Un desarrollo

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Seis meses

Aveces su padre iba por un rato a su casa, y como era su día de descanso, Johnny como papá mejorado preparaba unos pancakes.

—¿Cómo están las niñas?— Pregunta su papá con curiosidad dándole un pancake

—Cada vez más inquietas, Miguel está vuelto loco por la idea de tener niñas, dice que es su sueño, y más que sean gemelas— Explica recordando como Miguel llegó un día con una bolsa entera de muñecas

—Puedo venir a pintar el cuarto, ya sabes rosa— Los ojos azules de su padre se ven esperanzados, y tienen ilusión en ellos, eso enternece a Robby

—Si papá, puedes venir y pintar el cuarto de rosa, a tus nietas las hará felices saber que su abuelo pinto su cuarto, eso también me haría feliz— Se acerca a abrazar a su padre, sintiendo como su padre revuelve su cabello

—Vendre la próxima semana entonces, Carmen y yo iremos a pasear— Robby
Sonríe y se aleja con lentitud de su padre

—Estoy feliz por ti papá— Se separa de su padre, justo cuando Miguel entra por la puerta

—¡Sensei! ¡Que gusto verlo!— Miguel abraza a su suegro por un instante

—Le decía a Robby que quisiera venir y pintar el cuarto, ¿Tu que dices Miguel?

Robby amo definitivamente la sonrisa que hizo su esposo cuando su suegro dijo eso.

—¡SI! Digo, Estaría muy bien Sensei— Se nota la emoción en su tono de voz, observa como Johnny sonríe, poco después se despide de ambos

Miguel le da un beso mientras posa su mano en sus vientre, se pone en cuclillas

—Hola bebés, ¿Se portaron bien? ¿No le causaron dolor a papi?— Habla Miguel con voz chiqueada

Robby se ríe por la forma en la que su esposo hablá, y acaricia esos rizos salvajes que el gel ya no puede controlar

—Se portaron muy bien, ¿Traes pastel para mí?— Pregunta, Miguel observa esa acción saca de la bolsa un contenedor de plástico pequeño que contenía una rebana de pastel de chocolate

—¡Pastel! Aww te amo Miggi— Empieza a regar besos por toda su cara, las manos de Miguel se posan sobre sus caderas

—¿Quieres que talle tus piernas mientras te comes el pastel?— Pregunta Miguel amoroso pasándose al sofá donde Robby se recuesta contento

—Es la cosa más romántica que me haz dicho desde que estamos casados— Bromea a lo que el moreno ríe a carcajadas

—No puedo creer que digas eso— Se sigue riendo pasando sus manos por las piernas del castaño que suelta un jadeo de satisfacción ante la firmeza de las palmas de su esposo contra sus piernas

—Definitivamente eres bueno en todo— Cierra los ojos por un instante

—Y por eso te hice dos hijas.

—Ahora soy yo el que no lo puede creer.

Mientras Miguel sigue masajeando el continúa comiendo la rebanada de pastel que le llevaron

—Miggi, más arriba porfavor

Tal y como Robby lo pide, el hombre empieza a subir más y más por sus muslos

—Sabes, tu podrías ser de mucha utilidad en este momento Miggi— Robby sonríe de lado haciendo que el otro hombre capte su intención

—Estoy más que dispuesto a ayudar— Menciona Miguel poniendo sus manos sobre el elástico de pijama para luego bajarlo lentamente