Un desarrollo

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Siete meses

—Todo está en perfecto estado, el canal de parto está listo, trate de ser cuidadoso este último trimestre, use ropa comoda— Expresa la Doctora viendo a la pareja sonreír contentos

—Muchas gracias Doctora Lee— Robby baja su vestido azul cielo con forma de batita

Después de que Robby se diera cuenta que no podía seguir usando pantalones con el riesgo incluído de sufrir un accidente optó por usar vestidos, ya que se sentía más cómodo

El matrimonio en el auto de Miguel se quedan un momento en silencio

—¿No es muy peligroso el parto natural?— Miguel es el primero en hablar, había estado leyendo sobre el tema, y aunque no se le diga a Robby, realmente tiene miedo

El ojiverde juega con la tela de su vestido para luego ver a su esposo

—Si, es peligroso, pero estoy dispuesto a hacerlo— Robby lo toma de la mano y sonríe, es una manera de darle seguridad a Miguel, una que el mismo está intentando obtener

El moreno lo toma de la mano y sonríe cálidamente

—Realmente te admiro mucho Robby— Aprieta la mano del mayor en un acto cariñoso

Robby no dice nada ante sus palabras pero se encaminan a casa donde disfrutan dentro del rincón de la habitación de las bebés el ambiente infantil que se empieza a formar, el embarazado no lo dice en voz alta, pero esa habitación se está volviendo su lugar favorito de la casa

[…]

Sam da vuelta con su silla giratoria mientras su padre está hablando, no lo quiere decir, pero se empieza a estresar

—Y tienes que ir a la fiesta, es importante que asistas como Directora de LaRusso Auto— Anuncia su padre a lo que ella para de jugar con su silla y asiente

—Lo se papá, Tory ya me lo repitió en la mañana— Contesta la ojiazul observando a su padre detenidamente

Las canas ya empezaban a notarse, más eso no le quitaba lo jovial que aún podía ser

El teléfono de su padre empieza a sonar, la expresión del hombre cambia a una pequeña sonrisa

—¿Quien es?— Pregunta con curiosidad al ver a su progenitor contestar

—Es Johnny— Simplemente responde para salir de la oficina

Sam aún no puede creer como su Papá no termino con Johnny, son cosas extrañas de la vida, que ambos hombres conecten de tal manera que tienen un lazo irrompible y a la vez solo pueden ser amigos o socios

Son cosas de la vida, su padre se va de la oficina y su novia entra con una sonrisa

—¡Brandon saco una A±!— Sam se para del asiento feliz para abrazar a la rubia

—¡Eso significa desayuno con mucha azucar!— Exclama emocionada Sam viendo a su novia sonreír

—Consientes mucho a Brandon, ¿No lo creés?— Tory observa los ojos azules de la chica que no para de hacer ese gesto con su boca

—Amo consentir a Brandon, soy feliz haciéndolo y de paso te hago feliz a ti— La castaño pone sus brazos sobre los hombros de la más alta recargando su cuerpo sobre la otra

—Gracias linda, y por eso te amo— Besa su frente con ternura, en eso entra el Señor LaRusso viendo a la pareja

—Johnny me estaba contando que las niñas están excelente, está tan emocionado por ser abuelo que yo también quiero serlo— Se queja el mayor sentandose en la silla

—Papá, aún no hemos pensado en eso— Sonríe Sam nerviosa por la insistencia de su papá de ser abuelo

—Si Señor LaRusso, apenas y podemos con Brandon que ya está en la adolescencia— Tory salva a su novia de la insistencia de su padre

—Bueno, Brandon es básicamente como un hijo para mí, ¡Yo quiero un nieto!

Ambas mujeres se quedaron sorprendidas, hasta que Sam suelta una risa

—Ay papá! Pídeselo a Anthony si tanto quieres un nieto— Sam observa la cara de incredulidad de su padre, agarra el latte de su escritorio dándole un sorbo

—Lo único que me dará ese muchacho será un gato, ni estando con Kenny que es más centrado me darán un nieto— Hace un puchero el mayor

—Me urge un Irish— Expresa Sam, a lo que Tory se empieza a reír

—¿Que es tan gracioso?— Pregunta Daniel serio

—Te amo papá y todo, pero por el momento un nieto no está en nuestros planes— Su papá la mira molesto, levantándose de la silla se cruza de brazos

—¿Ni uno?

—Al menos no en este año ni en el otro—Sam observa a su papá hacer un puchero

—¡Me hago viejo Sam!

Sam puso una mano en su frente, encerio necesitaba una bebida alcohólica.

[…]

Robby observo las cunas con atención, y luego miro hacia pared, como pequeños Bonsais estaban pintados, sonrió ante esos detalles importantes de su vida que le daría a sus hijos

—Mis pequeñas, algún día aprenderán lo hermoso que es crecer como un lindo bonsai, tendrán mucho amor en su vida, seria capaz de darles el mundo— Robby sonríe para luego observar a Miguel entrar con una mecedora blanca de madera

—¡Pensé que no estabas aquí! Se arruinó la sorpresa— Expresa Miguel con un puchero

—¿Sorpresa? Aww Miggi, ¡Ponla! ¡ponla! ¡Quiero verla!

Díaz de inmediato pone la mecedora, blanca con flores pintadas, la reacción de Robby lo enternece de sobre manera

Sus ojos llenos de lágrimas lo incitan a acercarse y agarrar suavemente su rostro y besar sus labios

—Te amo bonito— Susurra en voz baja Miguel haciendo que Robby se siente sobre la superficie acolchonada

—Me encanta Miggi, siéntate tu— Robby se para de la silla y coloca a su esposo sobre la mecedora, lo que el moreno no se espera es que su esposo se siente en su regazo

—Ahora es mejor— Dice Miguel sorprendido pero agarrando con firmeza al otro hombre para que no se cayera o lastimara

—Gracias mi amor, este es un excelente regalo— No puede estar mucho tiempo en esa postura así que Robby decide pararse y ver su teléfono por un momento, antes de reproducir "Thinking Out Loud" de Ed Sheeran— Creo que es un excelente momento para bailar.

Díaz siente como su corazón late con fuerza, de inmediato se para y caballerosamente toma de la mano a su la mano a su amado, pone la otra sobre su cintura, baja un poco para acariciar parte de su cadera, vuelve a esa pequeña curva que se perdido a lo largo de los meses pero que de alguna forma le recuerda que alguna vez ahí estuvo, que regresará en un lapso de tiempo donde su mano volverá a encajar, un estomago muy abultado separa dos cuerpos que se aman

Pero a Miguel eso no le importa, el es felíz viendo ese gran vientre redondo con estrías rojizas delineando se como pinceladas sobre lienzo liso y en espera de volverse en una obra de arte que se produce desde adentro, dónde hay corazones latiendo en espera de ver el mundo y hacerlo más bello.

Deja de centrarse en aquel estomago redondeado y se centra en una bella carita con mejillas abultadas por causa del peso ganado por el cambio físico que lleva el proceso de traer dos niñas a la vida, se maravilla al notar como las pecas se notan más y los labios de su esposo son tan bonitos como lo es saborear un algodón de azúcar, tan dulces que se le antojaban besarlos cada que los tenía cerca

La música se reproduce y ellos se mueven a su propio ritmo, en esa pequeña habitación dónde un día morarán dos seres que esperan con ansias, los futuros padres se miran como la primera vez que se vieron con ojos de amor.

Abby y Laura tendrían
unos padres que las amarían
tanto como ellos se aman...