Una razón para quedarme

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Jamás imaginé que terminaría encaprichada de toda tu presencia, de tu forma de ser, de tu carácter, tu forma de hablar, la manera en como en tus ojos el resto de las personas parecen simplemente un adorno, y fueras tu la única que merece ser apreciada.

No me molesta tu estancia en mi mente, ni las huellas que dejas en mi memoria y mucho menos las visitas inesperadas que realizas en mis sueños, no me molesta porque eres tu la intrusa de mis pensamientos, la fijación inconsciente de mis sentimientos, eres esa realidad prohibida que revuelve mi razón, eres ese capricho eterno imposible de soltar y que mucho menos tengo las intenciones de olvidar, porque este capricho me llama, me pide que no me vaya y me da las ilusiones suficientes para quedarme.

Me quedo por tus ojos, por el brillo de tu cabello, por el aroma de tu cuerpo, uno tan distinguible e inolvidable, me quedo por lo llamativo de tu figura, la firmeza de tus manos, que se extiende desde tus hombros, pero ante todo me quedo por la certeza de tus palabras.

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