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Reio había decidido sacar a pasear temprano a Poko, ese día no había ido a trabajar y hacia mucho tiempo que no pasaba un rato de calidad con su querida mascota.

Eran las 8:00 am, hacía un poco de frío así que optó por ponerle un suéter a Pokko y él se puso una sudadera. Después de años trabajando en su empresa tenía un descanso, había vendido parte de su empresa ya que había acumulado el dinero suficiente para vivir el resto de su vida y tal vez hasta un poco de más, estaba cansado de haber trabajado durante poco más de 10 años, había perdido su juventud y de varias cosas que no pudo disfrutar.

Se veía desarreglado, su cabello estaba desordenado, su rostro aún estaba hinchado por haber dormido tanto tiempo, no se había bañado ya que lo haría después de regresar del paseo con Pokko y su barba comenzaba a crecer, era poca pero empezaba a notarse.

Reio era un hombre que rondaba los 30 años, seguía soltero y no le importaba eso, no sentía la necesidad de encontrar una pareja, además el tener una era algo muy difícil para el, sus anteriores noviazgos fueron fugaces, solo duraban un mes a lo mucho y no era feliz.

Mientras pensaba esto el viento frío pegaba en su cara, era reconfortante sentir aire fresco después de mucho tiempo, Pokko se veía feliz de salir y eso le alegraba el corazón y parecía que a las personas que corrían en la dirección contraria también.

Las personas se le acercaban para poder acariciar a Pokko, Reio les decía que si ya que Pokko desde pequeño ha sido muy amigable y social, más que él. Muchas chicas se acercaban con la intención de hablarle a Reio pero este simplemente las evitaba, no quería saber sobre relaciones en ese momento así que se puso un cubrebocas para tapar su rostro y ocultar un poco su cara de fastidio.

Al llegar casi al final del camino un chico tal vez de unos 23 años se acercó sonriente hacia él, Reio sintió muchos nervios, la sonrisa de aquel chico era simplemente hermosa.

- Ooo que lindo es tu perro ¿Puedo acariciarlo?- antes de responder Pokko ya se había avalanzado hacia aquel chico, le movía la cola como si lo conociera de hace años, Reio asintió y el chico comenzó a hablarle cariñosamente a Pokko y jugaba con él, Reio solo los veía. - ¿Cómo se llama?

- Reio, no, digo, Pokko - el chico rió y Leo se quería morir de la vergüenza, no era normal a su edad ponerse así por una persona, se supone que ya sabía controlar sus emociones y ahora estaba haciendo el ridículo

- Su perro es muy bonito señor Reio - está bien, ese "señor Reio" le había dolido - ¿Si es su nombre cierto? - Reio asintió y quitó su cubrebocas, lamentaba haberlo hecho, no está presentable, era todo un desastre y posiblemente el chico lo miraría con asco- Me llamo Reio Hayase - sonrió un poco he hizo una reverencia.

- Oooh ¿¡es japonés!? - dijo aquél chico con un rostro demasiado sorprendido y bonito, Reio sintió sonrojarse así que se puso rápidamente el cubrebocas de nuevo.

- Si, había venido aquí desde hace mucho tiempo para trabajar en una empresa- ¿Porque le estaba contando tan rápido su vida? Solo debió haber dicho que sí.

- Ooh ya veo, Yo soy Baek Seungbin, mucho gusto- sonrió Seungbin - bueno, es hora de que me vaya me dio mucho gusto conocerte Pokko- se despidió cariñosamente de Pokko y el perro también se despidió feliz. - Hasta luego señor... Si debería llamarlo señor? Tal vez me equivoqué- Reio asintió, por más que le doliera ser un señor tenía que aceptarlo.- oh bueno, nos vemos luego señor Reio- sonrió he hizo una reverencia. Después comenzó a correr el camino ya recorrido por Reio.






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Es una nueva historia, espero les guste ◉‿◉ ya casi va a terminar "Homework" si hay algún error pueden comentarlo ♡

Run 달리다 -Levin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora