SATANISM

#02

Lunes 6:00 A.M.

Me desperté por el sonido molesto del despertador, fui a ducharme y me coloqué mi uniforme de colegio, bajé a tomar desayuno y me topé con mi hermanita que estaba llorando.

—Dae, ¿qué sucede? —dije mientras me acercaba.

—El p-profesor dijo que si no entregamos la tarea, "el Señor" nos castigará, él dice que no debemos contarle a nadie, que es un secreto, pero yo no quiero más castigos! —alzó la voz mientras las lágrimas caían de sus ojos.

—Cariñito, ¿quién es el que te castiga? ¿es el profesor o "el Señor"? —pregunté preocupado, nunca antes la había visto de esta manera.

—"El señor" le dice al profesor como él debe castigarnos. —me miró a los ojos.

—¿Cuál es el castigo que te da el profesor? —sequé sus lágrimas con mis pulgares.

—Él dice que debemos quedarnos callados y a mí me toca aquí —dijo señalando sus partes íntimas.

Quedé estático en mi lugar, no podía procesar lo que ella me estaba contando, sentía miles de emociones, las más presentes eran la tristeza y la rabia, quería romperle la cara a ese viejo de mierda que se atrevió a tocar a una niña, mi hermana solo tiene 7 años...

Lágrimas caían de mis ojos al pensar todas las asquerosas cosas que le pudo hacer a Dae, la abracé fuertemente.

—Mi niña... —me separé de ella y limpié mis lágrimas para observar sus ojitos.

—No estés triste, Kook... —tomó mi cara y me hizo cariño en la mejilla.

Le di una sonrisa por sus caricias.

—No irás hoy a clases, si? vuelve a la cama —besé su frente.

Se despidió y se fue por las escaleras, me quedé pensando y ya sabía en qué negociar con el diablo...

[...]

Llegué a mi escuela, voy en el último año y soy presidente de la clase. Me senté en mi banco y mi compañero de atrás me tocó el hombro.

—¿Si? —me volteé para observarlo.

—¿Podemos vernos a la hora de almuerzo en la azotea? —preguntó algo nervioso.

—Claro, ahí estaré —le di una sonrisa.

Me parecía raro, con él nunca hablo mucho, pero me agrada, es solitario pero amable.

El profesor llegó a la sala de clases y estuvimos repasando unos ejercicios de matemáticas, es un poco estresante porque soy el primero en terminar y siempre debo ayudar a los demás, no es que me moleste pero siempre lo debo hacer.

[...]

Fui al azotea y vi al chico esperándome sentado, me senté junto a él y saqué mi almuerzo, un sándwich de tomate con mayo.

—¿Qué necesitas? ¿quieres conversar sobre algo? soy todo oídos. —dije mientras comía mi almuerzo.

—Jungkook...es que no sé como debería decirte, hace mucho tiempo te he estado observando en secreto y tengo que confesar de que realmente me gustas mucho, esto te lo digo no para que correspondas mi amor, si no para que puedas saber mis sentimientos hacía a ti. —dijo nervioso.

Realmente no me esperaba eso, es algo incómodo ya que no hablo mucho con él y nunca he tenido algo amoroso.

—Ohh, entiendo...realmente agradezco que hayas tenido el valor de contarme tus sentimientos, podemos ser amigos y así conocernos más —le sonreí.

—Claro! gracias por no burlarte —me devolvió la sonrisa.

—Tranquilo, jamás me burlaría de los sentimientos de alguien.

Estuvimos conversando mientras almorzábamos, teníamos bastantes cosas en común así que fue agradable.

[...]

Al llegar a mi casa fui a la habitación de mi padre para comentarle lo que había sucedido con mi hermana y el por qué hoy no fue a clases.

—Papá... —toqué la puerta.

—Adelante, hijo —dijo del otro lado.

Entré y vi como estaba llenando la habitación con más cosas religiosas, me senté en la cama y comencé a hablarle sobre mi día para luego ir al tema.

—Hijo, ¿por qué hoy no fue a clases DaeHyun? —preguntó frunciendo el ceño.

—Bueno, sobre eso...es algo importante que debo conversar contigo, a Dae le está sucediendo algo en la escuela. —le dije mientras me prestaba atención.

—¿Qué es lo que sucede con ella? —se sentó a mi lado.

—El profesor abusó de ella, dice que es un castigo que le da "el Señor" —fui directo con mis palabras.

—¿Qué? ¡¿DaeHyun metió al Señor en este asunto?! ¡son puras cosas que inventa esa niña! ¡¿como le puedes creer, Jeon?! —dijo furioso porque había nombrado al Señor.

No pude creer que su propio padre no creyera, me fui enojado de la habitación y me fui a encerrar a la mía.

Estoy preparado para verte...