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Ambos se bañaron y se fueron a cambiarse dónde Robby optó por un pantalón de mezclilla de pernera ancha y una camisa de algodón azul.

Aunque cuando estuvo a punto de abrocharse el pantalón las náuseas lo atacaron llevándolo al baño donde vómito, asqueroso..

Miguel apresurado entro al baño al ver a su esposo con la cabeza casi metida en la taza del baño, busco en el botiquín que tenían detrás del espejo del baño y saco el frasco de Alcohol, vio a Robby ponerse sentado y se agachó hacia el hechando su pelo castaño hacia atrás descubriendo su frente.

—Odio estás náuseas—Se quejo el ojiverde mirandolo

—Yo igual cariño, Ten—Le ofreció poniéndole el alcohol en la nariz para que lo oliera

—Hay que ir por la despensa—Comento Robby parándose para bajarle a la taza e ir al lavabo y lavarse los dientes—Oh no..—Exclamo al intentar cerrar el botón de su pantalón

—¿Que pasa?—Pregunto viendo el pantalón de su esposo

—No me cierra...—Ambos se miraron a los ojos, Robby casi quería reírse de la situación

—Te doy uno mío—Le dió la idea y Robby asintió, definitivamente amaba a su esposo, tan considerado

—Dentro de unos meses me voy a ver  gordo—Murmuro pero Miguel lo escucho y paso uno de sus brazos por los hombros del más bajo atrayendolo hacia sí

—Seras el gordo más bonito—Dijo el moreno

—Se supone que eso me consuela?—Pregunto con Sarcasmo

—Si...?—

—Obviamente no!—

—Ahh lo siento mi amorcito—Beso su frente con cariño

—pásame un pantalón tuyo—Pidio sentandose en la cama quitándose su propio pantalón

Miguel fue a su ropero dónde saco otro pantalón de mezclilla de pernera ancha negro y se lo dió

—Gracias Miggi—Comento Robby mirando a Miguel

—De nada lindo—Exclamo para luego acostarse en la cama mirando al castaño ponerse su pantalón—Estaba pensando, que pronto ya no te quedarán ni mis pantalones, ¿que haremos?—

—He visto pantalones de maternidad...Pero no lo sé—Comento, tenían varias cosas que ver y aún cumplían los tres meses

—¿Y si te cansan los pantalones?—Cuestiono mirandolo

—No lo sé Migue', solo se que tenemos que comprar la despensa e ir a comprar el regalo de mi mamá—Comento agarrando su cartera y mirando a su esposo sonreír

—Sabes...no quiero que estés molesto por lo que pasó con las llamadas—Eso llamo la atención de Robby que lo hizo mirarlo

—No estoy molesto—Respondio serio

—Robby, lo estás—Menciono Miguel y Robby no tuvo opción que asentir, si, si lo estaba.

Estaba inseguro, por esa mujer, apesar que no la conocía y no sabía quién era.

—Si, si lo estoy. ¿Quien es ella?—Pregunto y Miguel abrió su teléfono y busco entre las llamadas, claro que sí, era Melissa, su nueva secretaria.

—Melissa, ese es su número, Sam dijo que era buena idea que tuviera una secretaria, para menos carga de trabajo, Pero te soy sincero, no me agrada. Tienes que conocerla, quiero que coincidamos en opinión—En esos casos el matrimonio no se ocultaba nada

Miguel por nada del mundo engañaría a su esposo, lo amaba demasiado como para hacerle daño, no tiraría años de noviazgo y matrimonio por nada, sabía lo que tenía, Robby era lo único que quería y ahora con un pequeño o pequeña ser creciendo dentro de él, su amor se hacía más grande.

Un desarrolloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora