Prólogo

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-Y Juan Pablo Villamil gana otra vez

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-Y Juan Pablo Villamil gana otra vez.-

Los demás alfas bufaron, Villamil sonrió victorioso.

-Paguen, ahora.- Exigió.

-Ya no tenemos dinero.- Susurraron apenados.

-De aquí no se van hasta que paguen.-

Los guardaespaldas de Villamil se colocaron atrás de los Vargas.

-Te pagaremos, pero con un omega.- Suspiró profundamente.

-¿Más omegas?- Bufó.

-Él es omega.- Alzó su ceja.

-Bien, pero esto solo salda la mitad de la deuda. -

Tomó un trago de whisky.

-Traiganlo ahora.- Exigió.

Los alfas se colocaron de pie y fueron por el omega.

Villamil tenía una sonrisa fingida en su rostro.

-Preparen el auto, no iremos ya.-

Los guardaespaldas fueron por el auto.

Llamó a uno de sus guardias.

-Secuestren al omega, y no digan ninguna palabra.-

Él estuvo de acuerdo.

-Como ordene, señor.-

Su guardia se fue.

¿Que hacia un alfa respetado por todos, robando a un omega?

Simple, ese omega tenía alfa, y como Villamil ama hacer la vida imposible, y que mejor... A sus enemigos.

Le hará la vida imposible al omega, así como se la hicieron a él.

-El omega está en la camioneta.- Asintió.

-Bien, vámonos, ya no hay nada aquí.-

Se colocó de pie, abrochó su esmoquin y salieron caminando hacia el estacionamiento.

Subió al auto, el omega iba al lado, sedado.

-¿Alguien vio?-

El auto avanzó.

-Nadie, señor.- Asintió.

-Muy bien, ahora amenacen a los Vargas, si no me pagan en dos días su vida corre peligro.-

-Como ordene.-

Siguieron el camino en silencio, Villamil tenía una sonrisa en su rostro.

Hasta que su teléfono comenzó a sonar. Ahora le tendría que dar cuentas a su omega.

-Hola.-

-¿Donde estas?- Le pregunto.

-Donde no te importa.-

-Me importa, eres mi alfa.-

-No te he marcado, no soy tu alfa, no eres mi omega y tienes diez minutos para salirte de la mansión.-

Terminó la llamada.

-Díganle a los guardias que Gabriela tiene diez minutos para salir de la mansión, si no saquenla con lo que tenga listo.-

-Esta bien.-

Llamó al otro guardia y así le dio la orden.

-Listo, tiene diez minutos.-

Asintió sin quitarle la mirada al omega.

-Amaré tu desgracia.- Acarició su cabello.

Luego ladeó una sonrisa.

Amo hacer a Villamil de alfa demandante JAJAJAJA

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Amo hacer a Villamil de alfa demandante JAJAJAJA

Perdóname |VILLARGAS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora