-•Little deer•- [ billdip ]

[Dipper]

El rubio se levantó por los molestos rayos del sol que daban en su rostro, abrió sus ojos lentamente levantándose con emoción por el plan que tenía ese día, corrió a desayunar waffles cosa que hizo bastante rápido, al terminar corrió a la parte de arriba, se dió una ducha rápida y se cambió para tomar su maleta saliendo rápidamente de su hogar dirigiendose al bosque

— Si estoy en lo correcto está a unos 20 minutos si no me detengo y voy a un paso rápido — aceleró su paso al decir esto comenzando a caminar adentrandose entre las ramas

El tiempo dicho paso con rapidez y como pensaba había llegado a aquel lugar, fue por el camino en el que recordó que había ido el ciervo, al poco tiempo escucho sonidos detrás de él, sonrió ligeramente y para asegurarse saco un malvavisco aplastandolo dos veces, como lo espero se le fue arrebatado el malvavisco con rapidez, regreso a ver al castaño que le dedico una invisible pero dulce sonrisa

— Hola tu — dijo acercándole otro malvavisco que acepto aún con algo de desconfianza

— Vamos puedes confiar en mí, no te haré daño — le sonrió sacando otro dulce

— Pruébalo — abrió el empaque y lo acerco a su rostro

Mordió el dulce para tomar el dulce entre sus manos comiendo con tranquilidad la cual el investigador aprovecho tomándole la foto que necesitaba guardándola, lo regreso a ver notando que ya había terminado su chocolate

— Veo que te gusta lo dulce, ¿Quieres más? — saco varios dulces de su mochila incluidas las sodas que guardo el día anterior colocando todo sobre un tronco

— Come — se sentó al lado de la comida y agarró una de las sodas abriéndola bebiendo un poco

El de ojos chocolate se acercó al tronco comiendo emocionado por los diferentes sabores y texturas que percibía con cada bocado

— Veo que te gusta ¿eh? — dió una leve risa y se levantó pasando detrás de él

— Mañana te buscaré también te guste o no — acarició su cabello y se retiró del lugar sin permitirle al castaño hacer nada

Regreso a su hogar recordó que dejó su mochila en el tronco ¿Cómo pudo ser tan despistado? Regreso corriendo al lugar mirando que su mochila seguía en el lugar con la bolsa amarrada con todas las envolturas dentro y una nota en el tronco, se acercó al papel arrancado de su diario que decía "Dipper" escrito con la pluma que siempre llevaba el rubio

— Así que Dipper, lindo nombre para una linda criatura — hizo una sonrisa inconciente para guardar la nota y tomar su mochila, también la bolsa saliendo del bosque camino a su hogar

— Dipper — tenía un tono feliz algo marcado

— Dipper — susurró mirando al piso

— Dipper — dijo triste

— ¡Dipper! —

Y así siguió todo su camino repitiendo en diferentes tonos y niveles de voz el nombre de ese chico si así se podría llamar, al llegar tiro los envoltorios y corrió a escribir en su diario varias veces el nombre Dipper también pegando la nota

— NECESITO CONOCERLO MEJOR — dijo en voz alta abrazando la cámara en la que guardo su foto

Dió vueltas en su cama abrazando la cámara para dormir aferrado a esa cámara con ternura y una pequeña sonrisa en su rostro, despertó después de dos horas al parecer había realizado todo bastante temprano ya que recién era hora del almuerzo, se levantó y salió de su cabaña directo al pueblo pues no tenía muchas ganas de cocinar ese día pero antes tenía que hacer algo, corrió a la casa de Stanford pues no sabía a quien mas contarle, golpeó la puerta con fuerza hasta que fue abierta

— ¡Seis dedos! — grito al mirarlo algo cansado

— No me insultes y ¿Qué pasa? — pregunto extrañado

— Pues fui a buscar al chico ciervo del que te conté al parecer se llama Dipper, le gustan las cosas dulces, ser acariciado y es muy adorable — nuevamente divagaba en la descripción que le daba mientras miraba al cielo

— Veo que enserio te gustó encontrarlo, ¿Vas a seguir visitándolo? — le pareció curioso que el Cipher estuviera tan emocionado por una criatura como esa habiendo tantos misterios grandes

— Si, mañana lo buscaré y trataré de decifrar en donde habita — después de decir esto se despidió del de lentes y corrió a un restaurante para almorzar

— Ten cuidado... — susurró notando que el rubio desapareció a la distancia

Bill estaba más que emocionado, no podía creer que ni siquiera la persona más antigua que investigo el pueblo supiera de la existencia de Dipper, era el primero en escribir sobre él y aunque no fuera muy amenazante o grande era tierno y él mismo lo encontró o más bien Dipper a él

Comió un almuerzo simple en aquel restaurante para salir corriendo al bosque ¿La razón? Pues se equivocó de camino ya que se perdió tanto en teorías que no vio por donde iba, al notar que estaba en el bosque suspiro para cambiar su frustración a determinación

— ¿Dipper? — dijo adentrandose en el bosque escuchando hojas crujir después de pronunciar un par de veces el nombre del ciervo

— ¡Dipper! — levantó la voz al verlo acercándose asustando un poco al castaño

— Lo lamento, es que me emociona verte otra vez y saber que ese es tu nombre — dió una risa nerviosa para mirar los ojos chocolate del chico

— ¿Puedo pasar un rato contigo? — pregunto dando una sonrisa amable

El castaño dudo pero asintió con la cabeza para tomar la mano del de ojos ámbar y comenzar a caminar queriéndolo guiar a algún lado, el rubio no dijo nada y lo siguió

Después de pocos minutos llegaron a un prado con flores en el que sobre un tronco estaba una manta algo desgastada

— ¿Aquí te quedas? — preguntó sentandose en el pasto mirando como asentía nuevamente y hacía lo mismo que él

— ¡Oh! Por cierto me llamo Bill — dijo mirando sus ojos

Pasaron unos cuantos minutos del rubio apreciando el lugar hasta que sintió unas manos colocar algo en su cabeza, era el ciervo el cual le había hecho una corona con las flores del campo

— Wow... Muchas gracias — estaba sorprendido por lo que hizo el chico pero le pareció agradable y lindo, si ya confirmo que todo en él era lindo

Pasaron media hora del rubio charlando con el castaño o eso intentaba hasta que el chico le golpeó en un nervio dejándolo inconciente

[...]

Bill despertó tirado frente a su cabaña con algunos raspones y con la corona de flores, le costó procesar lo que había pasado pero se levantó para entrar en su hogar y recostarse en un sofá mirando al techo

— Voy a intentar quedarme con él más tiempo — se dijo a si mismo para levantarse e ir a la cocina preparando un café

Mientras tomaba de su taza agarro la corona de flores y la coloco sobre su mesa de noche, pasaron las horas y él escribía de lo sucedido en su diario hasta que dió un bostezo y decidió acostarse a dormir pensando en el castaño

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