✿╣𝘊𝘢𝘮𝘱𝘰 𝘥𝘦 𝘧𝘭𝘰𝘳𝘦𝘴╠✿ {Xiao x Aether}

2.

El adeptus despertó por el sol que le estaba dando directamente en la cara.
Estaba desorientado y cuando abrió bien los ojos estaba viendo sus alrededores ¿Dónde estaba? Se preguntó, hasta que recordó que llevó al viajero a ese lugar lleno de flores. Recordando todo lo que pasó ayer con el viajero se le formó una pequeña sonrisa en su rostro, ese chico era muy especial para el Adeptus, pues, era el único que no lo veía con pavor o miedo, el único que lo acepto por como es, el único que lo mira con amabilidad y queriendolo ayudar con su mal karma.

Xiao se levantó de aquel sitio sacudiéndose porque algunas flores se quedaron pegadas a su ropa y pelo, no quería volver a la posada ahora así que decidió dar un paseo y de paso matar a los mounstros que por allí estaban, dudaba en que hoy iba a ver al rubio así que se dedicó a pasear por todo Liyue y matar todo lo que fuese una amenaza, porque eso era lo que era un arma para matar y eso era para lo que vivía y lo único que servía.

Cuando iba a volver a la posada, su vista se posó en el campo de flores, por alguna razón sentía que algo lo llamaba allí, algo lo necesitaba allí, asi qué fue casi corriendo solamente a inspeccionar el lugar. Cuando se acercó pudo escuchar un leve llanto, en ese llanto se reflejaba un gran dolor y el adeptus no dudó en acercarse a ese sonido que venía del campo.

Cada vez que se acercaba más fuerte se hacía el llanto, y cuando vio a la persona que soltaba ese sonido se le cayó el mundo encima.

—¡¿Aether?! ¿Que ha pasado?– el pelinegro se acercó rápidamente al de pelo trenzado y puso una mano sobre el hombro del ya nombrado, ya le daba igual el espacio personal solo no quería ver al viajero llorar, le partía el alma ver a su único amigo verlo llorar así.

—¿X-Xiao? No creía q-que ibas a venir aquí a esta hora– Aether se estaba limpiando las lágrimas lo más rápido posible, lo último que quería hacer era preocupar a su amigo.

—¿Qué ha pasado si puedo saber?– El Yaksha miró directamente a los ojos ambarinos del rubio, estos desbordaban dolor.

—¡No es nada! Nada de lo que preocuparse, así que no importa– mientras decía esto sonrió falsamente, el adeptus abrió los ojos como platos al ver esa sonrisa, eso no era la típica sonrisa se felicidad que tenía el viajero en su rostro, eso era una sonrisa forzada, una falsa.

Xiao tragó saliva, lo que iba a hacer no lo había hecho con nadie y era la primera vez que lo hacía, esperaba que al viajero no le molestase este gesto.
El azabache extendió los brazos y envolvió al rubio en ellos, acción que al rubio le tomó por sorpresa y que se lo esperaba de todos menos del azabache.

—Aether, si necesitas a alguien para que te escuché, estoy aquí para ti– Aether de escondió en el cuello del pelinegro y rompió en llanto, esto al pelinegro no le molestaba en lo absoluto, seguía abrazandole no quería soltarle, sabía el dolor que sentía en ese momento, lo sabía más bien que nadie, pues, estuvo milenios luchando contra su karma y no acabar como sus compañeros.

Cuando el de pelo trenzado se tranquilizó empezó a hablar pero sin dejar de esconderse en el cuello del Yaksha.
—Estoy harto, estoy harto de que todos me busquen para que les ayude y que después cuando les pida ayuda para buscar a mi hermana ni me miren a los ojos, nunca quise ser un caballero honorario, ni tampoco salvar liyue ni tener que derrotar a la mismísima Shogun Raiden, yo solo quiero estar con mi hermana de vuelta–
Xiao escuchaba con atención, pero por alguna razón le dolió, le dolió no haber escuchado "quiero estar contigo y con mi hermana de vuelta" ¿que era el para el viajero? ¿Un conocido? ¿Un amigo? Lo único que tenía claro es que en algún momento le iba a tener que decir un hasta nunca al viajero, sería egoísta que por no quererse quedar solo detener al viajero en su búsqueda, pues el futuro del ya nombrado era con su hermana, no con él.

—Te ayudaré a encontrar a tu hermana, iré por todo Liyue buscando rastro de tu hermana, o buscando alguna pista de su paradero– El rubio al escuchar esto le brillaron los ojos de felicidad, ¿sería está la primera vez que alguien realmente le ayuda? Se dejó de esconde en el cuello de Xiao y lo miro directamente a los ojos, le sonrió, le sonrió de una manera que Xiao nunca había visto antes, desbordaba felicidad y agradecimiento.

—¡Gracias Xiao!– seguía sonríendo de esa manera mientras decía eso aunque aún tenía lágrimas en sus ojos, en ese instante el Yaksha se empezó a sentir tan extraño, sentía cosquilleos por el vientre y estaba sensible cosa que núnca ha sido.

Sin darse cuenta el azabache también sonrió, esta vez se podía ver claramente su sonrisa y esto le dejó fascinado al de pelo trenzado, realmente el azabache debería sonreír más su sonrisa es muy linda. Se preguntaba cómo sería su risa.

El pelinegro miró los cabellos del rubio, aún tenía la flor que le dio ayer, esto lo hizo sonrojar un poco y cuando le volvió a mirar se dio cuenta de lo cerca que estaba y se separó de inmediato. Esto le puso algo triste al rubio, era la primera vez que el pelinegro le demostraba afecto, pero supuso que como no estaba acostumbrado a ello necesitaba su tiempo y su tan preciado espacio personal.

Xiao no podía aguantar el cosquilleo que sentía en su vientre.

—Yo voy a volver a la posada, seguramente me necesiten allí– era una excusa buena para el Adeptus, aunque le hubiese gustado quedarse más con el viajero.

—Está bien, cuidate– el viajero se puso triste de que el adeptus ya se fuese pero él era una persona ocupada, además que también tenía que irse pues justamente tenía que hacer una misión que le habían encargado en Inazuma.

Xiao se despidió y desapareció como siempre hace.
Cuando llegó a la posada de fue directamente al techo para apoyarse en la barandilla y pensar en todo lo que había pasado, estaba levemente sonrojado y el cosquilleo no se iba ¿Qué se suponía que era esto?

Sobre todo pensó en el abrazo, como el viajero se escondía en su cuello, aún podía notar como la cabeza del viajero estaba en su cuello y no podía dejar de pensar en aquello.

Se quedó pensando mientras veía el paisaje, su corazón latía rápido ¿Que le había hecho el viajero? Creía que no era malo ni mucho menos, tenía demasiado confianza con él, pero algo había cambiado y de eso estaba seguro.