verdad?

—En teoría...

—Bien, quiere decir que si logramos averiguar sus secretos sabremos cómo deshacer el maleficio...

Trisha la miró y las amigas se cruzaron con los ojos, cuando esas palabras tomaron forma en el entendimiento, la idea se hizo más tangible. Las dos pensaron lo mismo: "¡El diario!" gritaron al unísono.

—¡Sí! Si robamos el diario sabremos todo...

—¡¿Qué?! —Musa seguía furiosa.

—Pero es un diario personal, cuando lo abran solo verán páginas vacías —advirtió Lu.

—¡No importa! —su sobrina estaba muy emocionada—. Nos preocuparemos de eso cuando lo tengamos.

—¡UN MOMENTO! —todas quedaron pasmadas, al parecer la bruja del sonido no pudo controlar su furia— ¡Tenemos que rescatar a esas chicas de Orhin! ¡Lo demás podemos investigarlo en una semana!

UN SECRETO EN EL BOSQUEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora