El pájaro sonando en la ventana de mi habitación me decía que era de día, no puede ser juro que si no despiden a ese pájaro. Geovanni cenara pollo a la parrilla.
Me dolía la cabeza, lo que paso ayer ahg. Les apuesto a que ya toda la escuela sabia, me levante con pereza, el mundo aun me daba vueltas y el sabor a vomito en mi boca era un asco. Me pare para ir al baño y me caí, ya lo se soy torpe.
Ya en el baño me cepille los dientes y me bañe. Cuando salí del baño tomé mi celular y puse música de los ochenta. Eran las cinco y media, diría que me sobraba el tiempo para arreglarme, pero conociéndome me pondría bailar y no me alistaría para llegar al colegio a tiempo. Mientras me movía al compás de la música iba buscando mis gafas, no me juzguen estaba ciega.
La música sonando y yo intentando saber qué tipo de pantalón me iba a poner hoy, era cosa de todos los días. Una camisa negra de mi papá, un mom jean, y con mis únicos converse negros mi outfit de hoy estaba listo. Tome mi celular de mi escritorio y mi bolso, eran ya las seis y diez. Aunque era temprano, llegaría tarde, pero no era tarde.
Baje las escaleras con mi celular en mi mano, mi mamá ya estaba despierta y cuando me vio bajar parecía que se le había najado el azúcar, su expresión de verdad que era una joyita, perfecta para un sticker.
—buenos días—dijo cuando ya había terminado de bajar las escaleras, mi mamá seguía con su extraña expresión, que me daba risa.
-buenos días, ¿quieres desayunar? Eran arepas y, aunque fuera lo más rico que existe en la tierra, dijo mientras se volteaba a la comida que estaba preparando. No me gustaba desayunar, con resignación y una clara lucha de autocontrol para no ceder ante el olor de las ricas arepas.
-no, gracias – respondí, que los dioses de las arepas me perdonen.
-Lilith, tienes que desayunar- me dijo mientras servía el desayuno del engendro del mal que tenía por hermano.
-má, no he desayunado desde que he comenzado la secu. Y mírame estoy más que bien- y en eso me sonaron las tripas, ay no puede ser. Mi mamá ahora solo me veía de una forma en la que hasta satanás sentiría miedo. Ok es hora de irme corriendo antes de que me regañe.
Sali corriendo de mi casa, cuando ya estaba bastante lejos de mi casa me di cuenta de algo se me habían quedado las lleves. Ahora sí que era mi fin, empecé a caminar mientras que intentaba recuperar el aire. Caminaba lento, veía las casas y cuando pase por una de ellas había un camión de mudanza. Por la magia de wattpad, no podía ser. Me escondí detrás de un árbol que convenientemente se encontraba en mi camino.
Era la casa de Alejandro, me senté detrás del árbol. Los recuerdos de la noche anterior llegaron de nuevo a mi como un balde de vomito rosa de pony. Tenía que disculparme con él, dios mi cerebro me decía que era una locura y mi corazón también; pero mi conciencia me decía que lo hiciera. Una lucha interna de que debería hacer se desato, mi cerebro y corazón peleando lado a lado contra mi conciencia. Estuve tanto tiempo así que no me di cuenta de que ya se me había hecho tarde, me desperté de mi pequeño shock y tomé mi celular de mi bolsillo para ver la hora. Eran las seis y cuarenta. Por un jodido demonio, iba tarde. Guarde mi celular y Sali de mi escondite, no era buena corriendo ni en nada de atletismo, pero ahora espero que el universo se apiade de mí para que me de fuerzas y que no me desmaye a media carrera. Aquí pondría a prueba a ver si el dicho del que madruga dios lo ayuda era verdad.
Tomé impulso y empecé acorrer y solo les puedo decir, que ya me faltaba el aire. Como pude intente hasta llegar al colegio, había personas que apenas salían de sus casas y me veían correr, de seguro pensaban que estaba loca por hacer el ridículo tan temprano, pero ellos son los locos por despertarse a esta hora y no hacer nada. Ya estaba por llegar al colegio, solo me faltaba poco. Asiqué con todas mis fuerzas – si es que tenía más- corrí más rápido de lo que había estado haciendo hasta ahora, y en estos momentos solo me doy cuenta de que de ahora en adelante no fingiré estar con el periodo para no asistir a las clases de educación física.
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Ma, tengo miedo de entrar a la uni ¡y no he terminado la secu!
Fiksi RemajaMa, no puedo entrar a la uni mañana, ni siquiera he terminado la secu; es mi último año... -no, no, ¡noooo! - me desperté asustada, ¿la uni? Que pesadilla, no me hablen de eso. Bueno que hora e- Carajo, son las seis y cinco, y yo entro a las y media...