✿╣𝘊𝘢𝘮𝘱𝘰 𝘥𝘦 𝘧𝘭𝘰𝘳𝘦𝘴╠✿ {Xiao x Aether}

6.

Un día como cualquier otro, la pareja siempre paseando por el extenso campo de flores que tanto conocemos. Compartiendo los momentos más íntimos...
Besos, abrazos, caricias...
Pero la felicidad no es para siempre, ¿no?
Xiao pensaba que últimamente las cosas estaban yendo demasiado bien, cuando su vida era una completa desgracia, ¿en que momento había cambiado eso? ¿En qué momento su vida se llenó de sonrisas y felicidad cuando era entero sufrimiento y dolor? Sólo sabía que su vida había mejorado gracias a aquel rubio, el era su felicidad era lo que le iluminaba los días las nublados, lo que le tranquilizaba, la única persona en que podía confiar y entregarse sin miedo a ser dañado.

Habían pasado tantas cosas buenas y ninguna mala que le parecía hasta extraño.

–¿Xiao? ¿Estás escuchándome?– al escuchar esto el azabache sacudió la cabeza, había dejado de prestar atención a lo que le estaba diciendo el de trenza dorada, sus pensamientos lo consumieron por completo.

—Ugh, lo siento... Estaba pensando en algo, sigue contándome– El adeptus miró con atención a su pareja.

—¿En qué pensabas?— el viajero cambió de tema radicalmente, está pregunta le agarró desapercibido al adeptus.

El pelinegro suspiró pesadamente.
—Solo pienso que últimamente todo está saliendo bien, cuando mi vida es una eterna desgracia... No me gusta eso, tengo el presentimiento de que algo va a pasar–
Aether sonrió de forma tranquilizadora y le dio un beso en la mejilla a su pareja.

—¡No te preocupes Xiao! No pasará nada malo, y si pasa estaremos los dos juntos para hacerle frente– esto tranquilizó a Xiao, si pasaba algo tenía a su novio a su lado.

—Gracias Aether, te lo agradezco– sonrió de forma dulce el adeptus, aether amaba cuando el contrario sonreía de esa manera, no entendía porque no sonreía más amenudo si se veía muy lindo con esa sonrisa en sus labios, realmente debería de sonreír más.

—No me lo agradezcas, quiero ayudarte en lo que sea– dejó un beso corto en la sonrisa dulce que había en la cara del adeptus y este se sonrojó por la acción.
Aunque por afuera pareciese tranquilo, el rubio también compartía ese pensamiento con el Yaksha, todo estaba yendo demasiado bien para ellos dos y eso por dentro le inquietaba.

Ambos sonrieron y después de terminar esa pequeña conversación siguieron con la charla que estaba contando aether anteriormente, era sobre las cosas que hizo en algunos encargos y como le fue cuando llegó a sima, le contó sobre las flores que encontró de su hermana y sobre el abismo, que se encontraron con Dainsleif de nuevo y muchas más cosas.

Todo esto obviamente le interesaba a Xiao, quería saber sobre el abismo y también quería ayudar a su amado a encontrar el paradero de su hermana, aunque la idea de que aether se vaya de nuevo a su mundo natal le dolía, es otra de las miles de preguntas que le gustaría hacer al rubio ¿Que pasará con él cuando el viajero encuentre a su hermana? ¿Lo dejará solo de nuevo?

—¡Oh! Me acabo de acordar que tengo que hacer un encargo por Liyue... Será cerca por nuestro campo de flores, te espero allí cuando termine– Xiao sonrió para sí mismo, la palabra "nuestro" le hizo sentir ternura, habían pasado tantos momentos bonitos en ese campo que el rubio ya lo calificaba como de su propiedad y la de su pareja.

–Está bien, adiós y ten cuidado– le dió un pequeño beso en la frente como despedida y el rubio se fue con una sonrisa en la cara por la acción del Yaksha, era tan lindo cuando le daba pequeños besos en la frente.

El encargo solo era matar algunos mounstros, nada fuera de lo normal solo se hizo unos pequeños rasguños. Cuando terminó de matar a todos los mounstros sintió una presencia familiar detrás suyo pero no podía reconocer la presencia, cuando giró para ver quién era no era nada más ni menos que su propia hermana, sus ojos se clavaron on los ojos dorados de su hermana.

–¡¿L-Lumine?! Oh por los Arcontes, te estuve buscando tanto tiempo..– el rubio casi iba a romper en llanto de la emoción de ver a su hermana de nuevo, después de tanto tiempo puede verla de nuevo, anhelaba tanto poder abrazarla, insconcientemente estaba avanzando hacía ella para abrazarle.

La chica rubia sin decir ni una palabra invocó su espada cosa que le pareció extraño al de la trenza.

Se le encogieron las pupilas al sentir un dolor punzante en su abdomen, sentir la sangre cálida resbalar por su abdomen mientras su vista se hacía borrosa. Cayó al suelo y vio a su hermana marcharse lentamente mientras decía un "Lo siento, pero tenía que hacerlo" de su parte.

Ahí estaba, apoyado a un árbol desangrándose y a un lado se veía el campo de flores, quería que sus últimos suspiros fueran allí, con la persona que más amaba, Xiao.

Se arrastró hasta el campo repleto de flores y se tumbó boca arriba una vez que llegó.

—X-xiao...– llamó el rubio en un susurro, apareció el Yaksha a su lado en un cerrar y abrir de ojos. Cuando el azabache puso los ojos en el viajero y vio toda la sangre esparcida por todo su abdomen mientras se iba desangrando más y más sin poder parar la hemorragia, esto era desesperación pura al no poder hacer nada, lo único que podía era apoyar a su amado en su pecho y brindarle una muerte tranquila o lo más tranquila que pudiese. Sin darse cuenta Xiao empezó a derramar lágrimas de sus ojos que se deslizaban por sus mejillas.

—Aether.. sabes que esto es un adiós ¿No?– miró una vez más a su amado aún llorando.

—Lo sé muy bien, Xiao...–Por eso quería estar contigo, quiero morir a tu lado– sonríe con tranquilidad mientras se le llenan los ojos de lágrimas, le costaba hablar pero podía hacerlo.

—Aether yo quiero estar junto a tí hasta el fin de mis días... Por favor no dejes en este mundo– seguía llorando, no aguantaba ver a su amado así.

Aether con un gran esfuerzo le limpió las lágrimas a xiao.
—No te preocupes cariño, hay muchas vidas que tenemos que vivir y estaremos juntos en muchas de esas, podremos estar felices junto, te prometo que rencarnaré para estar a tu lado– el brillo de los ojos ambarinos del viajero ya estaba apagandose.

— E-entonces, estaré esperando por ti toda una eternidad, lo que haga falta–
Después de pronunciar eso el rubio cerró los ojos y su alma dejó su cuerpo. Xiao al darse cuenta de que su amado falleció rompió en llanto.
Después de llorar todo lo que tenía que llorar con su lanza se ayudó con su lanza para hacer un agujero suficientemente grande para meter al cuerpo de aether sin vida en él.
Él sabía que aether le gustaría ser enterrado en ese lugar así que lo hizo.

Pasaron días y días y el Yaksha seguía llorando por su amado, era tal el dolor que superaba a su karma, no podía aguantar más. Cada vez que pasaba por aquel campo y veía la tumba de su amado sentía tal puntada en el pecho que hacía que se encogiese

Ya no aguantaba más, empuñó su lanza con fuerza y apuntó a su propio cuello, sabía muy bien que esto no era lo que quería Aether pero no podía aguantar más.
Se atravesó a si mismo con su propia lanza y se desplomó en aquel campo de flores al lado de la tumba de su pareja.