Jamás se acuesten tarde una noche antes de su primer día de escuela, consejo de vida.
Malparida vida de mierda, señor juro por lo que más quiero en este mundo que no me volveré a dormir tarde, pero que no llegue tarde hoy por favor. Son las seis y yo entro a las seis y media, genial solo tengo menos de treinta minutos para arreglarme y ni siquiera he podido encontrar el suiche del foco.
-Lilith, son las seis y cinco ¿ya está lista? – y con esta entrada les presento a mi madre, una mujer de no sé cuántos años. ¿alguno de ustedes se sabe la edad de sus padres o solo yo soy pendeja, y no se me la edad de mis padres?
-Lilith, si llegas tarde te lo juro por mi santo padre que te cuelgo de una oreja- pero si no es mi culpa, es culpa del suiche del foco que parece que se mueve en la noche, ¿Dónde mierda del lado de la pared esta? Cualquier persona que me estuviera viendo en estos momentos pensaría que estoy tocando seductoramente a la pared. –¡LILITH! – ay, mamá, ya dijo la frase, y si esta es mi alarma para decirme que voy tarde (MUY TARDE).
-Voy- respondí, porque esto es tan frustrante. El pájaro en mi ventana y mi alarma decidieron tomarse un día más de vacaciones ¿Cómo les parece?
- Lilith Tatiana, si no bajas ahora te lo juro por tu madrecita que si me llegan a llamar de tu escuela diré que no te conozco- y sonó un portazo, carajo. Si mi mamá ya se fue significa que marque mi sentencia de muerte con el director por llegar tarde, maldita suerte la que me dio Dios.
Por fin encontré el suiche del foco de mi habitación y lo encendí, me quité mi pijama o bueno, si se le puede decir así, a un short viejo y a una camisa robada de mi papá. Me puse la ropa más cómoda que encontré en mi armario -ropa de vagabundo diría mi abuela- asthetik le digo yo. Cuando iba saliendo de mi cuarto intentando encajar mi pie en el otro zapato, mi hermano estaba afuera con su bolso del colegio.
- ¡Jesucristo en moto! – grite, este niño algún día me va matar de un infarto. – ¿no te habías ido ya? - cuestioné, este engendro del mal siempre es el primero en despertarse, se supone que a esta hora ya no estuviera acá en la casa.
-mi mamá dijo que me llevaras, porque la cede de mi colegio queda enfrente de la tuya- respondió tomando su maleta de rueditas y bajando las escaleras, haciendo ese molesto sonido de las rueditas chocando con los escalones.
- Señor, ya sé que solo te pido esto, pero dame paciencia porque si me das fuerzas mato a alguien- mencione a la nada, baje las escaleras y me dirigí a la cocina; donde se encontraba el sin diente de mi hermano tomando un milo frio de cajita; ahora quiero un milo de cajita.
- Ya no quedan más, asique no busques.
Que. Mierda.
-Te odio- dije volteando mi cabeza de la nevera, y fulminándolo con la mirada. – vámonos que ya se nos hace más tarde – dije caminado hacia la sala donde se encontraba mi mochila con solo un lápiz y una libreta pequeña.
Siempre cumpliendo con los útiles como niña responsable.
-Deja de disociar y vámonos- dijo la lagartija de alcantarilla, que ya estaba en la puerta esperándome.
Y con eso emprendimos nuestro viaje al lugar más terrorífico del mundo...la escuela. <Inserten música tenebrosa con relámpagos y lluvia.>
Caminos alrededor de unas cuatro cuadras, la escuela no nos queda tan lejos y tú puedes decir que es cool porque así te despiertas tarde y llegas a tiempo o faltando 3 minutos, pero para mí mala suerte, aunque me despierte temprano o tarde siempre llego tarde; así como hoy. Llegamos tarde muy tarde, saque mi celular y mire la hora. Genial eran las siete, el engendro del mal entraba a las seis y cuarenta.
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Ma, tengo miedo de entrar a la uni ¡y no he terminado la secu!
Teen FictionMa, no puedo entrar a la uni mañana, ni siquiera he terminado la secu; es mi último año... -no, no, ¡noooo! - me desperté asustada, ¿la uni? Que pesadilla, no me hablen de eso. Bueno que hora e- Carajo, son las seis y cinco, y yo entro a las y media...